La metamorfosis de la Casa Rosada tras el recambio presidencial no se detiene. El gobierno de Alberto Fernández dispuso un giro contundente respecto a medidas adoptadas por Mauricio Macri. Desde cuestiones políticas de relevancia hasta otras menores pero que tienen un fuerte contenido simbólico, como la restauración del emblemático Salón Mujeres Argentinas, aquel que Cristina Kirchner utilizaba para dar sus discursos por cadena nacional.
En las últimas horas, el salón dejó de albergar oficinas de personal técnico para recuperar la fisonomía que tuvo hasta la llegada de Cambiemos al poder, cuando ante la necesidad de oficinas, parte del equipo de Presidencia y de la Jefatura de Gabinete se instaló allí.
Aunque los cuadros con imágenes de Evita, Alfonsina Storni, Mercedes Sosa, Cecilia Grierson y de las Madres de Plaza de Mayo no fueron removidos y quedaron colgados en las paredes; en el centro se instalaron largos escritorios de madera, computadoras, impresoras y fotocopiadoras, por lo que se convirtió en un salón más de trabajo.
El Salón había sido inaugurado en 2009 por Cristina. Hasta ese momento, el lugar también tenía oficinas, incluso más precarias. Tanto que en la ceremonia de corte de cinta, la ex mandataria calificó como «un laberinto de pequeños despachitos» y «sucuchitos».
A partir de ahí, fue la sede del grueso de los actos y discursos por cadena nacional que la hoy vicepresidenta realizó durante su segundo mandato. Macri, en cambio, no lo utilizó nunca.
La medida de Cambiemos fue repudiada por el kirchnerismo, que acusaba a Cambiemos de haber montado un «call center» en una sala dedicada a homenajear a las mujeres. En rigor, no se trataba de esos centros de campaña en el que se hacen llamados a ciudadanos para persuadirlos por el voto, pero fue utilizado por funcionarios técnicos que asistían al personal político. Los box, en tanto, eran para los superiores.
Días después de haber asumido, Alberto F. recorrió todas las oficinas junto al secretario de Comunicación y Prensa, Juan Pablo Biondi; y el secretario general de Presidencia, Julio Vitobello; quien tiene a su cargo -entre otras misiones- el mantenimiento de la Casa Rosada. El jefe de Estado no dudó en señalar que las reformas impulsadas fueron «un desastre» y dispuso recuperar el Salón Mujeres Argentinas.
Los trabajos comenzaron tras las Fiestas y casi todos los muebles modernos fueron trasladados al depósito. Ahora, apenas quedan algunas carpetas tiradas en el piso y sólo algunas huellas de esas oficinas. Literal: en los próximos días se pulirá el piso de madera para tapar las marcas que dejaron las patas de las mesas y los tabiques que separaban las micro oficinas.
En Casa Rosada evalúan la posibilidad de reabrirlo el 6 de marzo, justo a once años de que Cristina lo inaugurara por primera vez. Pero también, como publicó Página 12, podría hacerse dos días después, cuando se cumplan tres años del #8M, el primer Paro Internacional de Mujeres que se llevó adelante en Buenos Aires.
Aunque no se trató de un pedido suyo, desde el entorno de Cristina recibieron con agrado la noticia.
A diferencia de su antecesora Gabriela Michetti, Cristina decidió no ocupar el despacho reservado para la vicepresidenta y alterna entre su despacho en el Senado y el Instituto Patria. A Casa Rosada sólo volvió el 10 de diciembre, para la asunción. En la reinauguración podría acompañar a Alberto F.