El solsticio de invierno se produce entre los días 20 y 23 de diciembre en el hemisferio norte. Mientras, entre los días 20 y 23 de junio tiene lugar en el hemisferio sur. Por lo tanto, cuando se produce el equinoccio de invierno, se da al mismo tiempo el solsticio de verano en el hemisferio opuesto.
El solsticio de invierno siempre ha tenido un significado muy espiritual. Muchas civilizaciones a lo largo de la historia lo han relacionado con la idea del renacimiento y la renovación. Los monumentos Newgrange en Irlanda y Stonehenge en Inglaterra fueron construidos en honor a este fenómeno. En el Imperio Romano se celebran los festejos de Saturnalia.
A día de hoy, la fiesta más extendida y arraigada en Occidente en relación con el solsticio de invierno es la Navidad. Una festividad religiosa que tiene su origen en las antiguas celebraciones paganas. Antes del cambio del calendario juliano al gregoriano estaba concebida para coincidir con el solsticio de invierno, el 25 de diciembre.
¿Por qué hay solsticios?
La razón por la que hay solsticios, y por lo tanto diferentes estaciones del año, es que la Tierra está inclinada un promedio de 23,5 grados con respecto al Sol. Esto supone que los hemisferios norte y sur reciven cantidades de luz solar desiguales durante el año, mientras la Tierra gira alrededor del Sol.
Cada hemisferio se enfría durante los meses del año en los que se encuentra inclinado más lejos del Sol. Por lo tanto, el solsticio de invierno, que se da en diciembre en el hemisferio norte y en junio en el hemisferio sur, tiene lugar cuando la inclinación está en su ángulo más extremo.
Un fenómeno astronómico que ha ido estudiado durante varios miles de años, informó Ok Diario.