En Argentina, 5 millones de personas consumen regularmente pastillas para dormir, con una edad promedio de 30 años.
Los especialistas alertan sobre el crecimiento de esta tendencia y sus riesgos de dependencia física y psicológica.
El preocupante aumento del consumo en jóvenes
El año pasado se prescribieron en el país 3 millones de recetas de medicamentos para dormir, representando un aumento del 22% en cinco años. Según registros del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB), anualmente se venden 28 millones de unidades, con una facturación estimada de 1.120 millones de pesos. Lo más alarmante es que la edad promedio de quienes adquieren estos fármacos ha descendido notablemente.
Los riesgos de la dependencia a benzodiacepinas
Daniel Cardinali, investigador del Conicet, advirtió sobre el «uso abusivo de las benzodiacepinas», cuyas marcas más conocidas son Valium y Alplax. Aunque los protocolos recomiendan no superar los tres meses de uso, muchas personas las consumen durante años, generando adicción. La neuróloga María Celia Daraio explicó que al intentar suspenderlas aparece «un insomnio de rebote grave con mucho nerviosismo», creando un círculo vicioso.
El peligro de encubrir otras patologías
Los especialistas coinciden en que estas pastillas pueden ocultar problemas de salud subyacentes. Daniel Pérez Chada, director de la Clínica del Sueño del Hospital Austral, señaló que en casos de apnea del sueño, los hipnóticos pueden empeorar la condición debido a su efecto relajante muscular. Además, pueden producir trastornos de memoria y aumentar el riesgo de caídas en adultos mayores.
Frente a esta creciente problemática, los expertos destacan la necesidad de mejorar la formación de los médicos de atención primaria en el diagnóstico de trastornos del sueño y promover tratamientos integrales que aborden las causas reales del insomnio en lugar de recurrir a soluciones farmacológicas rápidas pero potencialmente peligrosas. Información extraída del medio Infobae.




