Las demoras en la producción y distribución global de vacunas contra el coronavirus dificultan la lucha contra la pandemia en el mundo, donde la proliferación de nuevas variantes de Covid-19 más virulentas dispararon en las últimas semanas el número de contagios y muertes por la enfermedad.
En una situación global cada vez más alarmante -siete semanas consecutivas de alza de casos y cuatro de aumento de decesos-, cada vez son más los países que buscan desesperadamente adquirir vacunas para frenar la propagación del virus, mientras las campañas de inmunización avanzan de manera desigual en un planeta con escasez de dosis.
Desarrollados en tiempo récord, la docena de inmunizantes ya en uso condujo a un incremento exponencial de la producción que generó una esperanza en muchas partes del mundo, pero pronto derivó en una penuria de materias primas y demoras en los procesos de producción.
Estos problemas se agudizaron ante la complejidad del proceso de fabricación, que puede implicar el uso de cientos de insumos provenientes de diversos países.
Al día de hoy, todos los laboratorios productores de vacunas contra la Covid-19 han reportado retrasos en su producción o entregas por múltiples factores,entre los que destacan las prohibiciones a la exportación, cuestiones administrativas, problemas de logística y la escasez de insumos.
India
A estos se suma el deterioro de la situación sanitaria de los países en los que están localizados, algo que ha llevado recientemente al Instituto Serum de la India, el mayor productor mundial de vacunas por volumen, a priorizar las necesidades internas.
«Vamos a priorizar las necesidades de la India. Aún no podemos abastecer a todos los indios», dijo el director del laboratorio, Adar Poonawalla, quien esta semana le pidió a EEUU que libere las exportaciones de insumos necesarios para la producción de vacunas.
Hasta ahora, el país había priorizado el envío de los inmunizantes al exterior, con unas 64,5 millones de dosis exportadas a otras naciones, lo que le valió críticas en el Congreso al premier indio Narendra Modi por su «esfuerzo en obtener publicidad a costa de los propios ciudadanos».
El recrudecimiento de la pandemia en India, donde el sistema hospitalario está al borde del colapso tras superar este sábado los 230.000 casos diarios, es preocupante porque el país es un importante productor de vacunas y proveedor de la iniciativa Covax, el plan de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ONGs para distribuir dosis a países pobres o de ingresos medios, como Argentina.
Estados Unidos y Europa
No obstante, la medida no es excepcional ya que tanto Estados Unidos como la Unión Europea (UE) han condicionado la exportación de vacunas y de insumos sanitarios a la previa satisfacción de la demanda interna, si bien el bloque regional ha exportado más de 130 millones de inoculantes, según el Comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Valdis Dombrovskis.
Estas normativas no sólo han bloqueado el envío de dosis a otros países -como un cargamento de AstraZeneca desde la UE a Australia en marzo pasado-, sino también que han frenado la producción de vacunas en el extranjero.
Tal fue el caso de las dosis del inoculante de AstraZeneca fabricado entre Argentina y México para América Latina, cuya elaboración quedó estancada en el país azteca ante la falta de un filtro necesario para el envasado producido en Estados Unidos.
Un bloqueo que se levantó la semana pasada, luego que el presidente Joe Biden ordenara liberar la exportación hacia México de los insumos necesarios para dicha vacuna, por lo que se espera pueda ser enviada a la región en el segundo trimestre de 2021.
El inoculante de AstraZeneca también había sufrido a principios de año demoras en los envíos a Europa por «disminución de rendimiento» en sus fábricas y, más recientemente, en su uso, tras detectarse casos raros de coágulos sanguíneos en vacunados, lo que llevó a varios países a suspenderlo temporalmente.
Una situación similar a la atravesada por la vacuna del gigante farmacéutico Johnson & Johnson (J&J), que sufrió retrasos tras un error cometido por un subcontratista estadounidense que echó a perder 15 millones de dosis, pero también por registrarse casos de trombos en EEUU que llevaron a la firma a aplazar de forma proactiva el lanzamiento de su inoculante en Europa.
Este nuevo percance supuso un duro golpe al plan de inmunización de los países de la UE, que esperaban acelerar el lento ritmo de las campañas de vacunación masiva con las cientos de miles de dosis de J&J previstas, que además tenían la ventaja de requerir una sola aplicación.
Rusia
Este contexto llevó a varios países europeos a interesarse en la vacuna rusa Sputnik V, utilizada sobre todo en América Latina, Asia y África, que ya ha sido autorizada de emergencia por Hungría y Eslovaquia y es administrada en Serbia y San Marino.
Si bien aún no ha sido aprobada por el regulador europeo, Alemania, Austria, República Checa y regiones españolas se dijeron dispuestas a negociar un contrato con el fabricante ruso, lo cual erosiona la estrategia común de la UE de acuerdos anticipados de compra mancomunada.
No obstante, con el avance de sus acuerdos de venta en todo el mundo, la Sputnik V tampoco ha estado exenta de las demoras en las entregas.
Tanto Bolivia como Venezuela sufrieron varias semanas de retraso en la recepción de lotes de la vacuna rusa, cuyos cargamentos ascendieron a 25.000 y 50.000 dosis, respectivamente, frente a los millones previstos.
También Honduras, que firmó en marzo un contrato para adquirir 4,2 millones de dosis, no recibió ninguna aún, por lo que decidió enviar una misión a Rusia la próxima semana para agilizar el pedido.
Ante la alta demanda mundial, Moscú reconoció la contracción en la producción y consideró lanzar centros regionales de fabricación en varios países, incluidos Brasil y Argentina.
China
Mientras tanto, los Gobiernos regionales buscan nuevos proveedores, principalmente en China, que ha exportado alrededor de 115 millones de dosis de sus inoculantes, según la revista estadounidense Foreign Policy.
Pero la vacuna china Sinovac también sufrió retrasos recientemente en sus envíos a Colombia, la de Moderna en entregas a Canadá y la de Novavax «por escasez de suministros» en despachos a Australia.
Más allá de estos reveses, el principal problema hoy es la acceso desigual a las vacunas, con un acaparamiento de dosis en los países más ricos.
Según alertó el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en el mundo ya fueron vacunadas una de cada cuatro personas en algunos países ricos, frente a una de cada 500 en algunos países pobres.