Fue en un torneo organizado por dos cuentas influencers de Instagram. Votaron 30 mil personas. Secretos del memorable ganador, de Trelew.
«… desde Trelew salió el nuevo campeón». La canción bien podría haberse cantando en un estadio lleno a pura pasión y grito desaforado. Pero fue de manera virtual donde unas 30 mil personas votaron al mejor alfajor artesanal del país y el ganador llegó desde la Patagonia.
Se trata de Memorable, la delicia que superó a otros 31 alfajores en lo que fue un verdadero mundial y en una final ajustadísima que se definió por solo veinte votos contra La Casa de Juanote, una empresa de la localidad bonaerense de San Justo.
Al torneo lo crearon @recorrida_gastronómica y @probandoalfajores, dos cuentas de Instagram que se destacan por recomendar y referir comidas y lugares para conocer en Argentina. En redes se sabe que saben de lo que hablan.
A través de esa red social primero eligieron a los candidatos, luego armaron grupos para después pasar a octavos de final, cuartos, semifinal y la final. En el medio la gente (o los hinchas) decidieron con su voto quiénes se clasificaban.
Tal como contaron los organizadores, el objetivo fue elegir aquellos alfajores que no fueran de grandes industrias, de esos que se pueden conseguir en casi cualquier kiosco, sino por el contrario, de destacar a los pequeños emprendedores.
«La idea surgió en plena pandemia. Nosotros en nuestra cuenta salimos a recorrer restaurantes o comercios gastronómicos y luego los calificamos. Pero cuando todo cerró pensamos en generar esta especie de competencia virtual para que, por lo menos, se sientan acompañados. Y explotó», cuenta Hernán Brendani, creador de @recorrida_gastronomica.
Desde @probandoalfajores, su dueño Hernán Montes de Oca, explicó que dentro del mundo de esta golosina clásica argentina hay verdaderos hinchas: «Como pasa con la pizza, por ejemplo. La gente tiene su alfajor predilecto y genera una especie de sermón para convencer al resto de por qué es el más rico. Y eso quedó claro en el torneo».
Fue tan grande la convocatoria que repetirá el concurso en los próximos días, esta vez con el agregado de los alfajores industriales donde se elegirá al gran campeón.
En esta primera edición fue tal el compromiso de los emprendedores que hicieron de todo para conseguir votos. Algunos repartieron alfajores en escuelas para buscar «el voto joven», otros crearon instructivos para que los adultos mayores pudieran votarlos desde sus celulares y otro apelaron hasta al apoyo político, con intendentes que desde las redes pedían por los «clicks».
El alfajor campeón, un volcán de dulce
Mauro Giannandrea es el dueño de Memorable, la fábrica artesanal de Trelew, Chubut, que se llevó el primer premio. Su desarrollo funciona en lo que fuera una casa sobre la calle Soberanía Nacional.
De afuera no dice mucho, es una caja baja tradicional en la ciudad. Adentro es el lugar de los mejores secretos dulces de la región. A modo de explicación y como si fuera una ecuación matemática, la respuesta a porqué son los ganadores es través de números: «Nuestros alfajores pesan 90 gramos, de los cuales 50 son de dulce. Cuando uno promedio no supera los 50 gramos en total».
Pero no sólo es una cuestión de peso. Las fotos de presentación tientan hasta el paladar de aquellos que son del «team salado».
Aseguran los que los probaron -en la Ciudad de Buenos Aires, en tiempos prepandémicos se podían descubrir en el Barrio Chino- que es una experiencia sensorial con una galletita a base de masa de cacao y notas de cognac.
Para el relleno existe el clásico de dulce de leche, pero las vedettes imperdibles son otras: Hay de frambuesa, frutos del bosque, rosa mosqueta, frutilla, sauco, entre otros sabores típicamente patagónicos, con generosa ración.
La proporción entre tapas y relleno es una clave más: no es una muestra lo que queda en el medio.
«Los alfajores de fruta tienen mala prensa y son castigados. Pero nosotros los defendemos y animamos a la gente a que los pruebe», cuenta Giannandrea y explica que la pandemia los hizo modificar los hábitos: “Antes no había costumbre de comprar alimentos online. Pero esto hizo que todos se animen y vieron que era fácil”.
Es que sus alfajores solo se consiguen mediante la página web y su dueño afirma que para los que viven en la Ciudad de Buenos Aires o el Gran Buenos Aires una vez encargados solo demoran dos días en llegar hasta la casa.
«En nuestro local no tenemos maquinarias para la elaboración, es todo a mano. Son tres chicas las que se encargan de preparar todos los productos. Por día hacemos 600 alfajores, que comparado con otras grandes empresas es insignificante, pero preferimos mantenernos de esta manera», explica el emprendedor que también produce tradicionales tortas galesas y chocolates.
Pero es ese alfajor frutal del sur argentino donde se guarda uno de los mejores secretos del sabor que ahora está al alcance de todos.