Un mercado inestable y opaco. El exsecretario de Hidrocarburos de la Nación, José Luis Sureda, evaluó los impactos en Vaca Muerta y San Jorge. Además, explicó por qué, pese a la baja del petróleo, no podría esperarse una reducción de los combustibles.
El ex secretario de Hidrocarburos de la Nación, José Luis Sureda, analizó el complejo escenario actual del mercado internacional del petróleo, marcado por la caída de precios, la inestabilidad geopolítica y una demanda global debilitada, según publicó ADNSUR.
Según explicó, incluso antes del conflicto comercial impulsado por Donald Trump, la economía mundial ya mostraba señales de posible recesión. «El mundo no está pasando por un buen momento», resumió, al tiempo que aclaró que la demanda de petróleo estaba creciendo «mucho menos de lo esperado».
En diálogo con Actualidad 2.0, Sureda remarcó que el precio del crudo, que ronda los 70 dólares por barril, es históricamente bajo si se lo ajusta por inflación. «Es un petróleo muy barato comparado con décadas pasadas», dijo, y advirtió que esta baja está asociada a múltiples factores: desde la lenta recuperación económica global hasta la pérdida de control dentro de la OPEP, donde países como Irak y Nigeria venden por encima de sus cuotas para cubrir urgencias fiscales (lo que contribuye a una sobre oferta de crudo).
A esa inestabilidad interna en la organización de países exportadores se suman las sanciones internacionales a Rusia e Irán, que alimentan “un mercado opaco”, según definió, donde una parte importante del petróleo «fluye por canales que no se contabilizan formalmente», explicó.
Además, la irrupción del shale oil en Estados Unidos ha reducido significativamente la capacidad de la OPEP para incidir en los precios.
“Trump está haciendo lo que prometió en campaña, no hay sorpresas”
En cuanto al rol de Estados Unidos, Sureda aseguró que Trump “está haciendo lo que prometió en campaña”, y que sus acciones no deberían causar sorpresa. No obstante, cuestionó sus consecuencias: «El lunes se destruyeron casi dos trillones de dólares en los mercados», recordó, y agregó que, si no hay un cambio cualitativo en el conflicto geopolítico, “podemos ir hacia una recesión mundial con precios que se ubiquen entre los 60 y 65 dólares, o incluso más bajos».
Consultado sobre si este escenario de precios bajos podría revertirse en el corto plazo, Sureda fue prudente, pero lanzó una advertencia. Afirmó que no hay elementos suficientes para anticipar una recuperación sostenida, ya que el desenlace del conflicto entre Rusia y Ucrania, así como la estrategia comercial de Estados Unidos, siguen siendo inciertos.
Sin embargo, subrayó que “los precios del petróleo son cíclicos”: así como ahora atraviesan una fase de baja, en algún momento «todo se termina» y podría venir un repunte fuerte.
“Después de un ciclo de precios bajos, viene una explosión de precios hacia arriba”, alertó, y planteó como escenario posible un mercado «salvaje», sin capacidad de regulación efectiva, donde los valores podrían derrumbarse y luego dispararse.
Aun así, agregó: “Si tuviera que guiarme por lo que pasa hoy, creo que los precios se van a quedar entre 60 y 65 dólares por lo menos por un año”, en referencia a la posible estabilidad de este rango si no cambian las condiciones geopolíticas actuales.
“Hay campos de Vaca Muerta que pueden seguir, pero en San Jorge se demorarán proyectos”
Sobre las recientes declaraciones de Horacio Marín, presidente de YPF, quien aseguró que se puede producir con un crudo a 40 o 45 dólares, Sureda fue cauto: “Hay campos como La Amarga Chica o Loma Campana que pueden perforar a ese precio”, reconoció, pero aclaró que eso aplica solo a casos donde ya existe infraestructura.
«La perforación y fractura puede sostenerse con un crudo a 45 dólares, pero si hay que construir instalaciones para evacuar la producción, el número cambia», advirtió. Además, explicó que el precio no sólo debe cubrir el pozo, sino también garantizar el flujo de caja necesario para afrontar las deudas de las compañías, un aspecto clave para grandes operadoras como YPF.
En cuanto a la Cuenca del Golfo San Jorge, Sureda fue más escéptico: “Con un barril a 60 dólares, lo que está funcionando puede seguir, pero el desarrollo va a ser difícil”, planteó. En ese escenario, anticipó una estrategia de prudencia por parte de las empresas, que priorizarán proyectos de alta eficiencia y podrían demorar o pausar aquellos con menor rentabilidad. En sus palabras, se perfila un panorama de “actividad moderada o baja”.
Combustibles: ¿bajarán los precios en el surtidor?
En relación a los precios de los combustibles en Argentina, Sureda fue claro: no espera una baja inmediata. Si bien el crudo ha caído, explicó que aún se están absorbiendo efectos rezagados de la devaluación y de la actualización de impuestos, especialmente el impuesto a los combustibles, que no se ajustó durante más de dos años durante el gobierno anterior.
«La devaluación mensual del 1 al 2% todavía no se trasladó al surtidor. Eso ya representa una rebaja en términos reales», explicó. Además, sostuvo que los ajustes mensuales recientes «no son por precio del crudo, sino por actualización impositiva», por lo que difícilmente veamos una baja significativa a corto plazo.
Incluso las reducciones puntuales, como la registrada en septiembre pasado, serían más una estrategia coordinada con el gobierno para amortiguar el impacto de la suba impositiva, que una consecuencia directa del valor del crudo, según observó, finalmente, el analista.