La industria pesquera argentina atraviesa un momento crítico, y las recientes medidas arancelarias impuestas por Estados Unidos amenazan con agravar aún más su delicada situación.
Así lo advirtió Raúl Matías Cereseto, Presidente de la Fundación Latinoamericana de Sostenibilidad Pesquera (FULASP), en una entrevista exclusiva con Canal E de Perfil.com.
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Cereseto describió un panorama sombrío donde los altos costos de producción han superado los precios de venta de la mayoría de los productos pesqueros. Esta desproporción económica ha llevado a la paralización de más de 100 barcos, impidiendo que 3,000 trabajadores puedan embarcar y generando una profunda preocupación en el sector.
«El caladero está en buenas condiciones y el recurso está disponible, pero la crisis de costos nos impide operar», lamentó Cereseto, exponiendo la paradoja de una riqueza natural inaccesible debido a las dificultades económicas.
La imposición de aranceles por parte de Estados Unidos, el tercer destino más importante para las exportaciones pesqueras argentinas (representando 1 de cada 10 kg de producto exportado), ha sido calificada por el titular de FULASP como un potencial «golpe final» para una industria ya debilitada.
La flota tangonera, dedicada a la pesca y congelación de langostino, es la más afectada por esta crisis. Más de 100 de sus buques permanecen inactivos, impactando directamente a los aproximadamente 30 tripulantes por embarcación, lo que eleva a 3,000 el número de trabajadores imposibilitados de realizar sus labores. Se estima que esta paralización representa un tercio de la captura total del país, con pérdidas que podrían ascender a los 400 millones de dólares si la situación persiste.
La preocupación del sector se agudiza ante la falta de una comunicación efectiva con el gobierno nacional para buscar soluciones concretas. Cereseto señaló que la flota tangonera ya reporta pérdidas de $700 por tonelada debido a los elevados costos de captura, cifra que no contempla el impacto del nuevo arancel estadounidense.
Además, la guerra comercial entre China y Estados Unidos añade incertidumbre al panorama, generando inquietud sobre posibles repercusiones en las exportaciones a China, otro mercado relevante para la pesca argentina.
A pesar de la gravedad de la situación, Cereseto se mostró esperanzado en que el tema se mantenga en la agenda diaria y que se puedan encontrar vías para mejorar la crítica realidad que enfrenta la industria pesquera nacional.