Barcos de la Marina rescataron ayer a cientos de personas varadas en las playas en Australia, donde las autoridades redoblaron los llamados a la población a abandonar las zonas afectadas antes de una nueva jornada con altas temperaturas y fuertes vientos.
La Marina desalojó a cientos de personas de Mallacoota, una localidad costera del estado de Victoria que pasó días aislada por los incendios, que obligaron a unos 4000 residentes y turistas a refugiarse en las playas. Embarcaciones de carga trasladaron a los afectados desde la costa al HMAS Choules.
Los que esperaban para irse contaron que en el peor momento de su odisea había humo y brasas por todas partes. «Da miedo esperar», dijo Dani Barmeister a Channel Nine. «Es algo que quiero olvidar», señaló Natalie Morrissey, que también aguardaba su turno.
El comandante del buque, Scott Houlihan, dijo que 963 personas solicitaron ser evacuadas por mar y otras dejaron la región por aire.
Más de 200 focos seguían activos en el país, y las alertas de peligro extremo para hoy activaron una de las evacuaciones más grandes en la historia. El tránsito colapsó y los bomberos escoltaron a caravanas de desalojados mientras las llamas amenazaban con cerrar las rutas.
En Victoria, su primer ministro, Daniel Andrews, declaró el estado de desastre por un mes en las zonas asediadas, una medida creada desde los incendios del llamado «sábado negro» de 2009, que se cobraron la vida de 173 personas en la que es considerada la peor catástrofe natural de la historia moderna australiana.
«Es la primera vez que se imponen estas medidas porque nos enfrentamos a una amenaza sin precedente a las vidas y a las propiedades en los próximos días, con mucho terreno ardiendo, calor y sequía», dijo Andrews en un comunicado. «Si valoran su seguridad deben irse», advirtió con más énfasis Michael Grainger, jefe de la policía de respuesta a emergencias de Victoria. «Las pertenencias personales tienen muy, muy poco valor en estas circunstancias».
En el vecino estado de Nueva Gales del Sur, el más afectado por los incendios, miles de personas huyeron de las zonas afectadas en la costa meridional en medio de escenas de caos y grandes embotellamientos.
En la costa sur del estado, los incendios se extienden a lo largo de 250 kilómetros y obligaron a las autoridades a declarar el estado de emergencia y a ordenar, principalmente a los turistas, la evacuación de la zona. Rob Rogers, subcomisionado de los bomberos, pidió a la población que no espere para evacuar y señaló que cuatro personas murieron en sus autos mientras trataban de huir a última hora.
«Sabemos que la gente está un poco cansada de los incendios. Llevan lidiando con esto desde hace meses», señaló Rogers. «Pero necesitamos que sigan centrados, no hay que bajar la guardia. Tómenselo en serio. Si están en las zonas señaladas en los mapas, no sigan ahí».
Las autoridades elevaron a diez el número de fallecidos durante la semana en todo el país. En Victoria se reportaron 28 desaparecidos.
En Nueva Gales del Sur hay 138 focos de incendio, 74 de ellos fuera de control. Hay dos incendios especialmente preocupantes al oeste de la ciudad de Sídney, que en las últimas semanas se vio afectada por nubes de humo, al igual que Melbourne y Camberra indicó La Nación.