El escritor y periodista Michael Pollan es un referente en el mundo de la alimentación. El valor de volver a los sabores originales y evitar los ultraprocesados.
Sin ser médico ni nutricionista, Michael Pollan se convirtió en un referente sobre las buenas prácticas para nuestra alimentación. El escritor estadounidense, activista y docente de la Universidad de Harvard se convirtió en un best seller por libros como “Cocinar” y “El dilema del omnívoro”.
Pero hay uno que se convirtió particularmente en un hit literario, que sigue siendo consultado a un par de años de su publicación. Se llama “Saber comer: 64 reglas básicas para aprender a comer bien”. En esas páginas, el hombre nacido en Nueva York da algunas máximas, que deberíamos seguir para alimentarnos bien, en un mundo lleno de alimentos ultraprocesados.
Sin ser médico ni nutricionista, Michael Pollan se convirtió en un referente sobre las buenas prácticas para nuestra alimentación. El escritor estadounidense, activista y docente de la Universidad de Harvard se convirtió en un best seller por libros como “Cocinar” y “El dilema del omnívoro”.
Pero hay uno que se convirtió particularmente en un hit literario, que sigue siendo consultado a un par de años de su publicación. Se llama “Saber comer: 64 reglas básicas para aprender a comer bien”. En esas páginas, el hombre nacido en Nueva York da algunas máximas, que deberíamos seguir para alimentarnos bien, en un mundo lleno de alimentos ultraprocesados.
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Estas son algunas de sus reglas de oro, que en muchos casos podemos seguir con poco esfuerzo y solamente prestando atención a la hora de comprar los alimentos.
No comas nada que no se pudra. El especialista se hace una pregunta tan sencilla como la siguiente: ¿Cómo es posible que el pan de molde dure meses sin estropearse? Aconseja comer a partir de compras semanales de alimentos los más frescos posibles y perecederos.
Compra en las paredes de los supermercados y no en los pasillos. Al menos en los supermercados estadounidenses -donde hace foco el libro-, la comida preparada y procesada suele estar en los pasillos. Nuevamente, el consejo es buscar alimentos frescos y cocinar cada día.
Intentá comer como tus abuelos. Aunque nuestra dieta ahora parece ser más variada, el escritor aconseja hacerse la siguiente pregunta. ¿Qué pensaría tu abuelo de lo que comes ahora? Y agrega: “No es lo mismo comerse las rosquillas de tu abuela que los panes envasados”. En definitiva, la máxima apunta a evitar los alimentos muy alterados.
Comé animales que se hayan alimentado bien. ¿Qué carne comemos? ¿A qué precio? ¿Cómo se alimentan esos animales? Esas son preguntas, según Pollan, que deberíamos hacernos a la hora de comprar un churrasco. Aconseja conocer el origen de la carne para evitar el colesterol, la obesidad y los daños al medio ambiente.
Mientras más blanco sea, menos años de vida asegura. Se refiere, principalmente, a las harinas refinadas y al pan blanco. El autor es un enemigo de las harinas refinadas, a las que considera “tan adictivas como el azúcar blanco”. Aconseja los panes con cereales integrales.
Comé plantas, especialmente las que tienen hojas. Por supuesto, Pollan no sólo aconseja comer animales sino también plantas. “La base de la dieta debe ser vegetal, frutas, verduras y hortalizas frescas. Si son verdes y con hojas, sin cocinar, aún mejor. Así volvemos a la dieta más sencilla y saludable”, manifiesta.
No comas comida que sabe igual en cualquier lugar del mundo. Apunta, principalmente, a las cadenas de comida rápida, que venden las mismas hamburguesas, papas fritas y nuggets de pollo en Estados Unidos y en China. Para la industria puede ser un valor. Pollan dice que es “comida falsa envasada y lista para vender a los que no saben apreciar sabores”.