El hecho ocurrió en la madrugada del sábado y C.O. admite que se hallaba violando la cuarentena, pero acota con razón que ello no implicaba que los policías que lo detuvieron pudieran golpearlo.
La víctima, de 34 años, regresaba de la casa de un familiar y eran las 2 del sábado cuando en Polonia y Mahuida lo detuvo un móvil policial.
“Yo sabía que estaba en falta porque trabajo en la Agencia Provincial de Seguridad Vial y por eso me quedé en el auto porque no me iba a dar a la fuga. En ningún momento me quise ir, pero cuando me detuvieron me subieron al móvil y cuando estaba agachado, con una pistola me golpearon en la cabeza”, relató en la denuncia que se halla en el Ministerio Público Fiscal que conduce Juan Carlos Caperochipi.
“Después me llevaron a la comisaría y me llevaron a la parte de la cocina. Apenas entro, me sacan la campera y empiezan a golpearme con patadas y piñas, diciéndome que no los mire”, acotó.
Solo dejaron de golpearlo cuando dijo dónde trabajaba. “No está bien la golpiza que me dieron. Está bien, incumplí la cuarentena, pero no hay motivo para agredirme físicamente. Incluso cuando me llevaron a mi casa me decían que no me convenía hacer la denuncia”, relató C.O.
Una vez en su casa, el hombre comenzó a sentir dolores y decidió concurrir al Hospital Regional. Allí se le constató una fractura en la novena costilla izquierda y un fuerte golpe en la cabeza.
Ahora el caso está en manos de la Justicia, que deberá esclarecer el hecho y velar por la seguridad de los ciudadanos expuestos como pocas veces en Chubut al arbitrio policial. Es que la cuarentena parece haber sacado lo peor de no pocos uniformados que dependen del comisario Miguel Gómez y del ministro de Seguridad, Federico Massoni.