En el hecho, uno de los ladrones vestía un chaleco balístico como los que usa la policía y se comunicaban por “HT”. En el otro atraco cuatro delincuentes encapuchados y armados se metieron a una vivienda sorprendiendo y robándole al dueño del lugar y a un amigo con el que había terminado de ver el partido de River-Boca.
Este asalto sucedió alrededor de las 22 del domingo en la jurisdicción de la comisaría Tercera. Fue en la calle Ecuador al 2600. Allí entraron violentamente cuatro malvivientes armados y encapuchados y a los golpes redujeron al dueño del lugar, un hombre de 36 años, y a quien lo acompañaba, un amigo de 50 con el que en ese momento estaba tomando una cerveza después de haber visto el partido de futbol.
Los asaltantes estuvieron entre diez y veinte minutos en el lugar revisando las distintas dependencias presuntamente en busca de dinero. A ambos los ataron y les robaron los celulares. Al propietario del domicilio, además, le sustrajeron una Notebook, un par de zapatillas, y al amigo le llevaron la mochila en cuyo interior andaba trayendo entre 4 y 10 mil pesos.
Casi dos horas después le tocó el turno a una pareja de jubilados que ya estaban por dormir cuando fueron sorprendidos en la habitación por al menos tres malvivientes que entraron a la vivienda por una ventana posterior del primer piso.
El hecho sucedió cerca de la medianoche en un inmueble de dos plantas situado en la calle Soberanía Nacional al 300 en donde se afinca un matrimonio de comerciantes que terminaron siendo despojados de más de 100.000 pesos, de dos celulares y del auto; un Ford Fiesta gris, dominio NZH 319 con vidrios polarizados del que hasta las últimas horas no se conocía ninguna novedad. Al menos de manera oficial.
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Radio 3 Cadena Patagonia
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mar. 10/05/21
SOCIEDADHubo dos violentos asaltos en Trelew: en uno les robaron el auto y dinero a matrimonio de jubiladosPublicado 8 horas atrás en octubre 5, 2021
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En el hecho, uno de los ladrones vestía un chaleco balístico como los que usa la policía y se comunicaban por “HT”. En el otro atraco cuatro delincuentes encapuchados y armados se metieron a una vivienda sorprendiendo y robándole al dueño del lugar y a un amigo con el que había terminado de ver el partido de River-Boca.
Este asalto sucedió alrededor de las 22 del domingo en la jurisdicción de la comisaría Tercera. Fue en la calle Ecuador al 2600. Allí entraron violentamente cuatro malvivientes armados y encapuchados y a los golpes redujeron al dueño del lugar, un hombre de 36 años, y a quien lo acompañaba, un amigo de 50 con el que en ese momento estaba tomando una cerveza después de haber visto el partido de futbol.
Los asaltantes estuvieron entre diez y veinte minutos en el lugar revisando las distintas dependencias presuntamente en busca de dinero. A ambos los ataron y les robaron los celulares. Al propietario del domicilio, además, le sustrajeron una Notebook, un par de zapatillas, y al amigo le llevaron la mochila en cuyo interior andaba trayendo entre 4 y 10 mil pesos.
Casi dos horas después le tocó el turno a una pareja de jubilados que ya estaban por dormir cuando fueron sorprendidos en la habitación por al menos tres malvivientes que entraron a la vivienda por una ventana posterior del primer piso.
El hecho sucedió cerca de la medianoche en un inmueble de dos plantas situado en la calle Soberanía Nacional al 300 en donde se afinca un matrimonio de comerciantes que terminaron siendo despojados de más de 100.000 pesos, de dos celulares y del auto; un Ford Fiesta gris, dominio NZH 319 con vidrios polarizados del que hasta las últimas horas no se conocía ninguna novedad. Al menos de manera oficial.
Lo llamativo de este atraco es que uno de los ladrones andaban vestido con un chaleco balístico, como los que usa la policía y que entre ellos se comunicaban con handies.
“Yo estaba durmiendo, mi marido miraba la televisión y de repente me sacaron de la cama, forcejee con uno de los ladrones; me quisieron sacar de la pieza entre dos y hoy me duele el cuerpo, no pude dormir por forcejear con ellos”, contó al hablar con Radio 3 AM 780 una de las víctimas, la dueña de casa. Una mujer de 67 años a la que uno de los maleantes intentó asfixiar tapándole la boca y la nariz porque ella se rehusaba a bajar a la planta baja.
“De igual manera en las habitaciones tiraron todo, no dejaron una sola cosa sin tocar”, acotó. ¿Le pegaron señora? Se le consultó.
“No. Me quisieron agarrar de la boca, asfixiarme porque no quería bajar (a la planta baja) y él (por uno de los delincuentes) quería que lo hiciera. A mi marido lo ataron, lo tiraron al piso, y después lo subieron a la cama y ahí lo tenían (reducido), exigiéndole plata”, contó.
Luego, confirmó que toda la escena violenta con dos de los malvivientes ocurre en la habitación de ellos y al consultársele como habían entrado los asaltantes la mujer confió: “Se metieron por la parte de atrás, calculo que deben haber ingresado por la calle Uruguay (que es la arteria posterior a su casa)…”
-–Y cuando se dieron cuenta ya estaban adentro, se le apuntó. “Cuando yo me di cuenta ya estaban adentro: entraron por la ventana (una de la planta alta que da un patio posterior) de la pieza de mi hijo”, indicó.
Más adelante contó que su marido “tiene problemas de ACV, tiene problemas cardiacos; tiene muchos problemas de salud y está medicado. A él le robaron el auto”, indicó.
Sobre el final cuando se le preguntó sobre lo que podía decir de los asaltantes expuso que eran tres, dijo que no les vio armas. “Querían plata, plata, plata”, insistió. Después al consultarle sobre cómo pudieron liberarse, aclaró que a ella no la ataron. Yo desate a mi marido y salimos por la ventana de una de las habitaciones (porque los habían dejado encerrados en la habitación matrimonial a la que le sacaron el picaporte de la puerta). Al describir a los delincuentes dijo que “eran altos y jóvenes. El que me agarró a mí debe tener entre 25 y 28 años, el otro era más alto y de tez blanca”, detalló.
“Uno de ellos andaba con un chaleco de la policía y tenían un handie (un equipo manual de comunicaciones)”, acotó. ¿Hablaban con alguien a través de ese handie? Se le consultó. “No sé…”, respondió la mujer.