La minería latinoamericana entra en una nueva fase: la pelea ya no es por recursos, sino por técnicos calificados. La advertencia llegó desde Chile, donde proyectan una demanda de 34.000 trabajadores en los próximos años.
“Nos vamos a disputar los trabajadores en Argentina, Perú y Chile, porque falta mano de obra capacitada”, afirmó Dominique Viera, presidenta de APRIMIN, una de las cámaras más influyentes del sector. La frase no cayó en saco roto: anticipa un escenario donde las empresas buscarán talento técnico a nivel regional.
La minería se vuelve digital
De acuerdo con LU17. Viera aclaró que el fenómeno no se limita a las grandes mineras. En Chile, tres de cada cuatro puestos laborales pertenecen a empresas proveedoras, muchas de las cuales brindan servicios logísticos, gastronómicos, de salud o mantenimiento. Esa red también empuja la demanda de personal preparado.
“Esto no debe verse como una amenaza, sino como una oportunidad para proveedores y técnicos argentinos”, sostuvo, al referirse al potencial que ofrece la integración regional del sector.
Mientras en la Argentina crecen los proyectos y se discute el “compre local”, Chile ya impulsa un plan para internacionalizar a sus 8.000 proveedores mineros, con foco puesto en San Juan y Catamarca. La mirada trasciende fronteras.
La competencia se da en un contexto donde la minería se vuelve más tecnológica. Camiones autónomos, análisis de datos y operación remota ya son realidad en faenas chilenas. “Hoy el gran boom en minería son los datos”, apuntó Viera, marcando el rumbo que deberán seguir los nuevos perfiles laborales.
En busca de un nuevo modelo
El modelo busca integrar tecnología global sin perder tiempo en burocracia. “No hay que inventar la rueda, hay que adaptar lo que funciona”, remarcó, al referirse a las tendencias internacionales que transforman la productividad en el sector.
En paralelo, surgen tensiones por la participación de empresas extranjeras en proyectos argentinos, como ocurre en el Distrito Vicuña, donde algunos reclamos apuntan al origen de los proveedores. Para Viera, el eje no debe estar en la nacionalidad, sino en la capacidad técnica.
“Me gustaría más que nos uniéramos para exigir altos estándares ambientales y sociales a nivel global”, planteó. La frase sintetiza una mirada que prioriza la competencia profesional sobre el proteccionismo económico.
La minería ya no depende solo de lo que hay bajo tierra. Depende de las personas que sepan operar lo que se extrae, de los sistemas que organicen los datos y de las redes regionales que sostengan el circuito productivo. La disputa por esos recursos humanos recién empieza.