Italia registró 87 muertos con coronavirus las últimas 24 horas, cifra superior al jueves, y el total de fallecidos asciende ya a 33.229, según los últimos datos de Protección Civil. Los nuevos contagios son 516, algo inferior a ayer y en la misma línea de esta semana, y más de un tercio de estos casos son de Lombardía, la región que ha sido más duramente golpeada por la epidemia.
Más de 152.000 personas ya se han curado y actualmente siguen siendo positivas unas 46.000. Entre ellas, solo unas 7.000 están hospitalizadas y 475 ingresadas en cuidados intensivos.
En la región del Lacio (centro), con capital en Roma, se anotaron 16 nuevos casos y el récord de nuevos curados (245), y se ha aislado “inmediatamente” un foco en la ciudad portuaria de Anzio. El Ministerio italiano de Sanidad ofrecerá más tarde sus conclusiones sobre la situación de la pandemia después del 18 de mayo, cuando se permitió la reanudación de prácticamente todos los sectores y negocios del país y se desconfinó a la población.
Con estos datos Italia se acerca al 3 de junio, la fecha en que permitirá los movimientos entre sus regiones y se abrirán las fronteras exteriores para ciudadanos llegados de la Unión Europea, que además no deberán cumplir cuarentena en verano. Sin embargo, preocupa la situación de Lombardía, que sigue acumulando la mayor parte de las infecciones, por lo que no se descarta que esa región y Piamonte, las más afectadas, puedan posponer su apertura.
El presidente lombardo, Attilio Fontana, acudió hoy a testificar ante la Fiscalía de Bérgamo, que investiga la gestión de la crisis y la situación en las residencias de ancianos. El presidente del Instituto Superior de Sanidad de Italia (ISS), Silvio Brusaferro, advirtió hoy de que no se puede excluir una nueva ola de contagios de la Covid-19 en otoño y que se confundiría con el resto de enfermedades respiratorias de esa época. El presidente del ISS destacó que “el virus todavía está presente” y que “los comportamientos individuales son las medidas más efectivas para reducir su circulación”.
Lombardía celebra este viernes la que debería ser su fiesta regional, reconvertida este año en una “jornada del recuerdo” por los casi 16.000 fallecidos por la COVID-19, prácticamente la mitad de todos los muertos en el país. “Este día debería ser una gran fiesta. Este año, como es justo, será una jornada del recuerdo”, ha publicado en redes sociales Fontana, quien asegura que el virus “ha cambiado y ha marcado indeleblemente la vida de todos y la historia de la región”.
Fontana, de la ultraderechista Liga, debió soportar mientras declaraba ante la Justicia a un grupo de personas protestaban y pedían su dimisión, acusándolo de “criminal”. “En este país solo es esencial producir y sacar provecho económico, por encima de nuestras vidas. No olvidaremos”, gritaba uno de los manifestantes, según informan los medios locales.
Tanto el presidente de la región como el consejero de Sanidad, Giulio Gallera, declararon frente a la fiscalía bergamasca, algo que el líder de la Liga y compañero de partido de Fontana, Matteo Salvini, ha calificado de “indigno”, al tiempo que se ha preguntado por qué no declara también el primer ministro italiano. La fiscalía investiga por “epidemia dolosa”, lesiones y homicidio culposo a los responsables de la gestión sanitaria en una región que ha concentrado la mayor parte de los casos de Italia.
Concretamente, se indaga sobre el cierre de las urgencias en el hospital de Alzano, municipio cercano a Bérgamo, la gestión de los enfermos de Covid en las residencias y el por qué no se declaró como zona roja la primera semana de marzo la zona de Val Seriana, epicentro de la pandemia. En esta zona industrial cerca de Bérgamo no se ordenó el cierre de las empresas hasta que se decretó a nivel nacional, algo que se ha criticado desde muchos sectores, desde la oposición a los sindicatos.