Ricas en nutrientes clave, estas semillas ganan cada vez más protagonismo en dietas saludables.
Semillas de girasol. En un contexto donde cada vez más personas buscan incorporar alimentos funcionales a su dieta, las semillas de girasol emergen como una opción altamente nutritiva, económica y versátil. Lejos de ser un simple snack, aportan beneficios comprobados para el sistema cardiovascular, digestivo y hasta el hígado. Según informa: El Cronista
Estas semillas provienen de la planta Helianthus annuus, originaria de América del Norte, y tradicionalmente se utilizó en la producción de aceite vegetal. Sin embargo, su versión comestible -con o sin cáscara- ganó terreno en los últimos años, especialmente por su perfil nutricional completo.
¿Por qué son tan buenas para la salud?
Según publicaciones especializadas como Cleveland Clinic, una sola porción de 30 gramos aporta una combinación poderosa de vitamina E, magnesio, selenio, ácido linoleico y aminoácidos esenciales.
Estos nutrientes son claves para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, mejorar la salud muscular y ósea, y proteger el sistema nervioso.
Además, estudios realizados por la Universidad Nacional de Luján (UNLu) destacan que su alto contenido de fibra colabora con el control del colesterol, la glucosa en sangre y el tránsito intestinal, lo que las convierte en aliadas para personas con diabetes o problemas digestivos.
Uno de sus beneficios menos difundidos es su efecto positivo en casos de hígado graso. Gracias a los ácidos grasos poliinsaturados, estas semillas pueden reducir la inflamación hepática y mejorar los marcadores clínicos en personas con enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA), siempre en combinación con una alimentación balanceada.
¿Cuántas semillas de girasol se pueden comer por día?
La porción diaria recomendada es de 30 gramos, aproximadamente un puñado. Esta cantidad equilibra su gran aporte de nutrientes sin excederse en calorías: una ración contiene alrededor de 163 calorías, provenientes principalmente de grasas saludables.
Expertos advierten que, pese a sus beneficios, es fundamental consumirlas con moderación, especialmente en personas con dietas hipocalóricas o que buscan perder peso.
¿Quiénes deberían evitarlas?
- Personas alérgicas a las semillas, dado el riesgo de reacciones graves.
- Pacientes con hipertensión, si consumen la versión salada por su alto contenido de sodio.
- Quienes tienen restricciones calóricas, ya que el exceso puede sabotear objetivos nutricionales.
¿Cómo incorporar semillas de girasol a la dieta?
- Su versatilidad culinaria permite integrarlas fácilmente en comidas diarias:
- Espolvoreadas sobre ensaladas, yogures o sopas.
- Agregadas a panes, muffins o granolas caseras.
- Mezcladas con otros frutos secos en snacks saludables.
- Incluidas en batidos, bowls de avena o barras energéticas.
- Ligeramente tostadas para realzar su sabor.