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El vicepresidente de Brasil calificó a la Argentina de “eterno mendigo”

El segundo de Jair Bolsonaro instó a “cumplir las reglas de responsabilidad fiscal” para evitar la “quiebra” y estar “igual” que nuestro país.

El vicepresidente de Brasil, el general Hamilton Mourao, volvió a tensar la relación con el gobierno de Alberto Fernández cuando, al defender un ajuste fiscal, calificó a la Argentina de “eterno mendigo”.

“No podemos escapar de las reglas de responsabilidad fiscal. Si lo hacemos, el país quiebra y, si el país quiebra, vamos a estar igual que nuestro vecino del sur, igual que la Argentina, eterno mendigo”, expresó Mourao en un evento virtual con inversores y empresarios. En el encuentro, Mourao advirtió que la deuda pública brasileña se triplicó en los últimos 12 años, alcanzando cerca del 90% del PBI. Además agregó que este es el séptimo año consecutivo de déficit fiscal.

Las declaraciones del vicepresidente llegaron un mes después de que el ministro de Economía, Paulo Guedes, dijera que si Brasil toma malas decisiones en política económica demoraría “seis meses para convertirse en la Argentina y un año y medio para convertirse en Venezuela”.

Las fricciones entre el gobierno de Bolsonaro y el de Fernández empezaron desde el momento en que Bolsonaro, líder de la extrema derecha brasileña, apoyó con firmeza la reelección de Mauricio Macri durante la campaña electoral de 2019 en la Argentina. “Nos preparamos para lo peor”, manifestó luego Bolsonaro antes de que asumiera Fernández.

El presidente argentino lo cruzó con igual dureza. “Celebro que hable mal de mí: es racista, misógino y violento”, dijo entonces. El presidente argentino no dudó en mostrarse cercano al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, rival político de Bolsonaro, al que visitó en la cárcel y luego felicitó cuando la Justicia anuló las condenas en su contra.

Las diferencias se acentuaron después, con la decisión de Bolsonaro de no acudir a la investidura de Fernández, a la que sí asistió el vicepresidente Mourao.

Pero la realidad económica forzó a apaciguar las posiciones. Nuestro país sigue siendo el tercer socio comercial de Brasil a nivel mundial y el primero en la región. El año pasado representantes de ambos países iniciaron un deshielo. El almirante Flavio Viana Rocha, secretario de Asuntos Estratégicos y mano derecha del presidente brasileño, visitó la Casa Rosada y a la residencia de Olivos en enero y a principios de marzo, Bolsonaro respaldó las negociaciones de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional.

Bolsonaro también tenía previsto visitar al país por la cumbre de presidentes del Mercosur, que finalmente fue virtual debido a la llegada de la segunda ola de coronavirus en la región.

La pandemia fue otro punto que remarcó las diferencias entre ambos gobiernos que tuvieron respuestas diametralmente opuestas. Bolsonaro minimizó desde el inicio la gravedad del Covid-19, al que calificó de “gripecita” e incluso apeló en la Justicia las medidas de distanciamiento social adoptadas por gobernadores y alcaldes, mientras que Fernández optó en el principio de la crisis por una cuarenta rígida.

Brasil, con una población de unos 212 millones de habitantes, contabiliza hasta la fecha 345.025 muertos por Covid-19 y más de 13,2 millones de contagiados, según datos del Ministerio de Salud.

Por su parte, la Argentina, que tiene unos 45 millones de habitantes, acumula 57.122 muertes relacionadas con la enfermedad y 2.473.751 infectados.

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