Lo hizo el Ministerio de Salud. Preocupa en especial la situación en cinco estados, entre ellos San Pablo y Río de Janeiro. El presidente Jair Bolsonaro analiza flexibilizar la cuarentena en otras regiones.
Brasil no tiene suficientes médicos, ni laboratorios ni equipos para combatir el coronavirus, y pese a que en la mayor parte de sus ciudades el contagio es restringido, preocupa la situación en los estados de San Pablo, Río de Janeiro, Ceará, Amazonas y el Distrito Federal, donde la epidemia podría avanzar a una fase de aceleración descontrolada, advirtió en un informe el Ministerio de Salud.
La advertencia llega en momentos en que el coronavirus se expande al interior del país y el presidente Jair Bolsonaro piensa en si es posible flexibilizar el aislamiento social en ciudades con bajos índices de Covid-19.
El coronavirus ya mató a 431 personas en Brasil, que cuenta con 10.278 casos positivos. Más del 70% de los casos están aún concentrados en la región Sudeste.
El informe fue publicado por el Ministerio de Salud, a cargo del médico Luiz Henrique Mandetta, enfrentado con el presidente de Brasil, que lo reprendió públicamente por no escucharlo y lo acusó de querer imponer al resto del gobierno su voluntad en favor de las cuarentenas generalizadas.
Mandetta, cuya popularidad se disparó con el auge de la crisis y cuenta con el apoyo de parte del gabinete de ministros, entre ellos del popular ministro de Justicia y Seguridad Pública, Sergio Moro, dijo que no renunciará y continuará trabajando, con lo que Bolsonaro pagaría un gran costo si decide despedirlo. Según una encuesta de Datafolha, 76% aprueba la gestión de Mandetta al frente de la crisis.
“Hay carencia de profesionales de la salud capacitados para el manejo de equipos de ventilación mecánica, fisioterapia respiratoria y cuidados avanzados de enfermería para el manejo clínico de pacientes graves de COVID-19”, dijo el informe del Ministerio de Salud.
«Las camas de unidades de terapia intensiva y de internación no están debidamente estructuradas ni tienen número suficiente para la fase más aguda de la epidemia”, agregó el informe, indicando también que si se consideran las fases de la epidemia preocupan las tasas de incidencia en el Distrito Federal y en los estados de San Pablo, Ceará, Río de Janeiro y Amazonas.
“En esos lugares, la fase de la epidemia puede estar en transición para una fase de aceleración descontrolada”, dijo el Boletín Epidemiológico del Ministerio, que no trabaja con escenarios con números de muertes previstas.
Pese a ese marco inquietante, la cartera explicitó que, hasta este sábado, la curva de crecimiento de casos positivos de Covid-19 en Brasil está por debajo de las registradas en España, Italia y Estados Unidos.
En tanto, un puñado de seguidores del presidente participó el sábado en una caravana de vehículos que recorrió la zona de edificios gubernamentales en Brasilia, donde reclamó con bocinazos y megáfonos poner fin al aislamiento social y reabrir comercios, escuelas y templos religiosos. Bolsonaro es un defensor de esa posición.
El presidente dijo que “va a quebrar todo” en caso de que los gobernadores mantengan las las cuarentenas masivas, y aseguró que lo que vendría, en ese caso, sería “desempleo en masa, miseria y violencia”.
Pero el mandatario reconoció también que no cuenta con el apoyo necesario para avanzar en decisiones que flexibilicen las cuarentenas y no tendría aval del Poder Judicial a medidas que contraríen decisiones amparadas en criterios científicos.
O Globo reportó el sábado, citando auxiliares de Bolsonaro, que el mandatario estudia medidas que permitan la reanudación paulatina de las actividades en ciudades pequeñas y medianas que tengan pocos casos de Covid-19, pero agregó que los criterios para una decisión de esa naturaleza estarían supeditados al Ministerio de Salud que, con la fragilidad del sistema sanitario, es contrario a cualquier resolución de ese tipo.