Después de una odisea espacial que duró más de lo planeado, los astronautas Butch Wilmore y Sunita Williams, conocidos como los «astronautas varados de la NASA», finalmente iniciaron su regreso a la Tierra. El esperado evento se concretó este lunes a las 21.57 GMT, con el amerizaje exitoso en el Golfo de México, frente a las costas de Florida.
Su misión a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI) comenzó de forma rutinaria en junio de 2024, pero una serie de problemas técnicos con la cápsula Starliner de Boeing provocó que su estancia se extendiera mucho más allá de los 8 días previstos inicialmente. La EEI se convirtió así en su hogar por más de 9 meses, un tiempo que llevó a los astronautas a enfrentarse a desafíos imprevistos.
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A pesar de que las autoridades de la NASA insistieron en que no estaban «varados», la prolongación de su misión fue un proceso complicado que incluyó fallos técnicos, cambios políticos y hasta un cambio de presidente en los Estados Unidos. La decisión de la agencia fue retirar la cápsula Starliner sin tripulación y enviar a los astronautas de regreso a la Tierra a bordo de la cápsula Dragon de SpaceX, que estaba en condiciones de garantizar un regreso seguro.
A bordo de la misión Crew-9, Wilmore y Williams viajaron junto con los astronautas Nick Hague y Aleksandr Gorbunov. Tras un emotivo adiós a sus compañeros en la EEI, el cuarteto entró en la cápsula Dragon a las 03.05 GMT, cerrando su escotilla antes del desacople dos horas después. La cápsula siguió un proceso meticuloso que incluyó desorbitación y amerizaje, donde la precisión de las maniobras fue esencial para asegurar el éxito del aterrizaje, señala Radio 3.
El momento culminante llegó cuando, tras desplegar sus paracaídas, la cápsula Dragon cayó al mar, donde un barco de rescate la esperó para extraer a los astronautas de su cápsula alrededor de 40 minutos después del amerizaje. «Esta es la primera bocanada de aire fresco después de meses», comentaron los astronautas en la transmisión en vivo de la NASA.
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La misión Crew-9 se convirtió en un símbolo de la resiliencia humana, ya que a pesar de los desafíos técnicos y psicológicos, Wilmore y Williams continuaron sus labores en la EEI, participando activamente en investigaciones científicas y actividades de mantenimiento. Su regreso también marcó el inicio de una nueva etapa en la estación, con la llegada de Crew-10, cuya misión es continuar con la operación de la EEI.
La NASA destacó que esta experiencia resalta la importancia de la preparación y adaptabilidad en las misiones espaciales, recordando que el espacio sigue siendo un ambiente impredecible lleno de retos. Wilmore y Williams, aunque no rompieron récords de permanencia, se enfrentaron a condiciones únicas y demostraron un nivel de compromiso digno de los desafíos inherentes a la exploración espacial.