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El presidente Alberto Fernández dejará inaugurado este lunes el 139 período de sesiones ordinarias del Congreso con un mensaje ante la Asamblea Legislativa, en un escenario atípico y sin invitados a causa de las normas sanitarias de prevención por la pandemia de coronavirus.

La vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, llegó al Congreso Nacional a las 11.10 para presidir la Asamblea Legislativa.

Con eje en las metas previstas por su administración para dar impulso a la reactivación de la economía, en un año que volverá a estar marcado por la pandemia, el Presidente dará su tercer mensaje ante la Asamblea Legislativa a partir de las 12 desde un recinto de la Cámara de Diputados en el que no habrá invitados especiales ya que buena parte de los legisladores seguirá las instancias del discurso de manera virtual.

También será atípico en las inmediaciones: el Presidente agradeció a las organizaciones políticas y sociales que convocaron a una movilización en las calles, pero pidió que su mensaje sea seguido «en forma remota» ya que la pandemia de coronavirus «aún nos ataca».

El mandatario se dirigió por primera vez ante la Asamblea durante su asunción del 10 de diciembre de 2019 y pronunció su segundo discurso durante la primera apertura de sesiones ordinarias de su mandato, el 1 de marzo de 2020, 20 días antes de decretar el aislamiento social y obligatorio con motivo de la propagación de la Covid-19.

Los ejes del discurso

Si bien se mantuvo hermetismo, voceros presidenciales informaron que las políticas sanitarias parta paliar los efectos de la pandemia de coronavirus y las metas fijadas para ahondar la reactivación económica serán los pilares del mensaje.

Por primera vez en la historia legislativa, los gobernadores no estarán en el recinto de sesiones y deberán seguir las instancias de la Asamblea a través de las cámaras que se dispondrán en el hemiciclo.

De acuerdo a las medidas sanitarias para cumplir con el distanciamiento social, será un recinto con acceso limitado y el jefe del Estado hablará a la Asamblea, escoltado por las autoridades de ambas Cámaras legislativas y los miembros de su Gabinete pero con la mayoría de los legisladores conectados en forma remota.

En tanto, los cinco integrantes de la Corte Suprema, Elena Highton de Nolasco, Ricardo Lorenzetti, Juan Carlos Maqueda, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, también participarán de manera virtual.

Este lunes 1 de marzo, desde las 10 horas, está previsto la apertura del XLIX período de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante en el Centro Cultural.

Por primera vez, la apertura del XLIX período de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante se deberá realizar sin público presente, debido a los protocolos vigentes por la pandemia que instan a evitar la concentración de gente, sobre todo en lugares cerrados.

De esta manera, solo estarán presentes el intendente Juan Pablo Luque; el viceintendente y presidente del Concejo Deliberante, Othar Macharashvili; los doce concejales; funcionarios municipales; personal operativo para el funcionamiento de la sesión; y los medios de comunicación acreditados

Sin embargo, el público en general podrá participar de la sesión ordinaria y escuchar el mensaje del intendente mediante la plataforma virtual dispuesta por la página de Facebook del Concejo Deliberante de Comodoro Rivadavia.

El enlace para poder participar de la apertura de sesiones ordinarias es el siguiente: https://www.facebook.com/concejocomodoro

Desde las 10 am, el público podrá participar de la sesión de manera virtual y escuchar el discurso que el intendente preparó, basado en los grandes desafíos superados en el año más difícil a nivel mundial en décadas y también en los objetivos que restan por cumplir y que son parte de la agenda que el intendente pretende instalar este año para ofrecerle a los comodorenses una ciudad cada vez más habitable.

El presidente Alberto Fernández agradeció este sábado a las organizaciones políticas y sociales que convocaron a una movilización para el lunes, cuando brinde su discurso ante la Asamblea Legislativa, pero pidió que su mensaje sea seguido «en forma remota» ya que la pandemia de coronavirus «aún nos ataca».

«Agradezco a todas las organizaciones políticas y sociales que han convocado a acompañarme el lunes próximo en ocasión del discurso que daré para dar apertura a las sesiones ordinarias del Congreso Nacional», publicó el mandatario en su cuenta de Twitter.

Y añadió: «Con mi sincera gratitud antes que nada, les pido que sigamos dando el ejemplo y que esta vez cada uno siga mi mensaje en forma remota. Desde sus casas o desde sus lugares de trabajo. La pandemia aún nos ataca. Nosotros cuidemos al prójimo aunque otros no lo hagan».

«Mientras el Gobierno Nacional, junto a los gobernadores provinciales, desarrollamos el operativo de vacunación más grande de nuestra historia, debemos extremar los cuidados. Ya habrá tiempo de llenar plazas, reencontrarnos y fundirnos en abrazos», expresó el Presidente.

En tanto, valoró que «los argentinos y las argentinas hemos hecho sacrificios en este año de pandemia» y agregó: «Es ese enorme esfuerzo el que me da la energía y el mandato para seguir poniendo al Estado en el lugar del que nunca debieron haberlo sacado: el de impulsor de la recuperación de nuestro país».

«La pandemia aún nos ataca. Nosotros cuidemos al prójimo aunque otros no lo hagan»

«Mi gratitud y mi corazón está junto a cada uno de los argentinos y argentinas. A ustedes dedico y dedicaré todo mi empeño y mis mayores esfuerzos. No descansaré hasta ver a la Patria de pie y a cada uno de sus hijos viviendo felices con trabajo y dignidad», finalizó Fernández.

Diversas organizaciones sociales y sindicales habían convocado a manifestarse el lunes en las inmediaciones del Congreso nacional para expresar su apoyo al presidente Fernández con motivo de su discurso ante la Asamblea Legislativa para dejar inauguradas las sesiones ordinarias del Congreso nacional.

El presidente electo Joe Biden subirá al escenario para dar su discurso de investidura quizá en el más difícil punto de partida para un presidente desde que Franklin Roosevelt inició su primer periodo presidencial al asegurar a una nación atemorizada por la Gran Depresión que “a lo único que tenemos que temer es al temor mismo”.

Pero los giros idiomáticos memorables como la de Roosevelt son más la excepción que la norma cuando se trata de discursos de toma de posesión.

El ex presidente Barack Obama señala en su autobiografía que el llamativo sombrero de la cantante Aretha Franklin y una falla técnica en la toma de juramento del presidente de la Corte Suprema John Roberts recibieron más atención que su propio discurso en los días posteriores a la investidura del primer presidente estadounidense de raza negra, que fue ofrecido al tiempo que el país se hallaba en medio de una recesión económica y un creciente malestar sobre dos intricadas guerras.

Ahora, ante una aguda pandemia de coronavirus, el incremento de solicitudes de ayuda por desempleo y marcadas divisiones partidistas, Biden enfrenta a momento tenso mientras se prepara para dar un discurso que, de acuerdo con sus asistentes, desea usar para hacer un “llamado a los estadounidenses a la unidad”.

“La situación que enfrenta es absolutamente brutal”, sostuvo Cody Keenan, quien fungió como principal escritor de discursos de Obama y colaboró en sus dos discursos de toma de posesión. Agregó que Biden en muchas formas es ”el presidente perfecto para este momento, porque no es hiperbólico, no es demagogo, se ha rodeado de analistas políticos que de antemano tenían todos estos planes. Pienso que lo vamos a escuchar decir que ‘Aquí es donde nos encontramos, y esto es lo que tenemos que hacer.’ Pienso que va a tener que pasar mucho tiempo antes de que la gente se sienta mejor”.

Con la situación actual que vive el país, la constante atención de Biden en restaurar “el alma de Estados Unidos” podría ser más valiosa para la nación que cualquier discurso esperanzador, según algunos de los aliados demócratas del presidente entrante.

“Es muy posible que esta inauguración sea una que recordemos para las generaciones venideras, debido a la gravedad de este momento”, dijo David Litt, quien se desempeñó como redactor de discursos de Obama y escribió las memorias humorísticas, “Thanks, Obama: My Hopey Changey White House years “. “Pero también creo que es posible que los discursos característicos de la administración de Biden se produzcan en momentos menos esperados y eso sería normal”.

El discurso inaugural es tanto una celebración del traspaso pacífico del poder como el paso inicial para que un presidente nuevo o reelegido presente una visión para la nación. En las últimas presidencias, los discursos inaugurales han seguido una estructura predecible: la nación tiene desafíos, pero hay esperanza de resolverlos si se acepta la agenda del presidente.

Una tradición que se remonta al menos a la inauguración de Jimmy Carter en 1977 es que el presidente entrante ofrezca la gratitud de la nación al presidente saliente, un momento de cortesía destinado a dejar de lado la lucha de la campaña política y señalar a los estadounidenses que es hora de unirse como una nación.

El presidente Donald Trump no estará allí para escucharlo. Ya ha dicho que no asistirá a la inauguración: el primer presidente saliente que faltará a la juramentación de su sucesor desde que Andrew Johnson no asistió a la inauguración de Ulysses S. Grant en 1869.

Fuente: El Nuevo Herald

En el Día de la Militancia, el presidente Alberto Fernández brindó este martes un discurso desde la Quinta de Olivos, donde se encuentra aislado por haber sido contacto estrecho de un caso positivo de coronavirus. En un mensaje grabado, destacó el activismo ambiental y la lucha de las mujeres, “que deben tener la tranquilidad de que un presidente» las esté acompañando. Las declaraciones ocurren poco después de que el mandatario enviara al Congreso el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo.

El mensaje de Fernández fue seguido con atención por los manifestantes que se movilizaron hacia el Congreso para celebrar el Día de la Militancia y respaldar al Gobierno en el debate del Aporte Extraordinario de las Grandes Fortunas, que se discute este martes en la Cámara de Diputados.

“No bajemos los brazos, hoy somos más fuertes que nunca porque estamos unidos. Más allá de lo que nos intentan hacer sentir o creer”, expresó Fernández dirigiéndose a la militancia peronista, a la que saludó especialmente al comienzo del discurso.

En medio del tratamiento del proyecto de Aporte Extraordinario de las Grandes Fortunas, el mandatario expresó que el verdadero debate que se lleva a cabo adentro del Congreso es “si los que más tienen pueden ser en la emergencia solidarios con el resto de los argentinos”.

En esa línea, criticó al Gobierno anterior y aseguró que los últimos cuatro años fueron de “endeudamiento y fuga de capitales” y destacó su gestión en tiempos de coronavirus. “Recibimos un país en terapia intensiva que después se terminó de enfermar con la pandemia, pero nunca bajamos los brazos, siempre estuvimos al lado de los que más lo necesitaban”, aseguró.

Tras plantear que actualmente lo correcto sería hablar de “las militancias” en plural, Fernández destacó al activismo ambiental que, aseguró, debe acompañar la Ley contra el Fuego -que también se debate este martes en el recinto- «para que se termine el mecanismo de atentar contra el medioambiente quemando montes y campos”.

“También está la militancia de las mujeres, que hoy debe tener la tranquilidad de que un presidente está acompañando su lucha y demanda para preservar su salud y tener la atención de la salud pública”, dijo el mandatario, a poco de haber anunciado que envió al Congreso el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo.

“El día que ganamos la elección dije: ‘Volvimos y vamos a ser mujeres’. Sonó a furcio, tal vez lo fue, pero en el fondo queríamos decir que también volvíamos para darles a las mujeres el lugar que corresponde en el tiempo que vivimos», resaltó. “Necesitamos empezar a construir la Argentina que nos merecemos”, concluyó.

Fuente:TN

Joe Biden y la aspirante a la Vicepresidencia, Kamala Harris, se han dirigido la noche de este sábado a la nación pocas horas después de que varios medios estadounidenses proyectaran al candidato demócrata como ganador de las elecciones en EE.UU.

Joe Biden se ha declarado ganador de las elecciones presidenciales de EE.UU. durante un discurso desde Wilmington (Delaware). «Haré que EE.UU. vuelva a ser respetado en el mundo», señaló Biden.

Antes de que Biden subiera el escenario, Harris pronunció su discurso, en el cual agradeció a quienes votaron en estos comicios y señaló que ellos «marcaron el comienzo de un nuevo día para EE.UU.»

Tras más de tres tensos días de conteo de votos, varios medios estadounidenses, entre ellos AP, NBC y CNN, le otorgaron este sábado la victoria al candidato demócrata, Joe Biden, en las elecciones presidenciales.

Según las proyecciones de CNN y NBC, Biden ganó en el estado clave de Pensilvania y ha conseguido 273 votos electorales, superando así los 270 necesarios para hacerse con la Presidencia. Por otro lado, proyecciones de la agencia AP y el canal Fox News le dan a Biden 290 votos electorales, al atribuirle no solo la victoria en Pensilvania (20 votos electorales), sino también en Arizona (11) y Nevada (6).

Varios líderes internacionales ya reconocieron la victoria de Biden y lo felicitaron. No obstante, su rival republicano, Donald Trump, declaró que «estas elecciones están lejos de terminar» y anunció que su campaña llevará el caso a un tribunal el próximo lunes.

Trump aseguró que ganó los comicios con «71 millones de votos legales» y denunció que a los observadores republicanos «no se les permitió» asistir al recuento de votos. «Sucedieron cosas malas que a nuestros observadores no se les permitió ver. Esto nunca había ocurrido antes», dijo.

 

El presidente de China, Xi Jinping, aseguró este martes que su país no va a mantener ningún tipo de guerra, «ni fría ni caliente», pese a las fuertes tensiones que vive con Estados Unidos y las advertencias de Naciones Unidas sobre la creciente brecha entre las dos superpotencias.

El discurso que el líder chino pronunció en el Debate General de la 75 Asamblea General de la ONU lo posicionó en el lado opuesto al del presidente estadounidense Donald Trump: apoyó el multilateralismo y un mundo basado en la cooperación, rechazó que haya un «jefe del mundo» y habló de la importancia de darle un papel clave a la Organización Mundial de la Salud (OMS), muy criticada por Trump.

Sin nombrar nunca a Estados Unidos o a su presidente pero siempre haciendo una clara referencia a las políticas y discurso de la Casa Blanca, Xi Jinping brindó un mensaje grabado en el que intentó hacer un difícil equilibrio entre una dura crítica a Washington y una imagen de potencia defensora de la cooperación y el diálogo internacional.

«No tengo intención de pelear ni una guerra fría ni una caliente con ningún país», sentenció el mandatario, luego de que el secretario general de la ONU, António Guterres, pidiera «evitar una nueva Guerra Fría» y Trump lo acusara en su discurso ante Naciones Unidas de ser «responsable» de la pandemia de coronavirus, una denuncia que se suma a la guerra comercial que mantienen las dos potencias hace más de dos años.

Xi Jinping habló ante la ONU con el telón de fondo del fuerte choque entre China y Estados Unidos, que viene vigente hace tiempo por motivos comerciales y geoestratégicos y que se ha endurecido aún más por la pandemia del coronavirus.

El presidente estadounidense reavivó el fuego este martes exigiendo que el país asiático rinda cuentas por «infectar al mundo» con la covid-19. Trump también arremetió contra China en el plano medioambiental, al afirmar que «las emisiones de carbono» del gigante asiático son «casi el doble que las de Estados Unidos, y están creciendo rápidamente».

A diferencia de Debates Generales de otros años, en los que líderes de potencias occidentales utilizaban esta cita anual de la Asamblea General de la ONU en Nueva York para presionar a China sobre temas de política interna, especialmente violaciones a los derechos humanos y libertades políticas, esta vez Xi buscó redirigir la tensión a una pulseada sobre liderazgo internacional.

«No debería estar permitido que se haga lo que uno quiera y actuar como el jefe del mundo. Nadie debe estar sometido por aquellos que levantan su puño. No debe haber prácticas de excepcionalismo o doble estándares. Tampoco debe distorsionarse la política internacional o usarla de pretexto para deslegitimar los derechos e intereses de otros países», aseguró el líder chino.

Por otro lado, Xi tocó también la guerra comercial con EE.UU, insistiendo en que la globalización económica es una realidad incontestable y que intentar combatirla con la «lanza de Don Quijote es ir en contra de una tendencia de la historia».

«Debemos vernos los unos a los otros como miembros de la misma gran familia, perseguir una cooperación en la que todos ganemos y ponernos por encima de disputas ideológicas y no caer en la trampa de la guerra de civilizaciones», señaló en otro momento.

En este sentido, habló de la necesidad de «reemplazar el conflicto con diálogo, la coerción con las consultas, y la suma cero con un enfoque win-win (todos ganan)» y agregó que «para poner en práctica el principio de multilateralismo, se debe actuar, no solo hablar».

«China es el mayor país en vías de desarrollo del mundo, un país comprometido con un desarrollo pacífico, abierto, cooperativo y común. Nunca vamos a buscar hegemonía, expansión o esferas de influencia», manifestó el mandatario chino, luego de pedir que no se «politice» la pandemia que hasta el momento ya registra más de 31 millones de casos confirmados y más de 965.000 muertos en todo el mundo.

Por último, aseguró que China seguirá compartiendo buenas prácticas, tratamientos y productos con el resto del mundo, insistiendo en que frente al virus lo que se necesita es más solidaridad. El presidente chino anunció así que su Gobierno facilitará más fondos a la respuesta humanitaria de Naciones Unidas ante la pandemia y que extenderá su cooperación con la organización en materia de desarrollo.

El presidente Alberto Fernández propuso un «cambio estructural de las economías» para «globalizar la solidaridad» en el mundo, un acuerdo colectivo hacia el «crecimiento inclusivo de las Naciones» y un compromiso de que la vacuna contra el coronavirus sea «un bien público global, accesible en forma equitativa» para todos los países.

«No es tiempo de globalizar la indiferencia sino de globalizar la solidaridad en múltiples dimensiones», frente a la pandemia de coronavirus, reflexionó el Presidente, en un discurso que pronunció ante la 75 Asamblea General de las Naciones Unidas, que se desarrolla en forma virtual.

Fernández llamó al mundo a «aprovechar la oportunidad histórica de unirse como sociedad para hacer frente a una crisis sin precedentes», en un mensaje en el que orientó hacia la necesidad de revertir globalmente la «injusticia social».

Además de destacar las medidas centrales implementadas en la Argentina para mitigar las consecuencias de la pandemia de Covid-19, Fernández marcó la importancia de defender una agenda ambiental y de derechos humanos en el mundo y pidió el «compromiso colectivo para la pronta y efectiva implementación del Acuerdo de París».

En un contexto económico, que definió como «tormentoso endeudamiento global», el Presidente aseguró que «el verdadero progreso se construye con todos adentro» y sugirió «recrear el multilateralismo basado en la solidaridad» y globalizarla.

También, apeló a que los países consideren a la vacuna de coronavirus como «un bien público global, accesible a todas las Naciones».

«Tenemos que ser capaces de soñar y construir una vacuna contra la injusticia social, la depredación ambiental, la discriminación en todas sus formas», expresó.

Con ese objetivo, el jefe de Estado planteó que «el camino de salida de la pandemia requiere promover políticas económicas orientadas al cambio estructural» de las economías, con una «responsabilidad común» en la agenda ambiental y en el «desarrollo integral y sostenible».

Fuente: Telam

Enfrentándose a un momento repleto de crisis en todo el país, el presidente Donald Trump aceptó el jueves la nominación de su partido desde un enorme escenario instalado en el Jardín Sur de la Casa Blanca, rompiendo con la tradición al usar la mansión presidencial como escenario político y desafiar las directrices de combate al coronavirus para dar un discurso ante una multitud que en gran medida no portaba mascarillas.

Con múltiples problemas afuera de la Casa Blanca, Trump presentó una visión optimista para el futuro de Estados Unidos, incluyendo una eventual victoria contra una pandemia que ha dejado más de 175,000 muertos, millones de desempleados y ha obligado a reescribir las reglas de la sociedad. Pero ese horizonte más brillante sólo puede alcanzarse, afirmó el mandatario, si él derrota a Joe Biden, contra quien desató mordaces ataques encaminados a borrar la ventaja que el demócrata lleva en los sondeos.

“Hemos pasado los últimos cuatro años revirtiendo el daño que Joe Biden infligió durante los últimos 47 años”, dijo Trump. “En ninguna época previa los votantes han enfrentado una opción más clara entre dos partidos, dos visiones, dos filosofías o dos agendas”.

Proyectándose como la última barrera que defiende el estilo de vida estadounidense del ataque de las fuerzas radicales, Trump declaró que la agenda demócrata es “el conjunto de propuestas más extremas que haya presentado alguna vez un nominado de uno de los grandes partidos”.

Al concluir la Convención Nacional Republicana con su discurso, Trump se arriesgó a enardecer a una nación dividida que sufre una serie de calamidades, incluyendo la pandemia, un potente huracán que golpeó la costa del Golfo de México y noches de descontento racial y protestas violentas después de que Jacob Blake, un hombre de raza negra, fuera baleado por un policía blanco de Wisconsin.

Donald Trump fue presentado por su hija Ivanka, una influyente asesora de la Casa Blanca, quien dijo que el notablemente extrovertido mandatario se solidariza con aquellos que han pasado adversidades durante la pandemia.

“He estado con mi padre y he visto el dolor en sus ojos cuando recibe la actualización de las vidas que se ha robado esta plaga”, dijo Ivanka Trump.

El presidente pronunció su discurso desde un escenario conocido y controversial. A pesar de la tradición y la reglamentación de no usar la Casa Blanca para eventos meramente políticos, se instaló un enorme escenario frente a la residencia presidencial.

Price reportó desde Las Vegas

Sin demasiadas figuras conocidas que lo respalden, el presidente de los Estados Unidos Donald Trump apostó todo su arsenal familiar para revitalizar su campaña. En la Convención Republicana habló el lunes Donald Jr. y esta noche lo hicieron otros dos hijos, Eric y Tiffany, pero todos los focos estuvieron en la persona que cerró la fiesta: Melania Trump, la primera dama de bajísimo perfil, que salió a la luz con un tono mucho más suave que todos los oradores para intentar atrapar el voto femenino para su marido.

Trump marcha 7,6% por detrás de su rival Joe Biden para las elecciones del 3 de noviembre, según un promedio de encuestas, y busca estos días darle un impulso vital de la mano de su familia. Melania Knauss, una ex modelo nacida hace 50 años en Eslovenia, ofreció desde el jardín de las Rosas de la Casa Blanca el segundo discurso más difícil de su vida, tras el que pronunció en la Convención del 2016.

Su misión fue bien difícil ya que intentó atraer el voto crucial de las mujeres suburbanas que los sondeos indican que se vuelcan mayoritariamente ahora hacia el candidato demócrata Joe Biden.

Desde el inicio tuvo un tono diferente porque, a diferencia de todos los oradores que la precedieron, ofreció las condolencias a los familiares de las víctimas, en una muestra de empatía que no se observó en su marido ni sus funcionarios. Y también fue la única que llamó claramente a la unidad de los estadounidenses, a pesar de las diferencias: «Somos una nación, ante Dios», señaló.

También habló sobre la epidemia de drogas, sobre todo los opioides, un drama que sacude el país, y también de los sectores más vulnerables. No hubo ataques hacia los demócratas como se escuchó en el resto de la convención y también buscó humanizar a su marido: «Donald Trump ama a este país. No es un político tradicional. Necesita acción, no palabras».

La primera dama habló desde el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, recién remodelado para la ocasión, con algunos invitados sentados enfrente, sin barbijos ni distancia social. Para ella, fue también una especie de reivindicación tras su controvertido discurso de 2016, cuando fue acusada de haber plagiado un mensaje de su antecesora en la Casa Blanca, Michelle Obama en 2008.

El tono en general del segundo día de la convención fue menos belicoso que la jornada inicial, donde hubo encendidos discursos –algunos casi a los gritos– que acusaban a Biden y los demócratas de ser radicales socialistas que traerán caos y violencia al país. Es cierto que esta noche continuaron las menciones sobre el posible preocupante rumbo del país y también ataques a las actividades del hijo de Biden en China. Pero se buscó más cercanía con el estadounidense común, con videos de trabajadores en todos los estados y discursos de pequeños comerciantes y empresarios.

Aunque en este caso extra-familiar, otro de los platos fuertes de la noche fue la breve participación remota del secretario de Estado Michael Pompeo, que habló desde Jerusalén, donde se encuentra en gira oficial. Elogiará la política exterior del presidente que, según el funcionario, garantiza la seguridad de los Estados Unidos y asegura las libertades de los estadounidenses.

Pompeo habló desde la azotea del hotel King David, un escenario muy atractivo para la base religiosa de seguidores de Trump, pero que rompe la tradición diplomática de no intervención en las campañas. Desde las filas de Biden lo consideraron un “uso descarado de su cargo para propósitos abiertamente políticos”.

El segundo día de la Convención Nacional Republicana fue un asunto de familia: además de la primera dama, habló Eric, de 36 años, uno de los hijos que tuvo con Ivanna Trump junto con Donald Jr e Ivanka, y también Tiffany, de 26, que es la única hija de su matrimonio con Marla Maples. Los hijos intentaron resaltar el costado más humano del presidente.

Algunas encuestas indican que Melania es la persona más efectiva en moldear el mensaje de su marido, particularmente entre los votantes independientes, pero sobre todo entre mujeres independientes. Por eso ella destacó en su mensaje que nació en el seno de una familia trabajadora y emigró desde Eslovenia a los Estados Unidos en busca del sueño americano.

Melania ha cultivado siempre un bajo perfil y se resiste a involucrarse en los actos de campaña de su marido y dice que prefiere dedicarse a la crianza del hijo que tiene con el presidente, Barron, de 14 años, y al cuidado de sus padres. Por eso su discurso fue algo excepcional que los estrategas republicanos esperaban con expectativa.