La decisión de José Luis Espert de bajar su candidatura llegó después de que una encuesta revelara el severo impacto negativo que generaba su figura en el electorado.
Los datos mostraban que se había convertido en un verdadero «cisne negro» para las aspiraciones del oficialismo en las elecciones legislativas.
Los Números que Anticiparon la Baja
Según el relevamiento de Zubán Córdoba & Asociados realizado entre el 28 de septiembre y el 4 de octubre, el 76,3% de los argentinos consideraba que el vínculo de Espert con Fred Machado -acusado de narcotráfico en Estados Unidos- tenía un impacto negativo sobre la gestión de Javier Milei. La imagen personal del diputado libertario se había desplomado, registrando un 71,4% de valoración negativa contra apenas un 26,4% positiva. Antes de conocerse su renuncia, el 62,9% de los encuestados creía que debía abandonar la carrera electoral.
El Análisis de la Consultora: «Amenazaba el Núcleo Duro»
La consultora había caracterizado la situación como particularmente grave para el oficialismo. En su análisis, señalaron que «el tema se ha transformado en un nuevo cisne negro para el oficialismo que amenaza con perforar incluso su núcleo duro». Esta advertencia resultó premonitoria, ya que Espert reconoció explícitamente en su anuncio de baja que no podía «permitir que el proyecto de país que emprendimos con tanto esfuerzo se desmorone» por su situación personal.
La Defensa que No Conquistó a la Ciudadanía
Pese a los esfuerzos del diputado por explicar su relación con Machado a través de medios y un video personal, la estrategia no logró convencer a la mayoría de los argentinos. La encuesta mostró que el 68,6% consideraba «no creíble» la defensa de Espert. Esta percepción se vio reforzada por sus contradicciones públicas: primero negó tener más que un encuentro casual con Machado, pero luego admitió haber trabajado para él e incluso haber estado en su pileta, generando una crisis de credibilidad.
El Contexto que Aceleró la Decisión
La crisis del caso Espert se desarrolló en un escenario político ya complejo para el oficialismo. El gobierno enfrentaba en octubre su punto más alto de desaprobación (64,7%) desde el inicio de la gestión, y el 65,3% de los argentinos no creía que «lo peor» ya hubiera pasado para la economía. En este contexto, la permanencia de Espert como candidato se había convertido en un factor de riesgo electoral que finalmente determinó su salida de la contienda. Información extraída del medio Ámbito.