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Tras confirmarse que las naftas tendrán un aumento desde este viernes 1º de marzo en todos el país, el presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos de la Argentina (Cecha), Isabelino Rodríguez, dijo hoy que también habrá un incremento en los precios en abril y mayo.

Afirmó que «El Gobierno restituyó el impuesto a los combustibles líquidos», y que es «preocupante» la caída de la demanda.

«Durante tres años el impuesto a los combustibles líquidos no fue trasladado al surtidor; el mes pasado el Gobierno lo trasladó de forma parcial para no hacerlo de una sola vez y ahora eso por un decreto del Ejecutivo en lo que corresponde a 2023 se traslada en tres veces: marzo, abril y mayo», señaló Rodríguez.

Según indicó el referente, «eso implica en la práctica 4% para este mes en aumento para los combustibles líquidos».Sobre el impuesto, detalló que «había un diferimiento impositivo que impuso el gobierno anterior para no encarecer el precio de la nafta, pero había una ley que había que aplicar que no lo hizo y ahora se está aplicando».

«El Estado no lo recaudaba por una resolución administrativa que había dispuesto diferir la percepción de ese impuesto que le corresponde por ley; el gobierno de Milei ahora aplica la ley y vuelve a cobrar un impuesto a los combustibles líquidos», agregó.

Consultado sobre si habrá otros aumentos, dijo que «las estaciones de servicio no somos formadores de precios, somos el último eslabón de la cadena de comercialización».

«El precio de los combustibles ha transcurrido un sendero bastante importante en lo que se refiere a la nueva política energética, que pone al valor del combustible en el precio ‘import parity’ (paridad de importación); eso de alguna manera se ha trasladado en su mayor parte», aseguró.

En este contexto, señaló que «se ha producido un cambio en la modalidad de consumo» y que el consumidor «de naftas premium, que son grado 3, se ha pasado a las grado 2, que son más baratos».

«En el último mes y medio o dos meses, se va produciendo una caída en la demanda que empieza a ser para nosotros preocupante como sector», concluyó.

La petrolera YPF anunció que los precios de sus combustibles aumentan desde este miércoles un 4% promedio en todo el país. También aumentarán, en un porcentaje similar, los combustibles que expende la marca Puma, en este caso, a partir de mañana.

«YPF comunica que, a partir de las 08:00 del miércoles 17 de mayo aumentará el precio de sus combustibles un 4% promedio país por tipo y grado de combustible», señaló YPF en un comunicado.

Con el ajuste del 4%, los precios de los combustibles de YPF a partir de este miércoles son los siguientes: Nafta Súper, $185 por litro; Nafta Premium (Infinia), $235; Gasoil Común, $197 y Gasoil Premium, $250.

El nuevo incremento en los precios de los combustibles había sido acordado por las Secretarías de Energía y de Comercio durante abril, al renovarse el programa Precios Justos con el sector petrolero. Ese acuerdo estableció una pauta del 4% mensual en los precios de la nafta y el gasoil desde el 15 de abril hasta el 15 de agosto y fue firmado por las principales empresas de la actividad.

Así, entre enero y agosto de este año los combustibles registrarán un incremento del 36%, muy por debajo de la inflación proyectada para ese período. Además, en el primer cuatrimestre de 2023, los combustibles aumentaron 18% contra una inflación acumulada del 32%.

Ahora, se aguarda que, en las próximas horas, el resto de las petroleras que operan en el mercado local, entre ellas Axion y Shell, también determinen un incremento en los valores de sus combustibles.

Hay un “vaso medio lleno” y otro “medio vacío”, en relación a los combustibles, aunque tratándose de la temática habría más bien que hablar de tanques, cada vez menos llenos por el precio de las naftas y el gasoil.

Si se analiza la evolución en los surtidores durante el último año, es decir tomando los precios de marzo de 2022 y comparándolos con los que rigen desde la semana pasada, surgen algunas sorpresas.

La primera, agradable, es que la nafta súper evolucionó muy por debajo de la inflación. En efecto, mientras en marzo de 2022 los surtidores comodorenses de estaciones YPF reflejaban un valor de $91,10, el precio actual, de $151,90, equivale a una suba del 66,7%.

La buena noticia, entonces, es que creció por debajo de  la inflación del último año, de un 102%. La mala, es que seguramente seguirá subiendo para alinearse con esa referencia de precios generales.

El precio de la nafta Infinia, por su parte, también evolucionó por debajo de la inflación, ya que entre marzo de este año y el mismo mes del año pasado acumula un 73%, al subir desde $119,20 hasta los actuales $206,50.

También en este caso cabe la misma conclusión, ya que la diferencia implica que todavía tiene margen para subir para adecuarse al índice general de precios, algo que parece ocurrir desde comienzos de este año.

El gasoil común, en cambio, sí tuvo un ritmo más cercano a la inflación, de casi un 91% en el último año, al elevarse desde $105,80 por litro hasta los actuales $202. El Infinia Diesel es el combustible que más se actualizó, incluso por encima del IPC, al superar el 109%, ya que un año costaba $128,10 y ahora cotiza a $268,10, por encima incluso de la Ciudad de Buenos Aires.

 

Es la cuarta suba autorizada por el Gobierno. El incremento fue comunicado horas después de que se conociera el dato de inflación de febrero.

 

En las últimas horas de este martes, la petrolera Raizen, licenciataria de la marca Shell, anunció un aumento del 3,8% en promedio para todos los combustibles. El incremento comenzará a regir a partir de las 00 horas de este miércoles.

La decisión se da en el marco del acuerdo alcanzado entre las petroleras y el Gobierno, por el que los combustibles forman parte del programa Precios Justos y pueden aumentar en marzo un 3,8%.

Desde la empresa informaron que la actualización de precios intenta “absorber mínimamente los incrementos de los precios de los biocombustibles, el aumento de costos logísticos, y la variación del tipo de cambio oficial que afecta el precio de las materias primas que utilizamos para la producción de combustibles”, informó TN.

Con el nuevo incremento, el precio de los combustibles en las estaciones de servicio de Shell dentro de la Ciudad de Buenos Aires estará:

  • Nafta súper: $169,07;
  • Nafta premium: $205,33;
  • Gasoil común: $189,05;
  • Gasoil premium: $245,41

Se espera que las otras empresas se sumen en las próximas horas.

El objetivo de YPF y el resto de las empresas es que los precios en surtidor se incrementen en un 10% o inclusive hasta un 12%.

Los precios de los combustibles subirían alrededor de un 10% el próximo domingo. Esto se debe a que los impuestos (ICL y IDC), actualizarían parcialmente con una incidencia del 4% sobre el precio final, mientras que las refinadoras aspiran a conseguir entre el 6% y el 8% de aumento sobre el valor neto del producto. Para ello necesitan la autorización del gobierno. Esta ambición seguramente tropezará con la realidad económica del país, ya que con una inflación del 7% mensual, seguramente el gobierno querrá minimizar la variación en los precios de las naftas y los gasóleos.

Los ajustes en los valores del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono, se viene postergando repetidamente desde fines de 2020 a la fecha por lo que, de no mediar un poco probable cambio en la decisión del Ministerio de Economía, tendríamos el primer ajuste impositivo en casi dos años.

El gobierno postergó siete veces seguidas la actualización impositiva (cuatro veces en 2021 y tres en 2022). La última vez fue a fines de agosto cuando a través del decreto 561/22 estableció un nuevo cronograma. El incremento correspondiente al primer y segundo trimestre de 2021 se aplicará a partir de este sábado 1° de octubre, lo que le pone un piso de 4% a cualquier ajuste que se decida autorizar ahora. A su vez, El decreto estableció que las actualizaciones de los impuestos a los combustibles del segundo semestre de 2021 y de los tres trimestres de 2022 se implementarán recién el 1° de enero de 2023.
Números

Sobre esa base del 4%, las principales empresas del downstream —YPF, Raízen, Axion Energy y Puma— aspiran a conseguir una suba de entre 6 y 8 puntos porcentuales más para cubrir el encarecimiento de los costos medido en pesos provocado por la depreciación del tipo de cambio (el peso se devaluó en septiembre un 6%) y por el impacto de la inflación sobre la mano de obra y sobre los insumos y repuestos que se expresan en moneda local.

Por eso, el aumento final en los surtidores podría llegar a los dos dígitos. Habrá que ver si el Ministerio de Economía accede al pedido de YPF y el resto de las petroleras o termina autorizando una suba menor para atemperar el arrastre inflacionario de la medida.

«Los combustibles sólo explican un 4,2% de la variación mensual del IPC. Es decir, un aumento de 10% en el precio de los combustibles implica una suba de 0,42% en el IPC. En la práctica, más allá de lo que mucha gente cree, el impacto de la suba de los combustibles es bajo en la formación de los precios de los alimentos: representa un 1,6% del precio final. O sea, los alimentos encarecen 0,16% por cada 10% de aumento de los combustibles», explicaron en una de las empresas.

Desfasados

A precios constantes, según un estudio privado, el valor de la nafta se ubicó este mes 2% por encima de lo que valía en septiembre de 2021, mientras que durante el mismo período en Paraguay la suba fue del 15% y en Brasil de 12% porque el precio acompañó la evolución del barril. La imposibilidad de trasladar al surtidor todo el impacto provocado por la suba de los costos llevó a las refinerías a operar por estos días con los márgenes de refinación bruta más bajos desde fines de 2018.

«Si no conseguimos un aumento, el EBYTDA de octubre será negativo porque los márgenes están muy justos. Con una suba de 6 puntos por sobre la recomposición de los impuestos (que arrojaría un alza total del 10%) empezaríamos a recuperar lo perdido por la devaluación y la suba de costos en pesos», explicó el director comercial de una refinadora.

Estructura de costos

El crudo cotiza en dólares y representa cerca del 70% de la estructura de costos del combustible a la salida de la refinería. Una vez sumados los impuestos esa incidencia se reduce a cerca del 50% del precio final. Esto significa que, si el dólar viene subiendo, como ocurrió en agosto, un 5,7 por ciento mensual, la nafta debería ajustarse al menos un 2,85 por ciento por mes para no atrasarse respecto de la evolución del tipo de cambio.

A su vez, si los salarios e insumos pesificados representan el 30% de la estructura de costos y ajustan cerca del 7% mensual en línea con la inflación, otros 2,3 puntos porcentuales deberían sumarse por el impacto de los precios a nivel local. Esto le pone un piso al ajuste de los combustibles del 5,1% mensual para no atrasarse respecto a la evolución de las principales variables de la economía.

Las petroleras advierten, además, que en lo que va del año, el Estado otorgó a los productores de bioetanol, el biocombustible que se mezcla con la nafta, un aumento de 58,6%. Pasó de 65,42 a 103,76 el litro.

Este último fin de semana estaciones de servicio del país aumentaron los precios de algunas de sus naftas y gasoil y bajaron los de otras, como parte de un «reordenamiento por el último aumento dispuesto a principio de mes y para achicar la brecha de precios entre las capitales y el interior de algunas provincias», según informó la Agencia Télam.

Ante las distintas repercusiones, desde YPF aclararon que no se trató de un aumento general, si no que fue un ajuste, ya que también hubo bajas en algunos lugares y en otros no hubo cambios.

Por citar algunos ejemplos, en Córdoba, Santa Cruz y Santa Fe el diésel se mantuvo igual, mientras que el gasoil bajó 1,2%. Eso sí, en las capitales se registró un aumento de 1,2%, lo mismo que se dio en el Área Metropolitana de Buenos Aires.

En Mendoza, por su parte, los precios de las naftas Súper e Infinia bajaron entre 0,3% y 0,4%.

Así las cosas, en la Ciudad de Buenos Aires el litro de nafta súper pasó de $73,60 a $74,60 y la Premium de $84,70 a $85,70. El gasoil común, por su parte, aumentó de $69,20 a $70,20 y el gasoil Premium de $81,40 a $82,40 pesos.

Aumentos en los precios de la nafta y el gasoil en el 2021

El 16 de enero se dio un aumento del 6% promedio mientras que el 31 de enero se aplicó otro, de 1,5% promedio.

 

Se trata del tercer incremento que se registra en los surtidores en lo que va de 2021, luego de los implementados el 16 y el 5 de enero como parte del reacomodamiento del componente impositivo de los combustibles y el nuevo sendero de recuperación de precios de los biocombustibles.

Las petroleras comenzaron a implementar hoy un aumento del 1% para las naftas y del 1,9% para el gasoil, al trasladar a los surtidores los nuevos valores reconocidos por el Gobierno a los biocombustibles, en particular el biodiesel y el bioetanol que se utilizan para las mezclas obligatorias.

A comienzos de año, la Secretaría de Energía dispuso el nuevo sendero de precios que se extiende hasta mayo para recuperar los valores del biodiesel que se utiliza para el corte obligatorio del gasoil y el bioetanol para las naftas, luego de poco más de un año con un incremento del 10%.

De esta manera, la adecuación correspondiente a febrero contempla para el biodiesel un incremento en el corte de 5% a 6,7% (seguirá escalonado hasta alcanzar el 10%) y en el precio un aumento de 12,4%, mientras que en el caso del etanol el precio sube 9,6% y la dosificación no varía del 12%.

La primera de las empresas en implementar desde la medianoche los nuevos precios fue YPF -que controla casi el 57% del mercado-, al disponer en todo el país un incremento del 1% en naftas y 1,9% en gasoil como resultado del impacto de la decisión de la Secretaría de Energía sobre el precio de biocombustibles.

Las demás petroleras, seguidas en participación de mercado por Raízen -licenciataria de la marca Shell- y Axion, también se aprestaban a reflejar el incremento en sus redes de estaciones de servicio.

En el caso de la compañía de participación accionaria estatal los nuevos precios de referencia en al Ciudad de Buenos Aires son para la nafta súper $73,60, para la nafta premium o Infinia $ 84,70; para el diesel 500 $69,20; y para el gasoil premium Infinia $81,40.

En los primeros días de enero, a través de la resoluciones 1/2021 y 2/2021 de la Secretaría de Energía, se fijaron nuevos precios regulados de biocombustibles destinados a su mezcla obligatoria de nafta y gasoil, lo que busca recomponer el atraso de ese precio regulado por el estado desde diciembre de 2019.

Se trata de un esquema paulatino y progresivo de recomposición de precios que se está aplicando de manera gradual a lo largo de cinco etapas hasta mayo, que involucra también la reducción en los porcentajes de corte obligatorio de gasoil, de manera de no impactar en el bolsillo de los consumidores.

De esta manera, el nuevo esquema reconoce hasta mayo un incremento total del 90,7% para las distintas variedades de biodiesel; y del 55,9% para las de etanol, lo que pretende dar respuesta a los reclamos de las cámaras de las empresas elaboradoras que advertían sobre el parate del sector.

Por lo tanto, se anticipa que las petroleras durante los próximos tres meses reiterarán estos incrementos a comienzos de cada mes para cumplir con la actualización de precios, de acuerdo al cronograma oficial.

El valor de los biocombustibles es uno de los componentes del precio de naftas y gasoil, a los que se suma el precio del dólar, los impuestos a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono y el valor internacional del crudo.

El de hoy es el tercer aumento del año que se registra en los surtidores, luego de las subas del 5 de enero del 3% por aplicación de los valores en los productos de corte; y del 3,5% el 16 de enero por el traslado de la actualización del componente impositivo de cada producto.

Aquel último aumento incluyó el incremento del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC) del 7,7%, y que en el caso del ajuste correspondiente al primer trimestre del año, se acaba de disponer el traspaso del 1 de marzo al 12 de marzo.

Se trata de un tema sensible pero, a medida que el peso se devalúa, se vuelve más complicado de atender. El Gobierno está evaluando permitir que YPF aumente los precios de la nafta y el gasoil ya que, según las refinadoras, los valores están atrasados por lo menos en un 10%.

El mercado de combustibles no está regulado por el Estado -como sí sucede con las tarifas de gas y electricidad-, pero los gobiernos inciden sobre el precio a través de YPF, que tiene aproximadamente el 55% de participación en el despacho de nafta y gasoil. El presidente de la petrolera con control estatal, Guillermo Nielsen, señaló hoy que los precios tienen «un atraso significativo».

Su declaración llegó luego de que ayer, el presidente Alberto Fernández admitiera que hay «algún problema con el tema de las naftas». «Por ahora están congeladas, pero ahí tenemos un problema que estamos hablando con YPF», dijo en una entrevista con C5N, y lo diferenció de las tarifas eléctricas y de gas, que «hasta fin de año no van a tener cambios».

Los precios de los combustibles están congelados desde el pasado primero de diciembre, cuando el anterior gobierno permitió un incremento del 6% días antes de dejar la administración. En ese entonces, el tipo de cambio mayorista era de $59,98. Más de ocho meses después, el dólar vale $72,57 y la inflación acumulada es del 16%.

En el medio, el precio internacional del barril de petróleo -la cotización Brent que se toma de referencia en el mercado local- pasó de valer US$70 a caer a un mínimo de US$19,50, el 21 de abril pasado. El derrumbe del precio fue producto de una caída inédita del consumo de combustible. En la Argentina, en abril se demandaba apenas el equivalente al 25% de los niveles prepandemia y hoy, pese a cierta recuperación, esos valores todavía están entre 30 y 40% abajo del consumo anterior a la llegada del virus al país.

El Gobierno además aprovechó en esos meses de precios internacionales bajos para aumentar 30% el impuesto a los combustibles, que no se trasladó al surtidor, lo que hubiera significado un incremento del 5% en el precio de la nafta y el gasoil.

Desde entonces, la cotización del Brent se fue recuperando hasta alcanzar los US$45, al igual que el precio del barril criollo, que estableció el Ministerio de Desarrollo Productivo a pedido de las provincias petroleras.

Por lo tanto, el alza del Brent, del tipo de cambio y la inflación generan presión sobre los precios en los surtidores que, de seguir congelados, podrían desembocar en un desabastecimiento, según advierten las refinadoras. «Peor que la nafta cara es que no haya nafta», dijo hoy Nielsen, quien explicó que YPF financia su producción de petróleo y gas con la venta de nafta y gasoil. «Si no podemos invertir, terminamos importando petróleo y gas. Es un delicado equilibrio que trata de hacer el Gobierno y desde el sector privado estamos ayudando», comentó.

Lanzan el Plan Gas esta semana

El subsecretario de Hidrocarburos, Juan José Carbajales, anunció que en los próximos días se lanzará el nuevo Plan Gas, que consistirá en establecer subastas de hasta 70 millones de metros cúbicos diarios (m3/d) para determinar el precio entre distribuidoras y productoras por los próximos cuatro años. «El Poder Ejecutivo fijará el nivel de subsidios al usuario, al establecer cuánto del precio se pasa a tarifas», dijo en una charla organizada por la Cámara de Comercio de EE.UU. en la Argentina (AmCham).

Carbajales además habló sobre la ley de promoción de la industria hidrocarburífera en la que está trabajando el Gobierno. El funcionario indicó que se otorgarán beneficios impositivos y fiscales y que habrá un régimen de promoción de exportaciones. Además, indicó, se está «estudiando la factibilidad de convocar a una segunda ronda de licitaciones offshore (costa afuera)», señaló Red 43.

Desde este jueves, las petroleras disponen de total libertad para fijar su política comercial. Se espera un nuevo incremento en dos semanas por una actualización de impuestos a partir de diciembre.

Luego de 90 días, este miércoles culminó el plazo que estableció el Gobierno -vía decreto- para el congelamiento del precio de los combustibles, y las naftas y el gasoil ya se incrementó un 5% en promedio. Desde el Poder Ejecutivo decidieron no prorrogar la medida porque consideran que cumplió su objetivo de contener una escalada de precios aún mayor tras la profundización de la crisis luego de las elecciones Primarias del 11 de agosto. Por lo que desde las primeras horas de este jueves, las petroleras disponen de total libertad para fijar su política comercial. Algunas estaciones ya cambiaron las pizarras durante la madrugada.

Con el mercado liberado, YPF, que tiene casi 60% del despacho de combustibles, es la que fija la estrategia que tomarán las empresas para cerrar la brecha de 10% que, según las empresas, todavía queda de diferencia con el precio de paridad de importación (lo que costaría la nafta si se importara).

«Nadie hará nada con los precios hasta que YPF mueva. El contexto económico no da para que nadie se descalce y quede fuera del mercado», había dicho una de las estaciones de servicio a la espera que la petrolera con control estatal anuncie su alza. En el sector no se espera que los próximos aumentos sean de forma abrupta, si no de manera escalonada. Así coinciden las tres marcas principales que dominan el mercado: YPF, Shell y Axion.

Pero hay algo claro: la brecha debería cerrarse antes que asuma Alberto Fernández, ya que tanto el presidente electo como su equipo económico deslizaron que analizan aplicar un acuerdo de precios en los primeros seis meses o en un plazo aún mayor.

Las empresas petroleras querrán anticiparse y cubrir las pérdidas que tuvieron en los últimos meses con valores en surtidor menores a sus costos, para no empezar el nuevo congelamiento con valores atrasados.

Con ocho alzas en el año, los precios de las naftas aumentaron 33% en el acumulado, mucho menor al 44% estimado de inflación para el mismo periodo. El año pasado, la variación de precios había sido al revés: los combustibles subieron 69% contra una inflación de 47,6%.

Según el último balance que presentó YPF, los volúmenes de nafta y diésel Infinia (su marca premium) cayeron 9,2% y 5,5%, respectivamente, en el trimestre pasado. La nafta súper se mantuvo casi constante, porque absorbió en parte la caída de la demanda de la premium.

También la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (Fecra) coincidió en que la liberación del mercado «no significa que los consumidores tengan que pagar un aumento desmedido en los precios del surtidor».

«La caída en las ventas en nuestras estaciones refleja que cualquier recomposición de precios -necesaria también para no desalentar las inversiones comprometidas en Vaca Muerta- debe ser gradual. El contexto político actual, inmerso en una etapa de transición entre un gobierno saliente y otro entrante, creemos que acentúa una vuelta a la normalidad de los precios de los combustibles en un clima de consenso de todos los protagonistas de la cadena productiva energética para no perjudicar al consumidor y a la actividad económica en su conjunto», agregaron en un comunicado difundido.

En el transcurso de los tres meses que duró el congelamiento, la Secretaría de Energía habilitó dos incrementos -de 4% y 5%- en los precios del surtidor. De esta forma se incrementó el valor del tipo de cambio fijado por el Gobierno para la venta de combustibles, que pasó así de los iniciales $45,19 a $51,77. Aun está lejos de los $59,70 a los que cerró ayer el dólar mayorista, que se toma de referencia en el sector.

En relación con el valor del barril, el Gobierno lo había fijado en US$59, también por debajo de los US$61,39 a los que cerró ayer el precio internacional del barril en la cotización del Brent.

En el último incremento, el Gobierno aprovechó además para aumentar los impuestos a los combustibles líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC) en 6%, y para subir 8% el precio del bioetanol de maíz y biodiesel y 6% el bioetanol de caña. Para el mes que viene, se esperan nuevos aumentos en los impuestos, correspondiente a la actualización por la inflación acumulada del último trimestre, lo que generaría aun más presión al precio de las naftas.

«Nos encarecen el producto y nos aumentan los impuestos. El margen para las petroleras sobre el 5% de aumento es mínimo», se habían quejado en una de las marcas de las estaciones de servicio.

El Gobierno y las petroleras definen nuevos precios de combustibles. Estiman un atraso del 15%. Más presión sobre la inflación.

Este jueves llega a su fin el congelamiento de precios de combustibles decretado por Mauricio Macri el 16 de agosto. Es por eso que desde el sector esperan que a partir del fin de semana se dé un primer aumento en las naftas en torno del 5%. Según aclararon, el Gobierno y las petroleras mantienen reuniones para que el impacto en el bolsillo de los consumidores no sea tan fuerte: estiman que el precio quedó atrasado un 15%, por lo que en los primeros días de diciembre -previo al 10-D, día de la asunción de Alberto Fernández- podría haber otro incremento que generará más presión sobre la inflación.

Gabriel Bornoroni, presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA), analizó el escenario actual y lo que podría ocurrir desde el jueves. “El Gobierno está negociando con las petroleras para definir los pasos a seguir luego del congelamiento. Podría haber una actualización del 5% al 6%. Las petroleras están informando que tienen un atraso del 15%, luego de que les hayan permitido -dentro del congelamiento- dos aumentos del 5%. Todavía no hay nada oficial”, sostuvo Bornoroni, quien remarcó: “Es una negociación que es positiva, que el Gobierno y las petroleras se sienten para ver cómo seguir, para que de esta forma afecte de la menor manera posible a los ciudadanos”. El gesto que destaca el representante de las estaciones de servicio tiene que ver con que, en efecto, desde el jueves las petroleras no necesitarán de la autorización del Ejecutivo para aplicar aumentos.

En el sector sostienen que lo que defina YPF marcará, de alguna manera, el camino del resto de las petroleras, ya que cuenta con el 60% del mercado. Y Daniel González, su CEO, declaró días atrás cuando le consultaron al respecto: “Seremos muy responsables en la forma en que aumentamos los precios. Nos importan nuestros clientes, así que lo que haremos será lo necesario”.

El decreto firmado por Macri en agosto (luego de las PASO) establecía que por noventa días corridos, el precio de la nafta se determinara aplicando un tipo de cambio de referencia de $45,19 por dólar y un precio de referencia Brent de u$s 59 por barril. Pero la devaluación obligó a que, en medio del congelamiento, se permitieran dos subas: una fue a mediados de septiembre y la otra el 1° de noviembre (después de las elecciones) que buscaban, además, hacer frente al desabastecimiento que afectaba a diferentes estaciones de las denominadas sin bandera.

Según los datos que difundió la secretaría de Energía a fines de octubre, el congelamiento de los precios de combustibles contribuyó a frenar la caída en las ventas: en septiembre, el despacho creció un 4,9% frente al mismo mes de 2018. “El congelamiento aplicado desde mediados de agosto, si bien no incentivó un mayor consumo, al menos estaría contribuyendo a frenar la caída que sucedía mes a mes previo al DNU”, destacaron desde CECHA, que reúne a más de 4.800 estaciones de servicio de todo el país, resaltó Ambito.