Alberto Fernández , cuando falta un día del cierre de campaña, volvió a criticar al gobernador cordobés Juan Schiaretti por su prescindencia en la elección nacional. «No comparto lo que ha hecho porque no es posible que para alguien sea lo mismo la Argentina de (Mauricio) Macri que la que proponemos. No es lo mismo. No entiendo lo que él ha hecho, dijo el candidato y afirmó que con el cordobés tiene «más una buena relación personal que política».
Schiaretti es el único gobernador peronista que llega a la elección nacional sin acompañar abiertamente a Fernández. Resistió a toda la artillería de seducción y también a las críticas del Frente de Todos; mantiene su pedido de votar lista corta y su planteo de que, institucionalmente, acompañará al Presidente que resulte electo.
«Yo no tengo un compromiso con Schiaretti sino con los cordobeses; creo que es un error lo que ha hecho pero no le voy a hacer pagar a los cordobeses nada. A mí no me afecta en lo más mínimo lo que hace Schiaretti; a los gobernadores obviamente los respeto pero no puede pagar la gente la forma en que nos relacionamos», dijo Fernández en declaraciones a radio Pulxo de Córdoba .
Por el distrito, donde Juntos por el Cambio ganó todos los comicios nacionales desde 2015, ya pasaron los postulantes de todos los sectores y mañana Macri cerrará con un acto en el centro de la ciudad. El lunes, en Río Cuarto , el gobernador dijo que «gane quien gane la elección nacional, la voluntad del Gobierno provincial es trabajar codo a codo para ayudar a superar la crisis».
Reiteró que su opinión no tiene incidencia en la campaña, porque cada elección es distinta y «los cordobeses son los que deciden». «No importa el favorito del gobernador (..). No tengo duda de que si Fernández es elegido presidente, yo voy a estar al lado de él apoyándolo. Lo mismo si es elegido Macri. Sea quien sea, vamos a tener una buena relación», indicó.
La situación de aislamiento que vivió Córdoba desde 2008 con la crisis de la 125 hasta el final del mandato de Cristina Kirchner estuvo presente durante toda la campaña. El peronismo local la menciona implícitamente cuando apuesta al «cuidemos lo que es de Córdoba» e insiste en que para lograrlo, el voto debe ser a los candidatos de Schiaretti. Juntos por el Cambio recuerda en sus actos que el distrito fue «castigado» y que no hay que creer en las promesas de reconciliación del Frente de Todos.
A cuatro años del cierre de aquella etapa y con un vínculo institucional aceitado entre la provincia y la nación -además de una buena relación personal entre Macri y Schiaretti- el tema sigue en la picota. Unos lo agitan como símbolo del pasado que regresa y los otros, como promesa de que se aprendió de los errores.
Schiaretti recibió a todos los candidatos que se lo pidieron en la Casa de Gobierno; con Fernández, además, mantuvo una reunión privada después de que dijera que «no necesitaba» de él para ganar. En ese encuentro cerraron una suerte de «pacto de caballeros»: el Frente de Todos debía seguir manteniendo un tono amigable con la provincia y tratar de sumar votos «pescando fuera de las pecera», es decir en los sectores medios no peronistas. El gobernador, por su parte, no interferiría en la campaña.
El cordobés faltó al acto del Día de la Lealtad en La Pampa; sí estuvo el senador nacional y presidente del PJ provincial Carlos Caserio, quien llegó en el avión con Fernández. Desde el arranque de la campaña se alineó con él en contra de la posición de Schiaretti y fue acercando intendentes. También se sumó Natalia de la Sota, legisladora electa de Córdoba.
El Frente de Todos toma la figura de José Manuel de la Sota en cada uno de sus actos en Córdoba para insistir en que ahora hay vocación de «diálogo» y de «tender puentes» como solía predicar el el exgobernador, quien en su momento fue aliado de Sergio Massa .
En las últimas semanas Schiaretti aparece concentrado en la gestión y en los spots publicitarios en los que pide que lo acompañen con sus candidatos; su apuesta es a lograr retener los dos diputados que hoy tiene en el Congreso.
Está convencido de que los próximos meses serán «muy complicados» y que más allá de quien resulte ganador, requerirá de consensos con los gobernadores. Con el santafesino electo Omar Perotti ya están trabajando juntos en algunos temas y proyectan liderar la posición de las provincias en las cuestiones más controvertidas. El cordobés ya jugó ese rol en esta etapa, aunque si gana Axel Kicillof en Buenos Aires, tendrá un competidor fuerte, informó La Nación.