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El Gobierno oficializó el viernes la suba del 5% de los combustibles y argumentó que tiene como fin «amortiguar los eventuales impactos futuros de traslado a precios en pico de surtidor».

El incremento se formalizó por medio de una resolución de la Secretaría de Gobierno de Energía, publicada en el Boletín Oficial.
En ese escenario, Gold sostuvo que «gradualmente, van a seguir algunos ajustes», mientras indicó que ello podría ser «a principios de diciembre y sobre fin de año».

«Siempre en un escenario gradual», insistió el titular de CECHA en diálogo con Radio Mitre.

Según señaló, «lo más probable es un 5% nuevamente el mes próximo».

Si bien aseguró que se debería aumentar otro 5%, aclaró: «El porcentaje restante no sé si se va a poder dar dentro del año».

«Ello va a depender de las negociaciones con las futuras autoridades de Energía», evaluó.

Gold destacó «el esfuerzo que se viene haciendo desde el momento que entró en vigencia el decreto de congelamiento de combustibles».

«El esfuerzo se viene haciendo, pero no puede ser eterno», apuntó el empresario.

«Es un esfuerzo compartido entre todo el sector», resaltó y afirmó que «las petroleras están vendiendo a un precio inferior al que debería estar en el mercado».

Además, argumentó: «Nuestros insumos han subido al ritmo de los precios de todos los sectores. Las cargas salariales han sido importantes, tuvieron un ajuste del 8% en noviembre y hay otro de 12% dentro de un escenario de congelamiento».

Tras la suba del 5% para los combustibles autorizada por Nación el día de ayer, este viernes se vio reflejada en los surtidores de las estaciones de servicio de nuestra ciudad los nuevos valores. Las tipo premium, común y diesel, superan los 50 pesos.

Este aumento se suma al 4% que habían habilitado a mediados de septiembre debido al retraso que se generó por la fuerte suba del dólar luego de las PASO

Desde este viernes, ya están en vigencia los nuevos precios de los combustibles en Trelew tras la autorización el día de ayer por parte del Gobierno nacional para la suba del 5% en el valor de los mismos.

Para referenciar, en una estación de servicio de nuestra localidad el litro de una nafta común ya esta a $42,35; la diesel común $46,36. Mientras que las variedades más compuestas de diesel y común, llegan a $53,49 y $50,74, respectivamente, informó El Chubut.

El Gobierno autorizó un aumento del 5% en los precios de las naftas y el gasoil, como venían reclamando las petroleras, y de ese modo puso fin al congelamiento que tenía vigencia hasta el 13 de noviembre próximo.

YPF aumentó los valores y esta madrugada la medida ya había impactado en los surtidores de la capital entrerriana, según confirmó Elonce.

Los nuevos precios, según adelantaron desde las estaciones de servicio a este medio son los siguientes:

Así, la nafta súper que costaba 50,09 pasó a 52,59.

La nafta Infinia subió de 56,24 a 59,09 pesos.

En tanto, el Infinia diesel que estaba a 54,79 pesos cuesta desde hoy 57,54.

Finalmente, el Diesel 500 pasó de 45,94 pesos a 48,24.

El Gobierno autorizó un aumento en el precio de los combustibles del 5% desde esta medianoche. La decisión «busca también prevenir eventuales problemas de desabastecimiento que pudieran ocurrir», indicaron en la Secretaría de Energía.

«Con el objetivo de amortiguar el impacto de la finalización el próximo 13 de noviembre, del periodo de vigencia establecido en el decreto 566/2019 en los precios en surtidor [congelamiento], el Gobierno autorizará una suba del 5% de los combustibles y del dólar de referencia para el precio del crudo, que se establece en $51,77», dijeron en el Gobierno.

Desde que se implementó el congelamiento por 90 días, el viernes 16 de agosto, el Gobierno había autorizado un aumento del 4% en el precio de las naftas. Con el nuevo incremento, el tipo de cambio fijado pasó de $49,30 a valer $51,77, mientras que el precio del barril de petróleo se mantiene en US$59.

Según los cálculos de la Secretaría de Energía, los precios aún estaban atrasados un 20%, aunque no había margen para subir lo que pedían las empresas y las provincias petroleras. «La brecha remanente que estimamos luego de este aumento es del orden del 15%», señalaron en la cartera de Energía.

A partir del 14 de noviembre, los precios volverán a ser libres y los fijarán las empresas, tanto los del surtidor como el pagado a los productores. Sin embargo, las petroleras repiten que nunca se aplicó un aumento tan brusco del 15%. Cuando hubo estas diferencias entre el precio local y el internacional, las empresas hicieron alzas escalonadas. La máxima suba que se hizo fue de 9,5% en el área metropolitana en septiembre del año pasado.

En lo que va del año, la demanda de nafta súper se mantuvo estable, pero porque reemplazó el consumo de la premium, que se derrumbó un 25% respecto del año pasado.

La medida de fijar el precio del combustible y del crudo había traído malestar en la industria. YPF admitió a sus accionistas que la resolución implicaba dejar de ganar hasta US$120 millones por mes. De hecho, la Cámara Argentina de la Energía (CADE) presentó la semana pasada una acción de amparo judicial en reclamo de la inconstitucionalidad de los decretos de necesidad y urgencia (DNU). Integran la cámara YPF, Pan American Energy (PAE), Raízen, Pluspetrol, Total Austral, Chevron y Shell, entre otras.

En el comunicado que emitieron indicaron que «el congelamiento de precios generó una grave distorsión que repercute en los niveles de inversión, la actividad y el empleo».

«El congelamiento de precios es un golpe y las inversiones en Vaca Muerta ya no son tan competitivas», había dicho Sean Rooney, presidente de Shell para la Argentina.

Hasta entonces, la petrolera Vista Oil & Gas, que fundó Miguel Galuccio, había sido la única en presentarse ante la Justicia para rechazar la medida. Luego se sumaron las provincias de Neuquén y Río Negro, que también protestaron por las regalías que dejan de percibir, informó La Nación.

En dos semanas caducará el congelamiento vigente en el mercado petrolero que el Gobierno estableció en agosto, luego de la devaluación post PASO, por 90 días. Eso significa que las estaciones de servicio aplicarán una remarcación en los surtidores. La misma arrancaría en un piso del 6%, según fuentes del sector.

El desfasaje entre los importes congelados y los estimados por las compañías está en torno al 20%. Sin embargo, en el mercado creen que un incremento de esa magnitud sería inaplicable, ya que la demanda no podría procesarlo bien.

Hace un mes, luego del aumento de 4% que se había dispuesto excepcionalmente, el presidente de YPF Miguel Ángel Gutiérrez había dicho que este año los combustibles subieron mucho menos que la inflación y que los precios en ese momento estaban entre 17 y 20% por debajo de la paridad de exportación.

Por eso, en las empresas también están tratando de que el Gobierno dé luz verde para un incremento previo, de aquí hasta el 13 de noviembre. La idea sería que, una vez liberado, la remarcación que tengan que disponer no sea tan abrupta, publica Clarín.

Aunque el congelamiento de precios de los combustibles líquidos (naftas y gasoil) se extiende formalmente hasta el 13 de noviembre, el Gobierno analiza desde hace dos semanas el momento preciso para habilitar un nuevo aumento, tal como lo hizo a mediados de septiembre con un 4%.

Fuentes oficiales advirtieron que dependerá exclusivamente de la decisión del presidente Mauricio Macri. El rumor que corre en el sector es que el congelamiento caería el lunes 28 de octubre, derogación de decretos mediante, publica el sitio El Cronista.

Según una empresa consultada, el Gobierno planeaba habilitar un incremento de 3% para recompensar en parte la inflación de septiembre y que no se siga acumulando un atraso en los precios, que los directivos de las petroleras ubican en un 17%.

El congelamiento de precios, dispuesto en agosto, impactó en toda la cadena petrolera y produjo incertidumbre en los ejecutivos.

De hecho, hace semanas vienen señalando que la inversión caerá en 2020: en petróleo por las malas señales de la política, mientras que en gas falta capacidad de transporte y demanda local.

Mientras tanto, YPF, la compañía líder, logró instalar en la agenda sectorial que los aumentos en los combustibles no están ligados de manera directa con la inflación.

Su presidente, Miguel Ángel Gutiérrez, exhibió que las naftas y gasoil subieron 22% en lo que va de 2019, contra una inflación acumulada a septiembre que estimaron cercana a 39% (solo el mes pasado el índice de precios habría saltado 7,1%).

«Si de golpe incrementamos un 17% los precios, el efecto va a ser peor porque caerán fuerte las ventas», matizaron en una petrolera.

En agosto, incluso, bajó por primera vez el consumo de nafta súper, la variedad más barata. La crisis ya se manifestaba en la demanda de nafta premium, que baja a más de 20% interanual.

El congelamiento de los combustibles llevó a un atraso de entre el 17 y el 20% en los precios. En la zona dispararía la nafta sobre los 50 pesos y el gasoil a más de 60. Pese a la Zona Patagónica, el gasoil ya es más barato en Buenos Aires.

Si bien en los últimos días el descenso del precio internacional del petróleo dio un alivio al problema del congelamiento de los valores de surtidor que fijó el gobierno nacional por medio de un DNU, el plan tiene fecha de vencimiento y a mediados de noviembre las operadoras esperan poder comenzar a recuperar la senda de precios, según publica el diario Río Negro.

Para la mayoría de los automovilistas la duda es hasta qué valor podrán subir los combustibles luego del día 90 y lo cierto es que si bien desde la industria se han señalado los números del desfase, también se advirtió que dan por descontado que la actualización pueda hacerse en una sola cuota.

De momento fue la petrolera de mayoría estatal YPF la que salió a poner blanco sobre negro al indicar que el atraso en los surtidores es del orden del 17 al 20%.

Fuentes de la compañía explicaron a Energía On que a lo largo del año los aumentos de precios corrieron por detrás de la inflación general del país y que salvo un breve período, entre noviembre del año pasado y enero de este año, se han mantenido por debajo de la paridad de importación.

Esta paridad marca en líneas generales un valor por litro de nafta del orden de un dólar a 1,15 dólares y coincide con los números del atraso señalados por las autoridades de YPF.

De poder trasladarse a precios todo ese desfase el valor final de un litro de nafta súper en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) pasaría de los actuales 52 pesos a costar entre 61 y 63 pesos, mientras que en Neuquén capital se iría de los actuales 44 pesos a 52 ó 53,50 pesos por litro. Esta diferencia se debe por un lado a la aplicación de la “zona patagónica” de los combustibles que marca por ley una rebaja en los impuestos que pesan sobre los combustibles líquidos.

Pero también incide en este precio “de promoción” la concentración de mercado de la capital neuquina dado que a muy pocos kilómetros, como puede ser en Añelo, Plaza Huincul o en General Roca, el valor es superior y con una actualización del 17 al 20% pasaría a costar por litro entre 54,75 y 56 pesos.

El fin de la Zona Patagónica
En la vereda opuesta se encuentra el gasoil, en especial el de tipo premium, que no se elabora en la refinería de Plaza Huincul. De momento el precio por litro en Neuquén es casi dos pesos superior al que se registra en CABA, y en localidades como Roca es aún mayor, alcanzando los 53,14 pesos.

Esta situación opuesta en los valores del gasoil premium, que también se registra en los de corte normal, se debe a la flexibilización que se hizo de la denominada “Ley Pichetto” para los combustibles en una zona patagónica que en realidad comienza al sur de la provincia de Buenos Aires.

El Ministerio de Hacienda convalidó el incremento de 4% en el precios de las naftas y el gasoil, a través de la resolución 557/2019 de la Secretaría de Energía publicada hoy en el Boletín Oficial.

La misma estableció que durante la vigencia del decreto 601 del 30 de agosto último los precios de naftas y gasoil en todas sus calidades, comercializados por las empresas refinadoras y los expendedores mayoristas o minoristas, que tengan como destino final el abastecimiento de combustibles por pico de surtidor en estaciones de servicio podrán incrementarse en hasta 4% respecto de los precios vigentes al 9 de agosto pasado.

El decreto 601/2019 instruye a Energía a dictar los actos que resulten necesarios para normalizar los precios del sector hidrocarburífero o modificar los valores de referencia y precios topes allí establecidos.

La resolución destacó que «los recientes acontecimientos de público conocimiento sucedidos en el mercado internacional de petróleo conllevan a una situación imprevista y significativa de incremento de precios de referencia internacionales que podrían impactar en la producción y el desarrollo de los hidrocarburos en nuestro país», así lo reseña Télam.

El Gobierno sigue manteniendo su decisión congelar el precio de los combustibles hasta el 12 de noviembre. Este lunes el precio del barril de petróleo aumentó más de 14% tras el impacto de los atentados con drones a los pozos de crudo de Arabia Saudita, pero aún así el Ejecutivo ratificó que mantendrá el congelamiento de las naftas decidido tras las PASO con el que busca ponerle tope a la inflación, que este mes se encamina a superar el 6%. A través de un decreto se dispuso mantener sin cambios estos precios por 90 días, plazo que vence el 12 de noviembre.

Al respecto, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, declaró: «Lo que ocurrió hoy es muy disruptivo ya que aumentó el crudo casi 10 dólares. Esto define el costo del precio de las empresas. Quedamos en ver cuál es la evolución y a partir de ahí, analizar si hay que tomar alguna decisión como se han tomado hasta ahora, entendiendo que las medidas que hemos tomado no son las que queremos sino que son consecuencias de los desequilibrios económicos que se sucedieron tras las PASO», dijo.

Que el congelamiento se mantenga no implica que todo seguirá sin cambios. De hecho desde que se mandaron los combustibles al freezer el Gobierno ya flexibilizó el acuerdo. Primero liberó los precios del segmento mayorista y ahora estableció una compensación para aumentar, marginalmente, el monto que reciben los productores por cada barril que venden en el mercado local. Y también fijó compensaciones para las provincias petroleras.

Ayer se publicó en el Boletín Oficial la resolución 552 que especifica que se mantendrá el barril de crudo congelado en US$59 -contra los US$ 70 a los que cotiza en el mercado internacional- y que se llevará el tipo de cambio que perciben los productores de US$ 45,19 a US$ 49,50, contra US$ 56,28 a los que cerró ayer el dólar mayorista.

Para llegar a esos US$ 49,50 el gobierno les transferirá $ 102,7 por barril a las empresas y $ 13,93 a las provincias petroleras. Esto tendrá un costo para la Nación de $ 1.550 millones. Pero como el diablo se esconde en los detalles, la resolución sumó una condición que según las petroleras y las provincias no formaba parte de las discusiones previas: para percibir la compensación deben desistir de las demandas que iniciaron contra la Nación a raíz del congelamiento.

Hasta ahora, las demandas fueron presentadas por las provincias de Río Negro y Neuquén y por la petrolera Vista, la empresa de Miguel Galuccio, ex YPF. Estos tres actores ratificaron ayer que seguirán adelante con sus reclamos judiciales. «Vamos a rechazar el subsidio de manera categórica», dijeron desde Vista. «No solo está lejísimo de compensar el daño que los productores estamos sufriendo, sino que tampoco sirve ante la brecha que se abrió frente al precio internacional». Y sostuvieron que el pedido de desistir de las acciones legales «carece de todo fundamento jurídico». También los gobernadores de Neuquén, Omar Gutiérrez, y de Río Negro, Alberto Weretilneck, confirmaron que rechazarán esta cláusula.

«Al viernes teníamos los precios en el surtidor 35% por debajo de lo que cuesta producir el combustible. Con este salto nos vamos a más de 40% abajo», dijo a Clarín una de las petroleras que no demanda al Estado. La incertidumbre se potencia cuando piensan en los que ocurrirá cuando se cumplan los 90 días del acuerdo. «Hoy el litro de nafta está en US$ 0,8 cuando debería valer US$ 1,2. Cuando descongelen estalla todo», recalcaron.

Otros fueron más allá y remarcaron que con este esquema Vaca Muerta es inviable. «Las inversiones están paralizadas. Ninguna empresa está mirando Vaca Muerta para invertir en 2020».

«Estoy de acuerdo con el congelamiento porque se hizo en un momento en el que todas las variables se fueron de control. Dejar que la nafta se fuera a $ 70 hubiera tenido un impacto extraordinario en la inflación. El congelamiento es transitorio, es una medida de emergencia. Si el dólar se mantiene en este valor no creo que se genere un gran problema el día 91». Y resaltó que «si Vaca Muerta es inviable en este contexto, entonces no resistiría los precios de la década de 90, cuando el barril estaba entre US$ 10 y US$ 15 el barril. Esto quiere decir que Vaca Muerta no es la salvación, sino una gran incógnita. El próximo gobierno tendría que volver a analizar la viabilidad del proyecto», dijo a Clarín Jorge Lapeña, ex secretario de Energía.

Las petroleras estiman que por la suba del dólar, los impuestos pendientes y el valor del crudo, los surtidores deben ajustarse. Pero otras cifras sobre el atraso de precios alarman a los empresarios del sector.

A 20 días del congelamiento de precios de los combustibles por decreto, el valor de la nafta en las estaciones de servicio ya acumula un atraso de casi 20%, según revelaron fuentes del sector a Ámbito.

“Según expresan las petroleras están con un atraso del 10% al 15%. A eso hay que sumar el freno que hubo con el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC), que si bien hasta agosto quedaban pendientes valor menores, con la inflación estimada a fin de año por arriba del 50%, seguramente el ajuste del tercer trimestre en los impuestos rondará 10% a 12%, lo cual implicaría alrededor de un 4% extra en precio final”, explicó un dirigente empresario a este medio.

Pero aunque se habla de un atraso promedio del 19% todavía es una incógnita lo que ocurrirá el 15 de noviembre próximo, el bautizado “día 91”, cuando vence el plazo del congelamiento, si es que no se prorroga el DNU 566. Los empresarios están preocupados. Entre sus cálculos aparecen números increíbles. El 19% suena a poco. Veamos:

El 23 de octubre de 2017, día de la liberalización del mercado de combustibles ordenada por Mauricio Macri, el litro de nafta súper de YPF en la ciudad de Buenos Aires costaba 21,71 pesos, con un dólar a 17,60 y un barril de crudo Brent a u$s57,59.

Casi dos años después, tras el congelamiento decretado por el mismo Presidente, el litro de súper cotiza a 43,71 pesos en la mayoría de las estaciones porteñas de YPF, con un tipo de cambio mayorista frezado en 46,69 -incluida la reciente flexibilización del 3,3%- y el crudo congelado en u$s59 (el Brent hoy cotiza u$s61,96).

Con estos números sobre la mesa, las petroleras ya estiman que el atraso ronda entre 10% y 15%, sin aplicar los impuestos pendientes. Pero si se aplica el valor del dólar actual, de 58,08 pesos, el atraso por tipo de cambio llega al 32%.

Las naftas acumularon una suba de más de 130% desde 2017 hasta el congelamiento de precios

En el 2018 los precios de los combustibles sufrieron 14 actualizaciones y una suba promedio de 75,4% en la nafta súper.

Este año, hasta el congelamiento de agosto, las petroleras ajustaron cinco veces los precios: la Premium acumuló una suba del 47,5%, la nafta común 51,7%, el gasoil Premium (G3) 60,9% y el común (G2) 65,7%.

La inflación de 2018 fue 47,6%, según el INDEC. El número oficial de agosto se conocerá el jueves 12 de septiembre. En lo que va del año, ya se ubica en 25,1%.

Si se le agrega el incremento de 4,4% de octubre a diciembre de 2017, desde que Juan José Aranguren anunció la desregulación de los combustibles hasta que Macri anunció la intervención, los precios de la nafta crecieron 131,5% en promedio.

En ese mismo período (22 meses), el tipo de cambio escaló 167% hasta llegar a 58,08 y el Brent 6,5%. En ese tiempo el costo en pesos del barril de crudo (tipo de cambio x Brent) escaló de 1.015 pesos a 3.582, un 252% más. Según este cálculo, que usan los petroleros para saber cuánto pagan en la Argentina el crudo, el atraso de precios llega al 120%.