Desde este miércoles a las seis de la mañana, los trabajadores del sector aceitero iniciarán una huelga nacional por tiempo indeterminado en reclamo de una recomposición salarial.
La medida, encabezada por la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines (FTCIODyARA) y el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) San Lorenzo, busca que el salario básico del peón alcance los $2.344.728, cifra que, según los gremios, representa el valor real del salario mínimo vital y móvil establecido por la Constitución Nacional.
El reclamo por el salario mínimo constitucional
Las organizaciones fundamentan su pedido en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y el artículo 116 de la Ley de Contrato de Trabajo, los cuales establecen que el salario debe garantizar a las familias trabajadoras la cobertura de nueve necesidades básicas: alimentación, vivienda, educación, vestimenta, salud, transporte, esparcimiento, vacaciones y previsión.
De acuerdo con los estudios técnicos de la Federación, elaborados a partir de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) del INDEC, el salario mínimo vital y móvil debería ubicarse en septiembre de 2025 en $2.344.728. Esa cifra fue utilizada como referencia en la revisión paritaria que se abrió tras el acuerdo firmado en abril pasado.
Según C5N , la huelga tiene como objetivo central restablecer el poder adquisitivo de los aceiteros y reafirmar el carácter constitucional del salario mínimo, que consideran vulnerado por los actuales niveles de inflación y las políticas empresariales del sector.
Respuesta gremial ante la postura empresaria
En el acta de negociación, las organizaciones calificaron como “una provocación” la propuesta empresarial de ajustar los sueldos “acompañando la inflación a mes vencido”. Argumentan que esa oferta resulta insuficiente y contradictoria, especialmente tras la eliminación de las retenciones a las exportaciones, una medida que —según los sindicatos— implicó beneficios extraordinarios para las empresas del sector.
Los dirigentes gremiales denunciaron que el costo laboral dentro del complejo aceitero se redujo durante 2024 y hoy representa entre el 1,7% y el 2,4% del total de los costos. Por ello, afirman que un aumento como el solicitado “no tendría un impacto significativo en la rentabilidad” de las compañías.
Una huelga con mirada estructural
Más allá de la discusión salarial, la huelga busca instalar en la agenda pública una revisión profunda del concepto de salario mínimo vital y móvil. Los trabajadores reclaman que este derecho deje de ser una mera referencia simbólica y se convierta en un parámetro efectivo y actualizado, capaz de garantizar condiciones de vida dignas para las familias obreras.
Desde la Federación Oleaginosa señalaron que el reclamo “no se limita al sector, sino que interpela a toda la clase trabajadora argentina”. El conflicto, de alcance nacional, mantiene en alerta a las principales terminales portuarias y plantas industriales del Gran Rosario, epicentro de la actividad exportadora del país.
La huelga nacional aceitera marca un nuevo capítulo en la disputa por la recuperación del poder adquisitivo en un contexto económico complejo. Mientras las negociaciones permanecen estancadas, los trabajadores reafirman que su demanda se apoya en la ley y en la defensa del salario como derecho constitucional.
La protesta, aseguran, continuará “hasta que se respete el valor real del trabajo y el sustento de las familias argentinas”.