Sin dudas, el periodo de tiempo en el cual nuestra provincia surcó lo bizarro junto a una violencia policial sin precedentes fue durante la etapa inicial de la pandemia, el año 2020.
El aislamiento obligatorio decretado por el presidente de la nación, en razón del fuerte raid infeccioso del Covid-19 hizo que tanto el, en ese entonces, ministro de Seguridad Federico Massoni como el grupo socialmente más resentido de la Policía del Chubut se sientan más “liberados” a actuar con impunidad en sus funciones, cometiendo hechos conjeturalmente aberrantes.
Grupos policiales salían a realizar verdaderas “razias” a las calles junto a un personaje completamente desequilibrado que no distinguía sobre sí mismo las funciones de un ministro de las de un policía.
Todo mensaje que baja a la subordinación es tomado y replicado: si un jefe es errático y violento, los que están abajo van a ser erráticos y violentos.
Menores de edad golpeados por efectivos, hogares destruidos por el GEOP en allanamientos a familias que nada tenían que ver con el delito que se les achacaban, animales asesinados en procedimientos policiales, vecinos demorados por sacar la basura; la gestión de Federico Massoni durante el ASPO del 2020 fue una autentica locura, y no podemos precisar que sería más peligroso: si el propio Massoni o las personas que lo quieren devuelta en el poder.
Pero sin dudas, un caso que provocó conmoción fue el de la empleada policial Sofía Herrera que, quizás embriagada de esa impunidad que comentábamos, se le fue la mano con sus fantasías de poder y cometió un hecho aberrante que nos retrotrae a las épocas más oscuras de la república: obligó, en medio de un procedimiento, a una mujer a desnudarse y a hacer sentadillas.
El hecho ocurrió en la comisaría tercera de Puerto Madryn, donde se encontraban dos mujeres: una que había salido a buscar a su hijo a la casa de su abuela y otra que salía de su trabajo.
En ese periodo de tiempo el accionar policial con respecto al aislamiento obligatorio se había tornado ridículo y extremadamente arbitrario, las fuentes constantemente nos transmitían de que las tropas de Massoni demoraban a personas que se encontraban ocasionalmente fuera de sus casas (después de las 19 horas) por motivos laborales; sin embargo, las “personalidades destacadas” de la política, determinados empresarios y personajes allegados al poder público formaban, sin ningún problema, largas filas de autos en las calles para disfrutar de reuniones sociales hasta avanzadas horas de la madrugada.
Estas mujeres a pesar de que se encontraban fuera de sus domicilios en un horario no permitido, estaban en esa situación en razón de motivos particulares justificados. Igualmente fueron demoradas en la dependencia mencionada.
Ya en la comisaría, la agente Herrera obligó a una de las demoradas a dirigirse al baño de la dependencia a los supuestos fines de efectuar una requisa personal, pero una vez en el interior del sanitario, agresiones verbales de por medio, la uniformada obliga a la ciudadana a quitarse todas sus prendas y a hacer sentadillas; lo mismo hizo con la otra mujer.
Ambas fueron liberadas cerca de la medianoche, sin dudas deben haberse llevado a sus casas un recuerdo para nada grato y que las perseguirá para siempre.
El juez Marcelo Orlando, fue el magistrado que entendió en la causa en primera instancia. A su criterio, existió un “trato humillante, ridiculizante al que se vieron sometidas aunado al mal trato dispensado”, el juez valoró el daño psicológico que se les produjo a estas dos personas y falló en contra de la empleada policial, condenándola a 1 año y nueve meses de prisión por el delito de vejaciones.
Recientemente, la cámara penal compuesta por Rafael Lucchelli, Leonardo Pitcovsky y Flavia Trincheri confirmó la condena de un año y nueves meses de prisión en suspenso e inhabilitación especial por 3 años mas las costas del juicio.
Lo preocupante, es que en aquella época comenzaron a suscitarse hechos similares, es como si ese accionar se hubiese ido replicando entre policías. El 1 de mayo del 2020 gendarmería nacional allanó una comisaria ubicada en Ricardo Rojas, un pueblo perteneciente al departamento de Sarmiento. Allí, una mujer también denunció que fue retenida por dos horas por una empleada policial y obligada a desnudarse.
En la actualidad, Massoni quiere volver a sus andadas, ahora como intendente de la ciudad de Trelew. Según nos cuentan, el ex – jefe de Policía Miguel Gómez y el ex – director de Seguridad Paulino Gómez, ambos pertenecientes a la cúpula policial durante el infernal periodo 2020-2021, se encuentran de asesores políticos de Massoni para intentar ganar el municipio de la ciudad valletana.
Federico Massoni está enviando mensajes de texto y de Whatsapp a una gran cantidad de efectivos policiales y retirados de la fuerza, eso a los efectos de conseguir apoyo para su carrera política, por lo tanto estaríamos en condiciones de aseverar que nunca dejó de utilizar políticamente a la Policía.
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