El gobernador de Salta criticó la falta de poder de Guillermo Francos y pidió que Adorni tenga decisión frente a los ministros.
El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, se refirió este domingo a la transición en la Jefatura de Gabinete, donde Guillermo Francos fue reemplazado por Manuel Adorni, hasta ahora vocero presidencial.
Si bien Sáenz reconoció la disposición al diálogo del funcionario saliente, fue enfático sobre su falta de autoridad real:
«Los acuerdos y las cuestiones no se solucionaban y no era por falta de voluntad del jefe de Gabinete, sino porque se priorizaban otras cosas», expresó en declaraciones radiales.
El mandatario explicó que muchas veces los acuerdos alcanzados con Francos no avanzaban porque, desde el Ministerio de Economía, no se autorizaba el financiamiento, según Noticias Argentinas.
La exigencia para Adorni: autoridad y decisiones inmediatas
En referencia al recién designado Adorni, que jurará el próximo miércoles, Sáenz subrayó la importancia de contar con un jefe de Gabinete con capacidad de decisión real:
«Tiene que ver con el equipo. Si un jefe de Gabinete no tiene poder de decisión con los ministros… Necesitamos interlocutores que tomen decisiones sin esperar la autorización de otros ministros».
El gobernador también comentó sobre los cuestionamientos del expresidente Mauricio Macri, quien criticó la designación de Adorni y lamentó la salida de Francos. Sáenz coincidió en el aprecio por Francos, pero defendió no juzgar a Adorni por su falta de experiencia, dirigiendo la crítica principal a Macri:
«Lo que tiene que tener el Presidente es interlocutores válidos con los gobernadores, no con expresidentes», y agregó: «A él (Macri) muy bien no le ha ido con su gestión».
Implicancias de la transición en la gestión provincial
La salida de Francos y la llegada de Adorni marcan un cambio en la dinámica del diálogo entre la Jefatura de Gabinete y las provincias, resaltando la necesidad de decisiones rápidas y efectivas en áreas estratégicas como la economía y la coordinación ministerial. Sáenz insiste en que la nueva conducción debe garantizar autoridad y capacidad de gestión, evitando bloqueos que retrasen acuerdos clave.




