Chubut

Miguel Gómez, el jefe de Policía obligado “a sacar la cara” por Massoni

Ha quedado en evidencia que el allanamiento que le hicieron la madrugada del miércoles a Gabriel Fredes y su familia en el barrio INTA de Trelew fue como se dice entre el común de la gente: “una gran metida de pata” que es imposible arreglar. Realizaron un procedimiento utilizando “un testigo trucho”, en procura de dar con una persona vinculada a un hecho de violencia de género que no viviría ahí y buscando un arma de fuego que no encontraron.

La extraña casualidad es que justo fueron a allanarle la vivienda a un hombre que es querellante en una causa judicial contra la policía y que también ha denunciado públicamente al polémico ministro de Seguridad Federico Massoni, cuando comandó aquel brutal y delictivo operativo de la noche del 14 de junio, en el que un grupo de policías atacó e hirió a vecinos del barrio INTA disparándoles a mansalva con munición antitumulto.

Gabriel Fredes, precisamente, fue uno de los heridos que salió en los medios nacionales a contar lo que había sucedido en Trelew. Generó incluso con su testimonio que organizaciones de Derechos Humanos se involucren en la investigación de lo ocurrido, y ahora sugestivamente se le introduce al domicilio un pelotón de policías que le rompen las puertas, lo reducen a él, su mujer y sus dos hijas como si fueran delincuentes, arrojándolos al piso y atándolos con precintos; en un procedimiento que lógicamente lo lleva a pensar que se trata de una represalia, encima con un policía que le sugiere a su mujer que se cuide.

En ese contexto el jefe de Policía Miguel Gómez salió públicamente a tratar de desmentir a Fredes y a justificar el operativo, pero originó el efecto contrario.

Dijo, por ejemplo, que fueron a la casa del albañil a buscar a un tal Darío Omar Huilipán, que había sido denunciado por su expareja por haberla amenazado a ella y a su pequeña hija con un arma de fuego, y resulta que la mujer de Fredes (supuestamente madrastra del nombrado) asegura que nunca vivió ahí.

Gómez, por culpa de Massoni, está cayendo en el descredito incluso entre los mismos miembros de la institución que dirige y se arriesga a terminar en cualquier momento procesado por la Justicia, vinculado a alguno de los procedimientos en los que hasta han llegado a equivocar el domicilio a allanar, como pasó el otro día en Rawson con esos 9 allanamientos que hicieron para secuestrar un revolver o como el supuesto operativo antinarcótico de Trelew en el que estigmatizaron a tres jóvenes para incautarles del auto “un porro de marihuana”.

No son pocos los que formando parte de la misma fuerza sostienen por lo bajo que “los Gómez” le están haciendo mucho mal a la Policía del Chubut, en el afán de acompañar en sus desquiciadas ocurrencias al caprichoso e histriónico Federico Massoni.

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