A la vez que Trelew languidece, Puerto Madryn y Comodoro se preparan a través de sus principales dirigentes, para la próxima etapa política de Chubut, la que comenzará a poco de andar el año y que culminará el año que viene, en 2023, con la elección de un próximo Gobernador.
Como se sabe, en la semana que pasó hubo en Buenos Aires una reunión en la que confluyeron el vicegobernador Ricardo Sastre y el Intendente de Comodoro Rivadavia Juan Pablo Luque. Sastre fue con su hermano mellizo Gustavo, Intendente de Puerto Madryn, y Luque concurrió con un colaborador. Los recibieron Sergio Massa, Máximo Kirchner y el ministro del Interior Eduardo ‘Wado’ De Pedro –según publica Diario El Chubut-.
El principal tema de conversación fue la unidad. Los dirigentes del Frente de Todos conminaron a Luque y Sastre a trabajar juntos para intentar ganar la Gobernación en 2023. También se habló de tener una única fuerza en Chubut, conteniendo a parte de lo que hoy es Chubut Al Frente, incluso al Gobernador Arcioni.
Es un punto de fricción, pero todos entienden que divididos, serían “pan comido” para Juntos por el Cambio. En el Gobierno Nacional evalúan como muy difícil el futuro electoral en la Provincia, a la que ven “mal” según la reconstrucción que pudimos hacer, pero no creen que sea imposible derrotar a Nacho Torres y Damián Biss, o cualquier otra fórmula que presente la oposición.
En esa reunión también se habló de un amplio listado de obras, que “se ejecutarán todas”. Parece que en el Gobierno Nacional están convencidos de que habrá una fuerte reactivación de la obra pública.
Otro de los temas que se conversó es la situación de Trelew. El Intendente de Comodoro, Juan Pablo Luque, habría planteado serias diferencias con Adrián Maderna, su colega del Valle. Quienes conocen a Luque saben que se hartó del estilo sinuoso, de la viscosidad del Intendente en sus relaciones políticas. Y no quieren saber nada con él.
Algo parecido les pasa a los Sastre, y ni qué decir del Gobierno Provincial. Desde los ataques a los edificios públicos de Rawson y al diario El Chubut en Trelew y a las probables “relaciones” de algunos pandilleros con aliados al Municipio, el intendente local parece haber caído en desgracia, al menos en la clase política. De hecho, se dice que ‘Wado’ De Pedro, Máximo y Massa dan Trelew “por perdido” en las elecciones del año que viene.
La verdad es que producto de sus propias acciones y del estilo resbaladizo que tiene el Intendente para su gestión política, ha ido quedando aislado. El problema es que ese aislamiento puede perjudicar a la misma ciudad. Mientras Madryn consigue como si nada 1.000 millones de pesos para ampliar su aeropuerto, en Trelew hay que conformarse con un ATN de 23 millones de pesos para el balizamiento, con todos los problemas que ya conocemos, incluida la turbiedad en el proceso. Trelew está fuera de todo.
A Maderna le quedan dos años de gestión, que si no da un golpe de timón de cara a la sociedad local y pasa del pobrismo al productivismo, aliado a las fuerzas vivas de la ciudad, serán un infierno. Para él, pero peor aún, para los vecinos y quienes aún trabajan aquí. Para ello, el Intendente debería hacer un cambio serio de todo su gabinete, convocar a las personas más comprometidas por la ciudad, prescindir de la enorme cantidad de ñoquis, punteros, alcahuetes y personas con prontuario que merodean el Municipio, y gobernar para Trelew. No le alcanzará con las alianzas electorales. Debería hacer una convocatoria amplia, aunque fuera para dar vuelta este desastre, y que esta ciudad que alguna vez fue la más progresista del Sur argentino, no se termine transformando en la capital de los piqueteros, la pobreza, el clientelismo, la delincuencia, y el narcotráfico.
Hay que trabajar mucho por Trelew, con la gente. Si el Intendente lo comprende, habrá una oportunidad. De lo contrario, la ciudad seguirá permaneciendo en la zona oscura, viviendo del derrame y las migajas de ciudades ricas que habitan en nuestra misma Provincia, por increíble que parezca.