La caída de la cotización del barril de crudo pone en riesgo las multimillonarias inversiones que demanda Vaca Muerta, porque las compañías no llegarían a cubrir los costos de producción en un reservorio de formación sedimentaria muy dura y del que hasta ahora solo se ha desarrollado un 5% de su extensión.
Si la situación ya era compleja en el sector de hidrocarburos en Argentina, la nueva crisis por la caída de la actividad global a causa del coronavirus y la guerra de precios del petróleo agrava aún más el escenario.
«El efecto coronavirus y el efecto de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) vienen a poner un poco de realismo en estas dudas que ya tenía la economía de Vaca Muerta y que se habían manifestado por razones políticas y económicas propias de la Argentina desde agosto del año pasado», destacó a Efe el presidente del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi, Jorge Lapeña.
La producción en la formación de Vaca Muerta, uno de los principales reservorios del mundo de gas y petróleo no convencionales que abarca una superficie de 30.000 kilómetros cuadrados en el suroeste de Argentina, atraviesa un momento de incertidumbre desde el segundo semestre de 2019.
Los desequilibrios macroeconómicos del país y el congelamiento del precio de los combustibles impuesto por el anterior Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) y continuado por su sucesor, el peronista Alberto Fernández, entre otras medidas frenaron las inversiones.
El director de la consultora Abeceb Gustavo Perego señaló a Efe que «todo el segundo semestre del año pasado se observó una caída sostenida de la actividad» en el reservorio que abarca parte de las provincias de Neuquén, Río Negro, La Pampa y Mendoza.
«Vaca Muerta no entra en un proceso de freno ahora porque tenemos esta conjunción de una pandemia con Rusia y Arabia Saudita peleándose. Si se observan las comparaciones de actividad de Vaca Muerta antes y después de las primarias presidenciales de agosto pasado ya se empieza a notar un proceso de deterioro con respecto a la actividad y una caída tanto de fracturas como de perforaciones de manera consistente, de arriba del 30 %», precisó Perego.
El Precio del Petroleo
La operación de Vaca Muerta requiere que el precio del barril de crudo Brent de referencia «esté por arriba de los 40 a 45 dólares, porque más allá de algunas variaciones y de ganancias de productividad, la realidad es que se hace bastante difícil que sea rentable el desarrollo no convencional, que aún es incipiente, con un barril por debajo de esa cifra», explicó el economista.
Además, para sostener en crecimiento la producción del reservorio se necesita desarrollar cerca de 300 pozos de hidrocarburos no convencionales por año, lo que demandaría una inversión de entre 5.000 millones y 7.000 millones de dólares anuales, estimó el director de Abeceb.
Y aunque ya hay varias empresas activas en la región, entre ellas Shell, Equinor, Wintershall, ConocoPhillips y Pan American Energy, además de la petrolera local YPF, se necesita una mayor inyección de fondos para impulsar a pleno la actividad extractiva en la formación.
«Este año, sin que se debatiera aún por el coronavirus, había toda una discusión acerca de si Vaca Muerta iba a lograr superar los 180 pozos», alertó Perego.
De todas formas, la producción de hidrocarburos no convencionales creció en 2019 respecto al año anterior: un 49 % en el caso del petróleo y un 24 % en el del gas, de acuerdo a las estadísticas del Instituto Argentino de la Energía.
El delicado equilibrio entre costos de producción y precios de mercado amenaza sin embargo la actividad. Al inaugurar las sesiones ordinarias del Congreso, el presidente argentino, Alberto Fernández, anunció hace una semana el envío al Congreso de una ley para estimular «el desarrollo del sector hidrocarburífero y minero que estimule la inversión nacional e internacional en el sector y facilite el desarrollo de la cadena industrial, tecnológica y de servicios».
«Los hidrocarburos serán una palanca para el desarrollo productivo del país», auguró Fernández, aunque los expertos ponen en duda si el Gobierno, en medio de la recesión que afecta desde 2018 al país, dispone de recursos para asistir con subsidios o incentivos al sector.
A esta situación se suma además una menor recaudación por la caída del precio del petróleo, que complicará las cuentas de las ocho provincias productoras de crudo en el país. «Con la caída del precio del barril, un retraso del precio (local) de los combustibles y el gas, con un mercado externo que está colocando topes de precio y además se aplican retenciones (derechos de exportación) y hay falta de inversión, eso lleva a que el sector petrolero esté expectante para ver qué hacer. Y eso ha llevado a una caída de la actividad muy fuerte», alertó Perego.