Es intensa la afluencia de personas a los lugares de votación. Los candidatos confirmaron estos datos con la información que reciben de sus militantes. Hay colas de más de 30 personas en las mesas.
Cerca de las 10.30 horas, el nivel de asistencia era del 15%. Pero pasadas esa hora, el movimiento se intensificó. En las mesas de votación, a pesar del poco tiempo que lleva la emisión del voto, se empezaron a hacer largas colas. Hay filas de 20, 30 y hasta 40 personas que algunas mesas.
Todos los candidatos destacaron que la votación se abrió con normalidad. Hubo inconvenientes y retrasos en mesas puntuales, pero se subsanaron en pocos minutos. Esta vez no hubo deserciones importantes o numerosas de presidentes de mesa.
En General Pico, el candidato a intendente de Cambiemos Martín Maquieyra destacó el nivel del movimiento en las primeras horas, apenas aflojó el frío helado de la mañana.
En las primeras horas de la mañana ya votaron los principales candidatos. A nivel provncial ya sufragaron el candidato oficialista Sergio Ziliotto (en Santa Rosa) y su más empinado oponente, Daniel Kroneberger (Colonia Barón). Otros candidatos a gobernador que votaron fueron Ricardo Araujo, Juan Carlos Tierno, la piquense Gladys Flores, Rubén Ojuez (Frente Popular) y el pastor Daniel Robledo (Pueblo Nuevo).
También lo hicieron los candidatos a intendente de Santa Rosa Leandro Altolaguirre (por el oficialismo municipal) y Luciano Di Nápoli (FREJUPA).
El intendente piquense Juan José Rainone también emitió su voto en la mañana.
Sergio Ziliotto es favorito para obtener la Gobernación. El peronismo está invicto en cargos ejecutivos desde el regreso de la democracia. El radical Daniel Kroneberger desafía esa hegemonía y aunque hay ocho candidatos, se presume que será una elección polarizada.
El peronismo de “la unidad” buscará hoy en La Pampa asestarle un nuevo golpe a las fuerzas de Cambiemos, cuando se elija el nuevo gobernador de la Provincia, además de autoridades legislativas y en más de 80 municipios.
El Frente Justicialista Pampeano, la coalición que comanda el PJ, buscará mantener su invicto: nunca perdió una elección ejecutiva desde el regreso de la democracia.
Por eso Sergio Ziliotto es el favorito, en una elección que se prevé polarizada con el candidato de Cambiemos, Daniel Kroneberger. Hay otros seis candidatos a la Gobernación, pero cuyas estructuras son más débiles y ni siquiera armaron representación en todos los municipios (ver cuadro aparte).
El padrón oficial para participar de las elecciones es de 282.055 ciudadanos y ciudadanas.
Además de la Gobernación, la elección definirá de qué modo se compone la Cámara de Diputados y quiénes son los jefes comunales: en ese sentido hay varios duelos parejos e interesantes.
En la capital provincial, el candidato a intendente del peronismo es uno de los principales referentes de La Cámpora y muy cercano a Cristina Fernández de Kirchner: el abogado Luciano Di Nápoli desafía al radical Leandro Altolaguirre, que busca su reelección (ver aparte).
En la segunda ciudad, General Pico, el peronismo intenta que una mujer sea elegida intendenta por primera vez: Fernanda Alonso, otra sub-50 que proviene de la gestión social, compite con Martín Maquieyra, uno de los preferidos de Marcos Peña (ver aparte)
El impacto nacional.
La elección tendrá impacto nacional, en un contexto removido por la inesperada aparición que ayer hizo Cristina Fernández de Kirchner. El macrismo viene perdiendo una elección tras otra en distintos territorios y La Pampa podría convertirse en otro cachetazo.
A diferencia de lo ocurrido en otros procesos electorales, esta vez el peronismo quedó parado a la izquierda de su oposición política: en ese sentido también el FREJUPA pretende ser un ejemplo nacional.
Logró atar su interna, unificar a todas sus líneas y sumar -con representación electoral expectante- al Frente Renovador, Nuevo Encuentro, el Partido Humanista, el Partido Comunista y Patria Grande.
Ziliotto (56 años) es diputado nacional y en alguna medida representa un trasvasamiento generacional forzado, a partir de que el líder del PJ, Carlos Verna, no pudo pelear por la reelección a raíz de un cáncer que lo marginó de la campaña.
El PJ pampeano -tradicionalmente ortodoxo y conducido por líderes caudillescos- se abrió esta vez -después de las reñidas legislativas de 2017- a sectores del kirchnerismo más puro, a partir de que maneja encuestas en las que Cristina Fernández de Kirchner es la única dirigente nacional que en La Pampa tiene una imagen positiva por encima del 50%.
“Avancemos” hacia la polarización.
Se presume una elección polarizada con la alianza que encabeza el radicalismo, con el diputado nacional Daniel Kroneberger como candidato a gobernador, y el apoyo del PRO y otras fuerzas de la centroderecha.
A partir de su sociedad con el macrismo, la tradicional alianza opositora se quedó sin el aporte de socialistas, progresistas e independientes que integraban la coalición. En febrero, sorteó una feroz interna en la que la UCR le dio una paliza al delfín macrista, el exfutbolista Carlos Javier Mac Allister.
En campaña la UCR hizo enormes esfuerzos por distanciarse del Gobierno Nacional: en los afiches proselitistas eliminó a “Cambiemos” para reemplazarlo por un tardío “Avancemos”.
Hay otras seis fuerzas que propician postulantes a la Gobernación: el socialismo, dos espacios de izquierda (el MST y la agrupación Desde el Pie) y tres sellos que se alejaron del PJ como consecuencia del proceso de reforma de la identidad política del peronismo local (armaron sus propias listas los sectores evangélicos y dos exministros que fueron echados por Verna).
El Estado en debate.
La oposición hace foco en los aspectos más cuestionables de estos 36 años de peronismo: hechos de corrupción, obra pública deficitaria, aspectos institucionales poco transparentes, falta de infraestructura en algunas áreas, la necesidad de mejorar la calidad de la educación y sobre todo la ausencia de un proyecto que permita un despegue económico que haga base en la actividad privada como generadora de empleo.
A su vez, el peronismo se jacta de las bondades que tiene la fuerte presencia estatal (con su asistencia a los sectores menos favorecidos), y de aspectos administrativos, económicos y políticos que dejan a La Pampa bien posicionada en comparación con otras provincias.
El peronismo pampeano fue siempre conservador y ortodoxo. Pero en esta campaña dio algunos pasos a contramano de su tradición.
En su afán de confrontar con el macrismo en desgracia, tejió nuevas alianzas. Además de contener a todas sus líneas internas, algo que el año pasado cuando se bajó Verna nadie aventuraba como sencillo, unió el nombre del PJ pampeano al de otras fuerzas de “centroizquierda”.
Si el desempeño electoral es acorde a las expectativas, esos sectores tendrán incluso representación en cargos de gobierno.
La definición de ese nuevo perfil de su identidad política hizo que el peronismo pampeano se sacara de encima a Juan Carlos Tierno y que tampoco dejara lugar en las listas para la representación del partido evangélico (Pueblo Nuevo).
Antes, el PJ entendió algunos riesgos que antes no concebía. En las PASO del año 2017 -cuando el PJ pampeano iba y venía en su relación con el macrismo, después de facilitarle la luna de miel y tender puentes amigables- los candidatos de Cambiemos sacaron más votos que los del peronismo.
Esa tendencia se revirtió con lo justo para la legislativa general: el PJ remontó más de 20.000 votos y ganó por apenas 54 sufragios.
El día de las internas, el 17 de febrero, se produjo una escena extraordinaria: la sede del PJ fue avanzada por banderas y militantes de fuerzas de “centroizquierda” al ritmo del “oooh… vamos a volver…”.
Al mismo tiempo, la alianza de macristas y radicales desmembró una coalición que antes incorporaba a sectores que se le alejaron, aunque desde ya conserva y potencia su relación con el antiperonismo de siempre.
Kroneberger fue electo candidato a gobernador tras la paliza al “Colo”. Después vino la operación para tratar de despegarse del socio caído en desgracia.
Fuente: Diario de La Pampa