La semana ha sido difícil en el Barcelona. A la crisis abierta entre Eric Abidal y Leo Messi, que obligó a mediar a Josep Maria Bartomeu, se le sumó anoche la eliminación de la Copa. Los culés ya se han despedido de dos títulos, en el mes de febrero, este curso. La Liga y la Champions League son ahora los únicos objetivos. El equipo se ha resentido de la polémica en los despachos y pide respeto y unión.
«La dinámica que hay en el club acaba afectando un poco al vestuario», señaló contundente Gerard Piqué. «Tirarnos las cosas a la cara no ayuda. Hay que centrarse en ganar. Tenemos que volver a la senda del triunfo. La unidad del vestuario con el staff es máxima», insistió el central. «Ya nos tiran mierda desde fuera, tenemos que estar todos juntos, y no tirarnos mierda entre nosotros desde dentro», señaló Jordi Alba, quien se mostró incluso aún más tajante.
El Barcelona se quedó sin la Supercopa al caer contra el Atlético de Madrid en Arabia y anoche se despidió de la actual Copa del Rey en San Mamés, donde ya fue derrotado en La Liga. El conjunto catalán no era apeado en cuartos del torneo doméstico desde la temporada 09-10, cuando el Sevilla, en doble partido, le dejó fuera. Además, desde 2013, el conjunto catalán había sido uno de los finalistas. La crisis institucional ha afectado al bloque sobre el césped. «Sobre todo cuando las cosas van mal, hay que estar unidos», señaló Guillermo Amor.
Satisfechos
La derrota acentúa, aún más, el mal momento culé, pese a que al equipo acabó satisfecho de su juego. «Es un día triste para todos. No queríamos caer eliminados, pero nos quedan aún dos competiciones en las que tenemos que seguir luchando. Así que hay que seguir. Creo que hemos hecho cosas bien, hemos tenido ocasiones», comentó Busquets.
«Estoy orgulloso del equipo hoy. Hemos merecido ganar, claramente. Hemos tenido más ocasiones y hemos generado más juego. Es injusto. Pero el partido nos va a dar mucha moral y fuerza para seguir», reiteró Jordi Alba.