Durante el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, el Papa León XIV utilizó la figura del rey Herodes para realizar una crítica a los valores que, a su juicio, amenazan a la sociedad contemporánea.
Ante miles de fieles, el pontífice estadounidense advirtió sobre los «Herodes del mundo actual», señalando como peligros modernos el mito del «éxito a cualquier precio», el «poder sin escrúpulos» y un «bienestar vacío y superficial». Según Deutsche Welle (DW).
Una reflexión en torno a la Sagrada Familia
El mensaje del Papa se enmarcó en la conmemoración de la huida de la Sagrada Familia a Egipto, tras la orden de Herodes de matar a los recién nacidos de Belén. Partiendo de este episodio bíblico, León XIV invitó a los fieles a contemplar la familia como modelo y a pensar en «la luz que ellas también pueden aportar a la sociedad en la que vivimos».
En contraposición a esta luz, el pontífice advirtió que la sociedad actual sufre las consecuencias de perseguir «espejismos» que generan «soledad, desesperación, divisiones y conflictos».
El llamado a proteger los valores del Evangelio en el hogar
Frente a esta realidad, el Papa hizo un firme llamado a las familias cristianas a no permitir que «estos espejismos sofoquen la llama del amor». En su lugar, instó a proteger activamente los valores evangélicos en el núcleo familiar.
Entre los pilares que mencionó, destacó la oración, la frecuencia a los sacramentos —especialmente la confesión y la comunión—, los afectos sanos, el diálogo sincero, la fidelidad y el «realismo sencillo y hermoso de las palabras y los gestos buenos de cada día».
Una bendición para todas las familias del mundo
Cerrando su reflexión, León XIV extendió su mensaje más allá de la comunidad católica. Pidió la bendición «a nuestras familias y a todas las familias del mundo». Su deseo es que, al seguir el modelo de la familia de Jesús, sean para todos un «signo eficaz de su presencia y de su amor sin fin».
Con este mensaje, el Papa reafirma el papel central de la familia en su pontificado, presentándola como un bastión contra lo que considera las fuerzas deshumanizantes de la modernidad, a las que equipara con la figura del tirano Herodes.




