El papa Francisco renovó hoy su reclamo de una distribución igualitaria de las vacunas contra el coronavirus y pidió que el mundo comparta «con todos» los medicamentos para terminar con la pandemia.
«En los dos últimos años no ha habido país que no haya sido afectado por la inesperada epidemia que, además de hacernos ver el drama de morir en soledad, la incertidumbre y la fugacidad de la existencia, ha cambiado también nuestro estilo de vida», dijo el Papa una carta que le envió al italiano Rino Fisichella, encargado de la organización del Jubileo de 2025 que tendrá por lema «Peregrinos de Esperanza».
«Como cristianos, hemos pasado juntos con nuestros hermanos y hermanas los mismos sufrimientos y limitaciones», planteó el pontífice en la misiva dirigida al presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización dada a conocer hoy por el Vaticano.
En la carta, el Papa rememoró cómo durante la pandemia se cerraron Iglesias «así como las escuelas, fábricas, oficinas, tiendas y espacios recreativos».
«Todos hemos visto limitadas algunas libertades y la pandemia, además del dolor, ha despertado a veces la duda, el miedo y el desconcierto en nuestras almas», sostuvo.
Para Jorge Bergoglio, «los hombres y mujeres de ciencia, con gran rapidez, han encontrado un primer remedio que permite poco a poco volver a la vida cotidiana».
«Confiamos plenamente en que la epidemia pueda ser superada y el mundo recupere sus ritmos de relaciones personales y de vida social. Esto será más fácil de alcanzar en la medida en que se actúe de forma solidaria, para que las poblaciones más desfavorecidas no queden desatendidas, sino que se pueda compartir con todos los descubrimientos de la ciencia y los medicamentos necesarios», animó en ese marco.
El Jubileo, celebración que convoca el Vaticano cada 25 años en Roma, será coordinado desde la Santa Sede por Fisichella y del lado del Gobierno italiano por el alcalde de la «Ciudad Eterna», Roberto Gualtieri.
«El próximo Jubileo puede ayudar mucho a restablecer un clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente», agregó luego Francisco en un marco de flexibilización de las medidas contra el coronavirus en casi toda Europa.
«Por esa razón elegí el lema Peregrinos de la Esperanza. Todo esto será posible si somos capaces de recuperar el sentido de la fraternidad universal, si no cerramos los ojos ante la tragedia de la pobreza galopante que impide a millones de hombres, mujeres, jóvenes y niños vivir de manera humanamente digna», argumentó el Papa.
Francisco, en su carta, dirigó además su pensamiento a «los numerosos refugiados que se ven obligados a abandonar sus tierras».
«Ojalá que las voces de los pobres sean escuchadas en este tiempo de preparación al Jubileo», deseó en ese marco.