El Golfo Nuevo en Península Valdés fue testigo de un hecho histórico este año: los relevamientos aéreos del Centro Nacional Patagónico (CENPAT) contabilizaron más de 2.000 ballenas francas australes, marcando un récord sin precedentes en la región.
La presencia de numerosas hembras con sus crías cerca de la costa ofrece un espectáculo natural único, pero también genera alerta entre los científicos.
Científicos advierten sobre riesgos de acercamiento
Investigadores del Laboratorio de Mamíferos Marinos (LAMAMA) destacan que, aunque las ballenas en Península Valdés puedan parecer dóciles, «no dejan de ser animales salvajes». Actividades como stand up paddle, buceo o natación incrementan significativamente los riesgos de encuentros peligrosos. Según explican los especialistas del CENPAT, la normativa provincial (Ley 2.381) y las disposiciones de Prefectura Naval Argentina prohíben expresamente el contacto físico y exigen mantener una distancia mínima de 100 metros.
Recomendaciones para un avistaje responsable
Las autoridades enfatizan la importancia de respetar el espacio de los cetáceos. «Así las disfrutás sin molestarlas y asegurás que esta experiencia única siga siendo segura para todos», remarcan desde el centro de investigación. En caso de que una ballena se acerque espontáneamente, la recomendación es alejarse lentamente para no interferir en su comportamiento natural. Para consultas, el CENPAT ofrece sus redes de contacto, mientras que para emergencias se debe comunicar al 106 o al canal 16 VHF de Prefectura.
Un fenómeno natural que requiere protección
Este récord histórico de ballenas francas australes consolida a Península Valdés como uno de los santuarios más importantes del mundo para esta especie. La creciente población evidencia el éxito de las políticas de conservación, pero también demanda mayor responsabilidad por parte de turistas y operadores para garantizar la protección de estos gigantes marinos y sus crías. Información extraída del medio El Patagonico.