Junto a su mujer venden tortafritas, pan casero y calzones rotos afuera de su casa para pagar las cuentas.
Todo comenzó en la pandemia del coronavirus y para sobrellevar el retraso del pago de la jubilacion por parte del Gobierno Provincial, tuvo que ponerse a vender tortas fritas.
«Vamos saliendo gracias al pueblo de Comodoro Rivadavia que me ha dado una mano muy grande. En marzo del año pasado empezamos porque se nos venían las cuentas encima. Nos debían hasta tres meses, se atrasaron y tuvimos que meterle a esto, soy un hombre grande y no me quedó otra cosa», se lamentó.
La mujer de Roberto se levanta bien temprano todos los días a amasar y cocinar, mientras él se encarga de vender en la vereda de su casa ubicada en Alem y Sarmiento.
«Estoy todos los días, un rato a la mañana y otro a la tarde, con viento, lluvia o nieve», expresó y dijo que la gente ya conoce la calidad de los productos.
«Una vez que termine de pagar las deudas ya está, después descansaré», culminó Roberto.