La tensión en la frontera entre Israel y el Líbano volvió a escalar tras una nueva ofensiva aérea israelí contra posiciones que, según fuentes militares, pertenecerían a Hezbolá
Los impactos alcanzaron varias localidades y generaron daños en viviendas civiles, mientras crece la preocupación internacional por el riesgo de un nuevo conflicto abierto. La información fue reportada por Radio3.
Bombardeos y acusaciones cruzadas
De acuerdo con las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), los ataques se dirigieron contra infraestructura vinculada a la Fuerza Radwan, una unidad de élite de Hezbolá. El comunicado militar afirmó que los blancos incluían depósitos de armas y puntos operativos considerados estratégicos.
Israel sostuvo que la presencia de estas instalaciones representa una violación de acuerdos previos entre ambos países y que estas actividades ponen en riesgo directo a la población civil que vive en las zonas limítrofes. Por ese motivo, aseguró haber ordenado evacuaciones preventivas en edificios cercanos antes de los ataques.
Daños materiales y alerta en territorio libanés
Según la Agencia Nacional de Noticias del Líbano, uno de los bombardeos destruyó por completo un edificio en la localidad de Zawtar al Shariqiyah. También se registraron daños significativos en viviendas de Taybeh, Tayr Debba y Aita al Jabal.
Equipos locales de emergencia continúan relevando las afectaciones, mientras autoridades municipales advierten que muchas familias se vieron obligadas a abandonar sus hogares ante el temor de nuevos ataques.
Un conflicto que no logra desescalar
Este episodio se produce apenas horas después de que Hezbolá advirtiera a la dirigencia política libanesa sobre posibles consecuencias si se avanzara en negociaciones con Israel. La agrupación chiita insistió en que cualquier discusión sobre su desarme debe darse en el marco de una estrategia interna acordada entre todas las fuerzas del país.
Aunque existe un alto el fuego vigente hace casi un año, Israel mantiene operaciones aéreas frecuentes en territorio libanés. En tanto, el gobierno de Beirut denuncia el deterioro de la seguridad en zonas residenciales y reclama la intervención urgente de organismos internacionales.
Desde Naciones Unidas se reiteró el llamado a la moderación y al cumplimiento de los compromisos vigentes para evitar que la situación derive en una escalada militar mayor.
La frontera entre Israel y el Líbano continúa siendo uno de los puntos más sensibles de Oriente Medio. Cada ataque, respuesta o advertencia eleva la tensión y compromete los esfuerzos diplomáticos orientados a sostener la estabilidad regional.




