El máximo tribunal argentino se prepara para un año definitorio, con la mira puesta en acelerar emblemáticas causas de corrupción y en lidiar con una crítica falta de jueces en todo el país.
El 2026 promete ser tan relevante como el anterior, cuando la Corte confirmó la condena a prisión de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Una agenda cargada: Kirchner, Macri y la corrupción
Según LA NACION, la Corte tiene sobre su escritorio varias causas de alto impacto. El foco estará en encaminar los dos juicios pendientes contra Cristina Kirchner (los casos Hotesur-Los Sauces y Memorándum con Irán), además de monitorear el avance del juicio por «Los Cuadernos de las Coimas», que busca agilizarse.
En paralelo, el tribunal deberá resolver si reabre una investigación por lavado de dinero que impacta directamente en el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri. Para este último caso, se designaron conjueces y se espera una resolución clave. Otro tema destacado será la implementación de la plataforma de remates por internet de la Cortepara subastar los bienes decomisados a condenados por corrupción, una medida que generó un cruce con el Poder Ejecutivo y que finalmente el tribunal logró mantener bajo su órbita.
El fantasma de las vacantes y una relación aceitada con el Gobierno
Sin embargo, el tema que más inquieta al máximo tribunal es la escasez crónica de jueces. Las proyecciones indican que las vacantes en el Poder Judicial podrían alcanzar el 42% en 2026. A pesar de esta preocupación, los magistrados de la Corte le creen al Gobierno cuando afirma que en marzo se enviarán al Senado los 203 pliegos de candidatos para cubrir los cargos.
Este optimismo se basa en un nuevo canal de comunicación que se aceitó durante 2025 con el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, y el ministro de Economía, Luis Caputo, lo que permitió resolver problemas de manera ágil. Esta dinámica contrasta con las sonoras diferencias internas entre los jueces Ricardo Lorenzetti y la dupla Horacio Rosatti-Carlos Rosenkrantz, que si bien persisten, no impidieron consensos en fallos clave.
Otros frentes: previsional, laboral y la sombra de la prisión preventiva
La agenda del tribunal no se agota en la corrupción. La avalancha de juicios previsionales es otro asunto que exige una solución estructural, por lo que la Corte prepara medidas para limitar la litigiosidad y unificar criterios.
También revolucionó la justicia en la Ciudad de Buenos Aires al determinar que el Tribunal Superior de Justicia porteño (TSJ CABA) es el «superior tribunal de la causa» para asuntos locales, descargando así su propia carga. Además, en 2025 el tribunal emitió fallos que instan a los jueces a justificar las prisiones preventivas prolongadas en causas de lesa humanidad y volvió a exigir al Congreso que nombre un Defensor del Pueblo, un cargo vacante desde hace más de 15 años.




