El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue trasladado de urgencia a un hospital bajo custodia policial tras sufrir una recaída de salud mientras se encuentra en arresto domiciliario.
La situación fue confirmada por su hijo, Flavio Bolsonaro, quien pidió a sus seguidores “rezar para que no sea nada grave”.
Según detalló Flavio, el exmandatario presentó un “cuadro severo de hipo, vómitos y presión baja”. Bolsonaro, de 70 años, llegó al hospital debilitado y con un diagnóstico de anemia leve, según su médico Claudio Birolini, probablemente vinculada a una mala nutrición en las últimas semanas.
El domingo pasado, además, se le habían extraído ocho lesiones cutáneas para realizar biopsias. Cabe recordar que el líder ultraderechista arrastra complicaciones de salud desde la puñalada que sufrió en el abdomen durante la campaña electoral de 2018, hecho que le dejó secuelas permanentes.
Condena y nuevos fallos en su contra
La emergencia médica se da pocos días después de que Bolsonaro fuera condenado a 27 años de prisión por orquestar un intento de golpe de Estado tras perder las elecciones de 2022 frente a Luiz Inácio Lula da Silva. Sus abogados ya anunciaron que apelarán la sentencia.
Además, este martes fue condenado a pagar 1 millón de reales (unos 159.000 euros) por daño moral colectivo a raíz de comentarios racistas realizados en 2021. El Tribunal Regional Federal calificó esa conducta como “racismo recreativo”, en alusión a declaraciones en las que Bolsonaro llegó a comparar el cabello de una persona negra con una “granja de cucarachas”.Según Radio3 el fallo también responsabiliza al Estado brasileño, al considerar que esas expresiones ocurrieron mientras ejercía la presidencia, aunque el Gobierno de Lula podrá reclamar la indemnización al propio Bolsonaro.
Entre la política y la salud
La doble presión judicial y médica mantiene en vilo al exmandatario, hoy en arresto domiciliario. Para la Justicia Jair Bolsonaro, Brasil, arresto domiciliario, Bolsonaro representa un riesgo institucional; para sus seguidores, continúa siendo un líder político perseguido. En medio de esta situación, su salud vuelve a ser motivo de alarma, agregando incertidumbre al escenario político brasileño.