En medio de una creciente tensión por el conflicto secesionista de Cataluña e inquietud por el alza del partido ultraderechista Vox, cerró la campaña de las elecciones generales de este domingo en España, donde el aspirante a la reelección, el socialista Pedro Sánchez, busca un amplio respaldo de las urnas para desbloquear la formación de un nuevo Gobierno.
Cercado por militantes independentistas que se congregaron para repudiar su presencia, Sánchez puso fin a su campaña en la Fira de Barcelona pidiendo el voto para «romper el muro del bloqueo» que, según dijo, «es el primer problema que tenemos», sin el cual no se pueden resolver los demás.
«Votar el Partido Socialista (PSOE) significa frenar a los franquistas y tener un gobierno que luche por la justicia social de todos los españoles», remarcó Sánchez ante unos 3.000 simpatizantes socialistas, en el que fue uno de sus actos de campaña más multitudinarios.
El candidato del PSOE volvió a Barcelona -fue su tercera visita en tres semanas- pese a la hostilidad del independentismo más radical, que lo responsabiliza por el espiral de tensión que vive la norteña región desde que a mediados de octubre estallaron masivas protestas y brotes de violencia en respuesta al fallo que impuso duras penas de prisión a los líderes del fallido proceso de secesión de 2017.
«¡Le dicen democracia pero no lo es!», «¡Fuera las fuerzas de ocupación!» fueron algunos de los gritos con los que un centenar de independentistas recibieron al candidato socialista.
«Tenía ganas de estar aquí, donde está la Cataluña que defendemos. La Cataluña de las soluciones, la que quiere convivencia y no confrontación», subrayó Sánchez, quien prometió que si forma gobierno «aprobará una nueva ley educativa», «derogará la reforma laboral», los «recortes en sanidad» y «contribuirá a la concordia entre catalanes».
Entre gritos de «¡Presidente!» y «¡Viva, viva, viva, Cataluña socialista!», el aspirante a la reelección remarcó que la ultraderecha está «arrastrando» al Partido Popular (PP) y a Ciudadanos a «posiciones extremistas», y que el PSOE es «la esperanza» de un gobierno «fuerte y moderado».
El líder socialista y favorito a ganar las elecciones sin mayoría absoluta, reiteró en sus últimas entrevistas su rechazo a formar un gobierno de colación con Unidas Podemos (UP), de ahí su necesidad de sumar apoyos para sortear un escenario de bloqueo como el que resultó de las elecciones del 28 de abril último.
Antes de la convocatoria de los nuevos comicios las encuestas eran muy favorables para Sánchez. Sin embargo, el escenario parece haber cambiado en la recta final de campaña ante el ascenso de Vox y cierta recuperación del PP, lo que abre la posibilidad a que el bloque de derecha sume una mayoría alternativa.
«No hay más alternativa que el PP, todos los demás votos ayudarán a Sánchez», defendió su líder, Pablo Casado, quien cerró su campaña en la madrileña plaza de toros de Las Ventas.
Casado dijo que el PP no facilitará en ningún caso la investidura de Sánchez, de ahí que se atrevió a pedir el voto «prestado» de otros votantes de la derecha y defraudados del PSOE para «echar» al líder socialista de La Moncloa, al que acusa de no poner coto al independentismo.
La recuperación del PP y el ascenso de Vox están mermando al partido Ciudadanos, de Albert Rivera, quien necesita recuperar el terreno para tener protagonismo en un eventual acuerdo de derecha.
Pese a las malas perspectivas, Rivera se mostró optimista en su cierre de campaña en Barcelona: «el domingo puede haber una sorpresa electoral porque dos puntos más a Ciudadanos son 20 escaños», dijo.
«Este país necesita más esperanza, mirar al pasado solo para aprender, grandes dosis de respeto, menos sectarismo y más capacidad de diálogo», subrayó el dirigente liberal, uno de los principales defensores de la «mano» dura contra el independentismo.
El líder de Vox, Santiago Abascal, por su parte, llenó con 8.000 personas la plaza Colón de Madrid, afianzando el mensaje que la extrema derecha no tiene techo.
«Somos la única alternativa patriota frente a los independentistas», sostuvo el líder ultra, quien promete «soluciones drásticas» para Cataluña como «suspender» el gobierno regional, «ilegalizar a los partidos separatistas».
En medio de la fuerte competencia de la derecha y consciente de que cuanto más fuerte esté UP más posibilidades hay de que Sánchez dé el brazo a torcer y acepte gobernar en coalición, Pablo Iglesias reiteró hoy que «el único voto que sirve» es el de Unidas Podemos.
«Somos la única fuerza política patriota en España. La única que entiende que el patriotismo es la defensa de lo común», subrayó desde el acto de final de campaña en Madrid, acompañado por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quien es la prueba de que pueden gobernar en coalición, informó Télam.