Abandono y bombardeos: el drama de los ancianos en Ucrania.
En el corazón del este de Ucrania, la crudeza del conflicto se manifiesta en un colapso humanitario que golpea con especial ferocidad a los más vulnerables: los ancianos.
Enrique García Quiroz, coordinador de operaciones de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la región, relata desde la línea de fuego un escenario de devastación, abandono y bombardeos incesantes. En pueblos convertidos en fantasma, miles de personas mayores aguardan, a menudo resignadas, la llegada de la ayuda o, incluso, la muerte.
Testimonio desde el frente de guerra
Desde Sloviansk, una ciudad entre Kharkiv y Donetsk, García Quiroz ha sido testigo de la intensificación del conflicto. En medio de una entrevista, una oleada de bombardeos rusos interrumpió la comunicación, forzando a todo el equipo de MSF a refugiarse. “Hostia, un momento. Sí, acá acaba de hacer una explosión ahora muy fuerte. Dos. Denme un segundito”, se escucha antes de que ordene el resguardo.
Según informó Infobae, este ataque forma parte de los tres meses con más ofensivas desde el inicio de la guerra, con bombas aerodirigidas que impactan sin patrón, dejando siete heridos, incluyendo niños. La realidad, según García Quiroz, es que “no hay zonas de seguridad. Te puede caer en cualquier lado”, lo que obliga a MSF a operar a no menos de quince kilómetros del frente directo, aunque el riesgo de misiles y bombas guiadas persiste en toda la zona.
La cruel decisión familiar en zonas de conflicto
La desesperación del conflicto obliga a las familias a tomar decisiones desgarradoras. Enrique García Quiroz describe un dilema recurrente: “Somos cinco en la familia, solo podemos salir cuatro. ¿Qué hacemos? ¿Nos vamos? Pues sí, nos tenemos que ir”.
La elección, a menudo, recae en dejar atrás a los ancianos, especialmente mujeres con movilidad reducida. Estos pueblos, ahora sin luz, agua, farmacias ni supermercados, se convierten en trampas para quienes se quedan, esperando días enteros por atención médica o víveres. La huida de los más jóvenes hacia centros de refugiados improvisados deja un vacío de cuidados y asistencia vital para los mayores.
Preparados para morir: la resignación de los olvidados
Las visitas de MSF a estas localidades deshabitadas revelan escenas de extrema vulnerabilidad. Personas al borde de la muerte, sin acceso a comida, agua o medicamentos esenciales durante semanas. El coordinador de MSF recuerda la impactante reacción de una anciana: “Se enojó porque llegamos, porque ya se había preparado para morir.
Decía: ‘Yo ya estaba lista. ¿Para qué me traen medicinas? ¿Para qué me traen comida si ya estaba yo hecha a la idea de morir?’”. Estas historias, como la del hombre salvado por su perro de los escombros de su hogar tras una explosión, subrayan el abismo de desesperación y el colapso humanitario que viven los ancianos en la primera línea de la guerra.




