El Gobierno nacional evalúa incorporar el “banco de horas” en la nueva reforma laboral como una forma de otorgar mayor flexibilidad a la organización del trabajo.
El sistema permitiría que los empleados acumulen horas adicionales en una “cuenta personal” para luego compensarlas con tiempo libre o reducción de jornada, en lugar de cobrarlas como horas extras con recargo inmediato.
El mecanismo busca adaptar la jornada laboral a los ciclos de producción de cada empresa, permitiendo que en épocas de mayor demanda el trabajador extienda su horario y, en momentos de menor actividad, utilice el tiempo acumulado para descansar sin que su salario se vea afectado. Según el borrador del proyecto, el banco de horas no reemplazaría las horas extras tradicionales, pero ofrecería una alternativa más flexible. Si un convenio colectivo o acuerdo individual lo contempla, este sistema tendría prioridad; de lo contrario, seguiría vigente el pago con los recargos del 50% o 100% previstos por la Ley de Contrato de Trabajo.
El Ejecutivo sostiene que la medida podría equilibrar productividad y descanso, en especial en sectores de actividad estacional como el turismo, la construcción o la agroindustria. Sin embargo, los sindicatos advierten que sin límites claros y controles efectivos el mecanismo podría derivar en abusos, reduciendo la compensación económica por trabajo extra y dificultando la fiscalización.
El llamado “modelo griego” aparece como referencia para la propuesta argentina. En Grecia, la jornada puede extenderse de ocho a trece horas diarias hasta tres veces por semana y con un tope de 37 días al año. Las horas excedentes se compensan luego con descanso, aunque con una remuneración adicional menor, del 40%, frente a los recargos habituales en otros países. La ley establece que la ampliación de la jornada debe ser voluntaria y que el trabajador debe gozar de al menos doce horas de descanso entre turno y turno.
En otros países, el banco de horas se aplica con distintas modalidades. En España, funciona bajo la figura de la Bolsa de Horas, que permite compensar horas extras con descanso equivalente dentro de los cuatro meses siguientes. En Brasil, el sistema está muy extendido: las horas pueden compensarse en un plazo de seis meses mediante acuerdos individuales o hasta un año por convenio colectivo, lo que evita sobrecostos laborales. En Francia, la Cuenta Ahorro de Tiempo (CET) permite acumular no solo horas extra sino también vacaciones o descansos no utilizados para usarlos más adelante, cobrarlos o incluso destinarlos a la jubilación. En Alemania, las Cuentas de Tiempo de Trabajo equilibran superávits o déficits de horas a lo largo del año, manteniendo un salario estable.
En América Latina, Chile incorporó esta posibilidad tras reducir su jornada a 40 horas, permitiendo que el exceso de trabajo se compense con días de descanso adicionales. En México, la ley laboral admite ajustes de jornada mediante acuerdos entre empleadores y trabajadores. En países como Canadá y Australia, el sistema time banking o time-off in lieu permite transformar horas extras en tiempo libre, según políticas internas o convenios. En los países nórdicos, como Dinamarca, Noruega y Suecia, existen cuentas de tiempo laboral que permiten acumular horas según las necesidades personales o familiares.
En todos los casos, el banco de horas busca distribuir las 48 horas semanales en períodos de referencia más amplios, priorizando el descanso compensatorio sobre el pago adicional. Para las empresas, representa una herramienta para planificar la producción sin incrementar costos; para los sindicatos, un riesgo de flexibilización encubierta si no se garantiza un registro transparente ni la participación de los trabajadores en su regulación.
En Argentina, la discusión recién comienza. El oficialismo la presenta como una modernización del mercado laboral, mientras que las centrales obreras exigen que se preserve el derecho al cobro de horas extras y se mantenga la supervisión estatal. El debate sobre el banco de horas promete convertirse en uno de los puntos más calientes de la reforma laboral, donde el equilibrio entre flexibilidad y derechos volverá a ser el centro de la disputa. Información extraída de LA17.




