Los gobiernos de Holanda y Australia responsabilizaron hoy formalmente a Rusia de «participar» en el derribo del avión malasio MH17 en el este de Ucrania en 2014, un día después de que una comisión de expertos determinara que una lanzadera rusa trasladó el misil desde la localidad rusa de Kursk hasta la región separatista ucraniana Donetsk, donde fue disparado.
Inmediatamente después de la acusación internacional, el canciller ruso, Serguei Lavrov, la rechazó de manera desafiante: «Ayer conversé con mi colega holandés. Me comunicó lo que ya es sabido. Le pedí pruebas que confirmen estas afirmaciones. Él no me presentó ninguna prueba».
Pese a esta declaración su par holandés, Stef Blok dejó en claro que su gobierno señala como responsable a Rusia y que puede probarlo.
«Exigimos que Rusia asuma su responsabilidad y coopere plenamente con el descubrimiento de la verdad y para hacer justicia para las víctimas del vuelo MH17 y sus familiares», afirmó el canciller holandés, Stef Blok
En un comunicado, Blok informó que, junto al gobierno australiano, consideran a Rusia «formalmente responsable» del «despliegue de la instalación del (sistema de misiles) BUK con la que se derribó» el MH17 de Malaysia Airlines, un ataque que dejó 298 muertos.
La nota agregó que las autoridades rusas ya fueron informadas por ambos países de este paso, una herramienta relevante que toman los estados cuando otros «no cumplen las reglas del Derecho Internacional».
Con este paso formal se inicia «un proceso legal complejo», explicó el gobierno holandés y, por eso, ambos países pidieron a Moscú que «colabore» con el objetivo de encontrar «una solución que haga justicia al enorme sufrimiento y el daño causado» por el derribo del avión malasio en julio de 2014.
Paralelamente, y con la condena formal de sus gobiernos como respaldo, un grupo de 270 familiares de víctimas anunció hoy que demandarán a Rusia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en Estrasburgo.
El abogado Jerry Skinner, especializado en temas aeronáuticos y que hace dos años también presentó una demanda en representación de algunas víctimas de Malasia, Australia y Nueva Zelanda, adelantó que la denuncia será presentada «como máximo el 13 de junio».
El Tribunal de Estrasburgo es el único que permite a particulares presentar una demanda y su intención es reclamar cantidades «millonarias» a Rusia por el daño causado, explicó el abogado, citado por la agencia EFE.
Moscú no reaccionó ante esta nueva iniciativa judicial, pero sí rechazó de manera tajante la acusación formal de Holanda y Australia,
«La parte rusa presentó a las fuerzas de seguridad holandesas pruebas exhaustivas que demuestran inequívocamente la implicación de los misiles Buk ucranianos (y no rusos) en el derribo del avión de pasajeros Boeing procedente de Holanda», aseguró un comunicado del Ministerio de Defensa ruso, luego que se conocieran las declaraciones de Lavrov a la prensa, en el marco del Foro Económico Internacional de San Petersburgo.
Moscú rechazó desde el inicio las investigaciones y todas las conclusiones del equipo investigador liderado por Holanda e incluye expertos de Australia, Bélgica, Malasia, Holanda y Ucrania,
El Kremlin reclama, además, que el equipo investigador no permitió que Rusia aportara sus expertos y no tomó en cuenta evidencia ni las conclusiones que éstos extrajeron de sus investigaciones en el terreno.
Estas conclusiones son: ni el sistema antimisiles Buk ni ningún otro sistema de misiles ruso cruzó la frontera entre Rusia y Ucrania, y por otra parte, el Boeing malasio siniestrado sobre el campo de batalla en Donetsk no fue alcanzado por un misil procedente de la zona controlada por los insurgentes que combatían contra las tropas de Kiev.
Ayer en conferencia de prensa en La Haya, el equipo de expertos que Rusia impugna aseguró que pudo rastrear con precisión tanto el origen como el recorrido del arma que destruyó el vuelo MH17 y que se trató de una lanzadera perteneciente a la 53ª Brigada Antiaérea del Ejército de la Federación Rusa con base en Kursk.
Fred Westerbeke, fiscal jefe holandés y miembro del equipo de investigadores, precisó que la identidad del centenar de sospechosos involucrados en el hecho se hará pública al final de las investigaciones.
El avión de pasajeros cubría la ruta entre Amsterdam y Kuala Lumpur cuando fue derribado en plena zona de combates entre separatistas pro rusos y el gobierno pro occidental de Kiev, el 17 de julio de 2014.
Las 298 personas que iban a bordo murieron.