Flor de dilema para este país en problemas, es volver sobre el tema de la minería en aquellas provincias que un día le dieron la espalda y desde hace tiempo navegan sin solución entre los Sí y los No.
Es el caso de Chubut, que ocupa muchísimo espacio en estos días en la prensa argentina, el tema de la minería, a propósito de una zonificación que podría resolver las viejas apologías y rechazos bajo una fórmula distrital.
En este duro debate, lo que pregona la minería no es novedad: Desarrollo e impacto económico, laboral y fiscal, bajo atractivas fórmulas de Compre y Empleo Local, además de su renovada oferta de dar todas las garantías posibles al control socio ambiental, a través de monitoreos y observatorios gubernamentales y multisectoriales.
Los argumentos resistentes de la anti minería también son archiconocidos: Si hay minas, habrá destrucción del medio ambiente, expoliación de riquezas y saqueos al país a manos de multinacionales y grandes capitales foráneos.
Este sándwich encierra a la dirigencia política, que ha vuelto a ser motor del entusiasmo o la decepción de quienes esperan el fin de la veda para la explotación de minerales y metales en la Meseta Central. Una región semidesértica que, como se ha dicho, no tiene otras alternativas a la vista para dejar atrás el despoblamiento y el olvido.
La diferencia más elocuente entre los dos polos -el desarrollismo minero y el ecologismo refractario- con los políticos, es que las antípodas pro y anti son y serán consecuentes con sus premisas.
Las cosas por su nombre: la madre de todas las batallas es Navidad, el depósito de plata que descubrieron hace dos décadas inquietos exploradores, una propiedad minera que pasó de manos hasta recalar en Pan American Silver, un líder argentífero global que ha demostrado paciencia a toda prueba frente a los vaivenes vernáculos. En el largo dasdenevato y frente a los esquemas de poder que le sucedieron, los cuales han cohabitado con sonoras penurias económicas y sociales a pesar de que la provincia patagónica supo ser faro del petróleo, la pesca, el aluminio y otros sustentos.
Fuente: Periodismo Independiente Tribuna