El financista aportó detalles inéditos sobre el funcionamiento interno del circuito de recaudación ilegal que, según afirmó, operó durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.
La tercera jornada del juicio oral por la Causa Cuadernos dejó una de las exposiciones más contundentes desde el inicio del proceso. La lectura de la declaración del financista Ernesto Clarens —imputado colaborador y figura clave en la estructura financiera de Lázaro Báez— aportó detalles inéditos sobre el funcionamiento interno del circuito de recaudación ilegal que, según afirmó, operó durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.
“Yo me ocupaba por cambiar los pesos por dólares”, se escuchó en la sala, en referencia al rol central que cumplía en la conversión y traslado de fondos provenientes de las coimas de la obra pública. Cristina Fernández de Kirchner está acusada como jefa de asociación ilícita y cohecho, y es juzgada junto al exministro Julio De Vido, Roberto Baratta y otros 83 imputados. La expresidenta no estuvo presente en la audiencia virtual, que duró cuatro horas.
Un esquema semanal: USD 300 mil por orden directa del expresidente
Clarens ubicó el origen del sistema en 2005, cuando Carlos Wagner —entonces presidente de la Cámara Argentina de la Construcción— lo convocó a la sede de la Cámara de Empresas Viales, conocida como la “Camarita”. Allí le informó que el Gobierno había decidido instaurar un mecanismo para obtener retornos de la obra pública y que él debía encargarse de recibir los pagos de las constructoras y garantizar su llegada al secretario de Obras Públicas, José López, o a quien éste designara.
El financista relató que, tras verificar la instrucción con López y con Lázaro Báez, obtuvo el contacto de Daniel Muñoz, secretario privado de Néstor Kirchner. Muñoz determinaba los lugares de entrega, que variaban según el monto.
El diseño fue claro:
-Las empresas constructoras dejaban sumas en pesos en la oficina de Clarens (primero en Maipú 311 y luego en Manuela Sáenz 323).
-El promedio semanal era de USD 300.000, aunque con el tiempo se redujo por los retrasos de Vialidad en los pagos.
-El porcentaje habitual exigido era el 10% del valor certificado.
-Clarens debía transformar ese dinero en dólares mediante un corredor llamado Vallarino, operando en cuevas o a través de mesas financieras como la del Banco Finansur.
Con el tiempo, Muñoz comenzó a solicitar euros de €500, más fáciles de transportar.
Entregas en el Hotel Panamericano y en Juncal y Uruguay
Las entregas de dinero se efectuaban en:
-el Hotel Panamericano, donde Muñoz tenía una habitación;
-el hall del edificio de Juncal y Uruguay, residencia del matrimonio Kirchner, cuando se trataba de sumas más voluminosas.
Clarens aclaró que jamás ingresó al departamento.
Cómo se armaban las licitaciones: la “Camarita”, sobreprecios y reparto de obras
La declaración incluyó una descripción minuciosa de la dinámica interna de la Cámara Argentina de Empresas Viales:
-Tras la apertura de licitación, los interesados eran citados para definir “pases” de obras entre empresas cartelizadas.
-Las discusiones se extendían de 10 a 18 horas.
-El precio de la oferta se acordaba entre pocas firmas y siempre superaba el presupuesto oficial en un 20%.
De ese sobreprecio:
-la mitad se destinaba a coimas,
-la otra mitad alimentaba la generación de dólares negros.
-Según la estimación de Clarens, el circuito movió alrededor de USD 30 millones.
Una orden directa de Cristina Kirchner: adjudicar una obra a Cristóbal López
En otro tramo, el financista describió un pedido de la expresidenta tras la muerte de Néstor Kirchner: adjudicar a Cristóbal López el tramo Perito Moreno – Bajo Caracoles de la Ruta 40. Aunque la licitación ya estaba avanzada, José López le ordenó avisar a las empresas que debían retirarse o acompañar. Finalmente, la obra quedó en manos del empresario patagónico.
Clarens también relató que Cristina Kirchner buscó salvar a la constructora GOTTI, que había sido absorbida por Báez y estaba en bancarrota. A pedido de la entonces presidenta, él se encargó de gestionar los cobros de la firma mediante un convenio con COFICRED.
Asimismo, aseguró que entre 2012 y 2013 varias empresas aportaron dinero para la campaña kirchnerista, mencionando a ESUCO, Cartellone, Losi, CHEDIACK y Roggio. Después de cambiar los pesos por dólares, entregaba los fondos a José López en un departamento cercano al Hotel Faena.
Las revelaciones de Clarens, leídas ante el Tribunal Oral Federal, forman parte de una causa que aún promete capítulos de alto impacto político y judicial. Su testimonio es considerado clave para reconstruir la estructura de recaudación ilegal que, según la acusación, funcionó como un sistema paralelo dentro del Estado.
La próxima audiencia continuará con la lectura de declaraciones y pruebas documentales que buscan determinar la responsabilidad penal de los 86 imputados. Información extraída de Cadena 3.




