Las organizaciones humanitarias y los equipos de emergencia han intensificado las labores para rescatar y ayudar a los afectados tras el paso del ciclón Idai por Mozambique, Zimbabue y Malaui, donde la catástrofe ha causado al menos 375 muertos y más millón y medio de damnificados. La magnitud completa del desastre, que ya ha sido descrita como una de las más devastadoras de la región, aún no se conoce por completo, según coinciden en señalar organismos internacionales, puesto que todavía quedan localidades anegadas por el agua que son inaccesibles. Algunas como Save The Children han insinuado en los últimos días que podría haber decenas de miles de fallecidos. El ministro de Medio Ambiente de Mozambique, Celso Correia, ha asegurado hoy que se han rescatado 3.000 personas pero aún hay otras 15.000 que aún aguardan la llegada de los equipos de emergencia.
Muchas personas esperan aún en los tejados de sus casas y en las copas de los árboles a que llegue ayuda, ya que el agua sigue invadiendo gran parte de las zonas afectadas por el ciclón. «Hemos recibido informaciones de que la situación fuera de la ciudad puede ser peor», comentó ayer miércoles el coordinador de emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF), Gert Verdonck, tras llegar a Beira, una de las principales ciudades de Mozambique y que ha sido arrasada casi en su totalidad por Idai. Los fallecidos por los efectos del ciclón ascienden solo en Mozambique a 217 personas, según cifras gubernamentales mozambiqueñas. Además, hay 260.000 niños afectados, según el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef), y existen pueblos enteros de centenares de miles de habitantes sumergidos bajo el agua.
«El jueves cuando fui a Chimoio vi allí muchas casitas tradicionales que nuestra comunidad construye, y el domingo no quedaba absolutamente nada», explicó el diputado mozambiqueño Juliano Picardo, que normalmente reside en Beira pero que la semana pasada viajó a esa localidad del interior por trabajo. «La gente ya no lleva los cuerpos a la morgue, se quedan con ellos», dijo Picardo. «Los suelos -remarcó el diputado- están todos debajo del agua y no se pueden oficiar funerales. Estamos guardando los cuerpos en lugares que encontramos seguros, que no tienen agua».
Idai tocó tierra en Beira el pasado jueves y siguió avanzando el viernes hacia el interior hasta llegar a la parte occidental de Zimbabue, donde también ha causado innumerables daños y centenares de fallecidos. Según la última actualización de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), otras 102 personas han perdido la vida en Zimbabue, «una cifra -de acuerdo con esa entidad- que se espere que suba en los próximos días», más de 200 han resultado heridas y otras tantas siguen desaparecidas. El distrito de Chimanimani es el más afectado por el ciclón, y esta agencia de la ONU calcula que un total de 2.500 hogares han sido afectados, aunque el impacto «es difícil de evaluar ahora mismo».
El presidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, dijo este miércoles que los helicópteros comenzarán a entregar ayuda a los pueblos que se han quedado incomunicados, después de que Idai haya arrasado carreteras y puentes de la zona. «No queremos oír que nadie muere de hambre», aseguró el mandatario a la población de Ngangu, uno de los pueblos afectados y donde han muerto decenas de personas. La ayuda, según el Gobierno zimbabuense, está ya preparada y lista para ser entregada ahora que «el clima es favorable». Las labores de rescate se están viendo dificultadas por la persistencia de nubes, niebla y lluvias. «Mientras el apoyo inmediato para salvar vidas es la necesidad más urgente, el impacto de este ciclón va a seguir siendo intenso en las próximas semanas y meses», explicó el director de la oficina de Zimbabue del Comité Internacional de Rescate (ICR), Paolo Cernuschi, en un comunicado.
En ese contexto, no cesan los testimonios de quienes han tenido la suerte de salvar la vida. «Un corrimiento de tierra destrozó mi casa. No tengo nada, pero agradezco a Dios que mis tres hijos y mi mujer hayan sobrevivido», relataba un superviviente, Godfrey Munyakare, en declaraciones al periódico estatal The Herald.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) envió también asistencia médica de urgencia para responder a las «necesidades sanitarias de miles de personas afectadas por inundaciones en Malaui, Mozambique y Zimbabue». Asimismo, el Banco Mundial anunció una ayuda de 90 millones de dólares para las víctimas del desastre del centro de Mozambique, y la Unión Africana (UA) envió 350.000 dólares a estos dos países afectados y Malaui, que sufrió las lluvias e inundaciones previas a la formación del ciclón.
Antes de formarse, en el canal que separa Mozambique de Madagascar, Idai era una tormenta tropical que causó graves inundaciones en Mozambique y Malaui, país en el que han muerto 56 personas.
El País