Las petroleras saben que, de cara a las elecciones, este podría ser el último mes en que puedan subir los precios de los combustibles, y con fuertes retrasos, algunas advierten que de no mediar algún freno por parte del sector que responde a la vicepresidente Cristina Kirchner, el aumento «acordado» del 4% podría terminar acercándose al 6%.
El Gobierno viene aplicando desde diciembre pasado una pauta mensual del 4%, mucho menor a la evolución de la inflación, que en mayo fue del 7,8% y de la tasa de depreciación del tipo de cambio, que corre desde enero por encima del 6% mensual.
También, al sitio ‘+E’ se lo habría manifestado una importante refinadora: «Fuimos engañados. Firmamos un acuerdo que preveía un escenario macroeconómico que finalmente no se dio y es insostenible». Y confirmaron que el ajuste mensual excederá el límite pautado en los próximos días. En efecto, sostiene que en el sector se habla de entre un 5% y 6% que se aplicaría antes del inicio del fin de semana largo.
Hasta ahora, en el acumulado de los primeros cinco meses de 2023, los precios de las naftas y gasoil aumentaron un 23% frente a una devaluación del 40% y una inflación del 54,8%.
Y junio podría ser el último mes en que las petroleras puedan subir los precios en sus estaciones de servicios antes de los comicios, que juegan en contra tanto de YPF, el mayor jugador del mercado de combustibles, con una participación cercana al 60%, y del resto de las grandes refinadoras: Raízen, Axion Energy y Trafigura (Puma)
Vale recordar que a mediados de abril de este año, el Ministro de Economía, a través de las secretarías de Energía y de Comercio- renovó el acuerdo de Precios Justos con el sector petrolero con una pauta del 4% mensual en los precios de la nafta y el gasoil desde el 15 de abril hasta el 15 de agosto.
Por eso, si bien las petroleras apuntarán a actualizar los precios también en julio, incluso pensando más allá de las primarias, especulan que, en caso de que el oficialismo no tenga una buena performance en las urnas, como descuenta buena parte de los consultores, la tentación de la política podría redundar en una prohibición de subir los combustibles, como le sucedió a Cambiemos tras la derrota en las PASO de 2019. De ahí la necesidad de YPF y el resto de las petroleras de poder conseguir ahora un aumento que no acentúe el deterioro real de sus ingresos.