Este viernes el mandatario se presentó en la Facultad de Derecho de la UBA a evaluar a sus alumnos de la cátedra de Teoría General del Delito y Sistema de Pena. Algunos fueron desaprobados.
El líder del Frente de Todos, como jefe de la cátedra de Teoría General del Delito y Sistema de la Pena, constituyó puntualmente la mesa de examen a las 10 en el aula 235, donde una de las primeras acciones fue solicitar que se retirara del lugar a «la prensa», según trascendió de parte de los alumnos.
Luego de encabezar los exámenes orales, en los cuales debió desaprobar a alguno de los alumnos que se había presentado, el jefe de Estado realizó breves declaraciones a los periodistas que se habían acercado hasta la sede universitaria y desmintió que fuera a pedir licencia del puesto docente, ya que legalmente no es incompatible ese cargo con el de Presidente.
«No voy a pedir licencia, voy a seguir dando clases, una vez cada 15 días: le voy a pedir a la Facultad un adjunto para poder hacerlo», explicó.
En ese sentido, el Decreto 1033/2001 establece que «el desempeño de horas de clase o de cátedra no se encuentra alcanzado por la incompatibilidad prevista en el Régimen sobre acumulación de cargos, funciones y/o pasividades para la Administración Pública Nacional».
Alberto Fernández se desempeña desde 1985 como docente en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA): dos años antes, el dirigente peronista se había recibido de abogado en esa misma casa de altos estudios con un promedio de 7,80.
El actual Presidente dicta la materia Teoría General del Delito y Sistema de la Pena, que trata sobre temas como la política criminal, el dolo, la culpabilidad, la tentativa, las consecuencias jurídicas del delito y las penas, entre otros.
«Ayuda en el examen. Si no sabes algo, te ayuda en el examen para que lo sepas. No tiene intenciones de que desapruebes», contó una de sus alumnas en declaraciones a la prensa.
Y agregó: «Al otro día de su asunción nos mandó al grupo de WhatsApp el aviso de que iba a venir a tomarnos el examen y a firmar las libretas».
Tras cumplir con sus responsabilidad de docente, Alberto Fernández regresó a la Casa Rosada para reunirse con el vicepresidente de Google, Philipp Schindler.