La lucha del pueblo chubutense contra la megaminería data de casi dos décadas. En medio de fuertes dificultades económicas que enfrenta la provincia, el Proyecto Navidad busca profundizar el modelo extractivista imperante en la región. Columna de Jóvenes por el Clima.
El pueblo de Chubut se adueñó de las calles y lucha en contra del avance de una de las actividades que más avasalla los bienes comunes naturales y los derechos humanos de la población, favoreciendo exclusivamente los circuitos de acumulación de la riqueza: la megaminería. Esta actividad no tiene licencia social en la provincia.
La lucha del pueblo chubutense contra la megaminería data de casi dos décadas. En el año 2002, en la ciudad de Esquel, comenzaron a organizarse las primeras asambleas vecinales ante la noticia de que cerca de allí se estaba gestando un proyecto que pretendía extraer oro utilizando enormes cantidades de agua y cianuro. Frente a esto, ganó la movilización popular que tomó las calles y logró que mediante un plebiscito se expresara la voluntad del pueblo, vislumbrando que el 80 por ciento de los habitantes estaba en contra del desarrollo minero. El resultado de esta lucha colectiva e indetenible concluyó en la Ley Nº 5001, hoy denominada Ley XVII-Nº68, que no prohíbe totalmente la minería pero sí impone fuertes restricciones a la actividad e impide que ésta se realice utilizando cianuro en toda la provincia.
Chubut es una de las provincias menos pobladas del país, cuya economía se basa principalmente en la ganadería, la explotación de yacimientos de hidrocarburos y la pesca, entre otras prácticas productivas. Actualmente, la provincia está enfrentándose a dificultades económicas y problemas para pagar los sueldos de sus empleados, lo que ha generado el contexto idóneo para que quienes vienen especulando y negociando de espaldas a la población puedan abrirle paso a la minería, en esta ocasión, mediante el Proyecto Navidad, un emprendimiento megaminero que profundiza aún más el modelo extractivista predominante en la región.
A pesar de la legislación vigente, las gigantes mineras -transnacionales con sede principalmente en Canadá pero que operan a lo largo de todo el mundo- continuaron desarrollando sus planes y consolidando proyectos. El Proyecto Navidad, llevado adelante por la empresa Pan American Silver (PAS) desde 2009, busca extraer plata y plomo de uno de los yacimientos más grandes del mundo que se ubica en la localidad de Gastre, al norte de la provincia sobre un área sagrada para comunidades originarias del lugar y de gran valor arqueológico. Para este emprendimiento se estima un área de excavación de 100 km2, y pretende extraer 500 toneladas de metales al año, por el término de 17 años.
Mientras tanto, las marchas no se detienen y todos los días las calles gritan “no a la mina” y “no es no”. La respuesta del gobierno provincial es la represión reiterada a la movilización popular, la detención de ambientalistas y la persecución de quienes se oponen al desarrollo de la megaminería, incluso llevando a cabo allanamientos e imponiendo todo tipo de violencia, que violan la democracia, la libertad de expresión y los derechos humanos.
Fuente: El Grito del Sur