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La Municipalidad de Trelew, a través de Coordinación de Inspecciones Generales, comenzó ayer a recorrer supermercados de la ciudad con el fin de que se cumpla con los precios cuidados, la correspondiente rotulación en los productos con vencimiento y costo a la vista, y fundamentalmente con la seguridad e higiene, para que el alimento llegue al vecino de la mejor manera.

Respecto al control de las grandes superficies, Héctor López, titular de Inspecciones Generales, explicó que «estuvimos por el Mercado Concentrador y hoy (por ayer) comenzamos con una de las cadenas más importantes de supermercados y continuaremos con los siguientes, realizando los controles adecuados y la inspección bromatológica que corresponde, además del control de precios cuidados y así avanzar en la regulación de todo lo que nos compete».

«En algunas de las sucursales dónde se realizaron dichos controles, se encontraron deficiencias que se irán subsanando dependiendo de las infracciones y notificaciones realizadas», aseguró el funcionario.

Los controles en supermercados y comercios chicos, por parte del área municipal continuarán realizándose para evitar además, denuncias por precios desmedidos en algunos comercios.

Este tipo de productos tiene mala fama, pero no todas las opciones son iguales. El sistema Nova los categoriza en cuatro grupos, según el nivel de procesamiento.

Escuchamos la palabra “alimento procesado” y ya asumimos que se trata de un producto perjudicial para la salud que hay que descartar. Convengamos que a la hora de elegir entre aquellos que consideramos más beneficiosos y antes de proceder a desechar los nocivos, es necesario saber que nada es tan bueno ni tan malo. Lo importante es conocer bien cuáles son aquellas comidas que suman en nuestra dieta y cuáles hay que limitar a la mínima expresión.

Si pensamos en alimentos saludables, lo que se nos viene a la cabeza son los frescos. Es cierto que este tipo de producto es el más saludable, pero no es la única opción. No todo lo que viene envasado o se adquiere en supermercados es necesariamente malo. Por ejemplo, el aceite de oliva, tan elogiado por los médicos, es una comida procesada.

Entonces, lo que hay que comprender es que hay distintos niveles de procesamiento de los alimentos. Para eso, desde 2010, contamos con una clasificación llamada el sistema Nova, nacido en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Sao Paulo en Brasil, que categoriza las comidas según ese grado de procesamiento y no por la ausencia o presencia de determinados nutrientes, como se hacía con anterioridad.

“Categorizar a los alimentos de esta manera hace que uno pueda valorizar cuáles son los que tienen que integrar nuestra dieta cotidiana. Entonces, uno siempre va a elegir como primera opción los alimentos mínimamente procesados y, en segundo lugar -en menor proporción- aquellos procesados cuya modificación ha sido más que nada para conservar el producto, pero no son todos aquellos ultraprocesados donde ya sabemos que la calidad nutricional se deteriora seriamente”, indica la licenciada en Nutrición Cecilia Martinelli (M.N. 3.447) a Con Bienestar.

Esta forma de clasificar las comidas se utiliza por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y se incluye en distintas guías alimentarias de varios países del mundo.

¿En qué consiste el sistema Nova?

El sistema Nova califica los alimentos en cuatro categorías dependiendo de su nivel de procesamiento y puede servir como guía para determinar cuáles son aquellas comidas que deben ser la base de nuestra dieta.

De este modo, hay cuatro categorías de alimentos:

Alimentos no procesados o mínimamente procesados

Son todos aquellos que deberían ser la base de la alimentación. Se trata de las comidas cuyos procedimientos o procesos tecnológicos están enfocados para su conservación, por ejemplo el caso de la pasteurización de la leche. Dentro de este grupo se incluyen las frutas, las verduras, los tubérculos, las legumbres, todas las carnes (pescado, pollo, cerdo, mariscos, etcétera), los huevos, la leche, las semillas y los granos.

Ingredientes culinarios

Se trata de esos productos obtenidos de los anteriores que tienen un nivel de procesamiento leve (molido, prensado, refinado, triturado o pulverizado) y que no constituyen la base de la alimentación. Esta categoría está formada por la sal, el azúcar, el aceite, la manteca o las especias.

Alimentos procesados

Se obtienen de los productos del grupo uno con un proceso de transformación simple (cocción, conservación o fermentación) que no los modifica de forma sustancial. Dentro de esta categoría se incluyen los fiambres magros, atún o sardinas enlatadas, los panificados recién hechos (realizados con harinas integrales como de cebada o centeno, semillas sin el agregado de colorantes, conservantes ni aditivos), los quesos, los yogures, los fermentados, los frutos secos azucarados o salados, verduras en lata, frutas en almíbar o algunas bebidas, como la sidra o la cerveza.

Alimentos ultraprocesados

Se trata de productos que se modificaron y refinaron. En general, suelen ser ítems de alto valor calórico y con una cantidad elevada de azúcar, sodio y grasas (por lo general de mala calidad, como las grasas saturadas o el aceite de palma). Es por eso que deberían ser solamente de consumo excepcional. En esta categoría se encuentran comidas como snacks, gaseosas, golosinas, galletas, pan de molde, helados, chocolate, panchos, sopas en polvo, comidas prefabricadas y bebidas alcohólicas (ron, whisky, ginebra, etc.), entre muchos otros ejemplos.

Todas las evidencias de estos últimos años apuntan a que el elevadísimo consumo de alimentos ultraprocesados está asociado de manera directa y proporcional con la tasa creciente de obesidad. Del mismo modo, se incrementó de manera paralela la prevalencia de diabetes tipo 2 y la enfermedad coronaria.

“Por eso es que se hace tanto hincapié en alentar a que la gente reduzca el consumo de alimentos ultraprocesados, justamente por esta característica que tienen: de ser productos de alta densidad calórica, muy baja densidad nutricional, que tienen poca cantidad de proteínas, de fibra, de vitaminas y minerales y a los que se les agrega aditivos, colorantes y resaltadores de sabor para hacerlos más atractivos. Además, contienen grasas de mala calidad, azúcares y harinas refinadas”, advierte la especialista en nutrición.

Reducir el consumo de este tipo de alimentos y, al contrario, estimular la ingesta de los del primer grupo es fundamental. De hecho, los especialistas destacan que la alimentación debe estar basada justamente en todos aquellos productos sin ningún grado de procesamiento o con un mínimo grado cuya finalidad sea la conservación y no el agregado de sabor ni otros elementos.

El ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación informa que por medio de la Resolución N° 27 se otorgó el derecho de uso del sello «Alimentos Argentinos, Una Elección Natural», a la empresa Fragapane Hermanos, de la Localidad de Villa Nueva, Departamento de Guaymallén, de la provincia de MENDOZA, para su producto «CEREZAS FRESCAS» y su marca: «CONDOR ANDINO»; mientras que a través de la Resolución N° 28 se renovó el contrato de cesión y el uso del mismo sello a la compañía «VERACRUZ SOCIEDAD ANONIMA», productora de limones de la Localidad de Lules, Tucumán, para sus marcas «LULES», «MALAGUEÑA, «PRETTY LEMON», «VERACRUZ», «VERAFRUIT» y «VILACAMI».

El Sello de Calidad «Alimentos Argentinos» fue creado por la Ley N°26.967, es de adopción voluntaria y es cedido gratuitamente a las empresas que cumplen en todo el proceso de elaboración con los requisitos establecidos por protocolos de calidad específicos. Figuran entre ellos, la implementación de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) y Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control. Adicionalmente, los productos deben respetar parámetros de calidad, físico-químicos, tener trazabilidad y asegurar una vida útil adecuada.

Los productos distinguidos con el uso del sello Alimentos Argentinos, cuentan con un 0,5% adicional a la posición arancelaria en los Reintegros a la Exportación y tienen posibilidades de participar en ferias, exposiciones, seminarios y rondas de negocios nacionales e internacionales a partir del trabajo articulado con la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (AAICI). Cuentan además con la promoción institucional de los productos en el catálogo web, lo que incrementa sus posibilidades de mantener comunicación sobre la empresa y sus productos en el exterior.

Fuente: https://www.argentina.gob.ar/

En el marco del Plan Nacional de Reducción de Pérdidas y Desperdicio de Alimentos, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, informa que se iniciaron los estudios para avanzar, a través de la Secretaría de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional (SAByDR ) y en el ámbito de la Comisión Nacional de Alimentos (CONAL), con el trámite de incorporación al Código Alimentario Argentino (CAA) del bagazo cervecero seco, como alternativa para reducir pérdidas para cientos de cervecerías y micro cervecerías.

«El sector cervecero argentino se encuentra formado por los productores de cerveza de elaboración artesanal -quienes agrupan a más de 550 microcervecerías que representan el 2.2% del mercado total, el 30% de la cerveza total tirada, y que es un importante generador de empleo; y elaboradores industriales con una enorme capacidad productiva, que estamos decididos a acompañar», señaló el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra, al ser consultado sobre la iniciativa.

En esta línea, el secretario de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional, en ejercicio de la Presidencia de la CONAL, Marcelo Alós, dijo: «nos hemos propuesto incorporar el polvo de bagazo cervecero seco al Código Alimentario Argentino para potenciar las posibilidades de la industria cervecera, de manera sustentable, generando un impacto social y ambiental positivo, así como también minimizar pérdidas de alimentos en línea con los principios de economía circular y bioeconomía».

El bagazo cervecero es un subproducto proveniente de la elaboración de cerveza que actualmente se descarta como residuo, y en algunos casos es destinado para el consumo de animales. Con la incorporación en el Código Alimentario Argentino, podrá ser utilizado como ingrediente en la elaboración de distintos productos alimenticios, por ejemplo en la producción de industrias de panificados y repostería (panes, budines, brownies, barritas de cereal, entre muchas otras posibilidades).

Cabe indicar, que para dar respuesta a los requerimientos de la CONAL, y avanzar con la incorporación del producto, que se está trabajando de forma articulada entre la cartera agropecuaria nacional, la FAO y el CONICET, encomendándose a este último el estudio de determinación de los parámetros fisicoquímicos y microbiológicos de este subproducto de la cerveza.

El estudio y determinación de parámetros, solicitado por la SAByDR , cuenta con el acompañamiento de la FAO a través del Programa de Cooperación Técnica N° 3701 «Apoyo al fortalecimiento del Plan Nacional de Reducción de Pérdida y Desperdicio de Alimentos en Argentina (Ley Nacional 27.454)» y se espera tener los resultados en 60 días.

«Se trata de encontrar una solución ambiental y de proceso al dar un destino productivo y valorizar este subproducto que se genera en enormes cantidades en nuestro país, y en consecuencia evitar su disposición como residuo», añadió Alós.

A las medidas de higiene personal y de distancia social ya conocidas por la población desde la epidemia de gripe de 2009, el nuevo coronavirus sumó una nueva preocupación a muchos de quienes intentaban prevenir el contagio de la enfermedad: la limpieza sistemática –casi obsesiva– de picaportes, controles remotos, llaves de luz y demás superficies del hogar, además de todo lo que ingresa a él proveniente de grandes supermercados o comercios de cercanía.

Es que, según se sabía, el SARS-CoV-2 era capaz de sobrevivir en las superficies por varias horas y desde ellas, ingresar al organismo por boca o nariz por ejemplo, desde las manos de las personas.

Pero ahora, luego de analizar la evidencia científica disponible, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA es su sigla en inglés) y el Departamento Norteamericano de Agricultura (USDA) aseguraron que el nuevo coronavirus no se transmite a las personas a través de los alimentos o de los envases alimenticios.

“Nuestra confianza en la seguridad del suministro de alimentos se mantiene firme. Los consumidores deben estar seguros, tras la información científica actual y en base a un abrumador consenso científico internacional, de que es muy poco probable que los alimentos que se consumen y los envases de los mismos propaguen el coronavirus”, señalaron el secretario interino del USDA, Kevin Shea, y la comisionada interina de la FDA, Janet Woodcock.

En este punto, ambos recordaron que el COVID-19 es una enfermedad respiratoria que se transmite de persona a persona, a diferencia de los virus gastrointestinales o los transmitidos por los alimentos, como el norovirus y la hepatitis A. Si bien hay relativamente pocos informes de detección del virus en alimentos y envases, la mayoría de los estudios se centran principalmente en la detección de la huella genética del virus, en lugar de en la evidencia de la transmisión del virus a las personas.

“Dado que la cantidad de partículas de virus que, teóricamente, podrían ser recogidas al tocar una superficie es muy pequeña y la cantidad necesaria para la infección por inhalación oral sería muy alta, las posibilidades de infección al tocar la superficie de los envases o comer alimentos son extremadamente bajas”, aseguraron.

Además, considerando los millones de casos de COVID-19 que se produjeron en todo el mundo, los organismos estadounidenses comentan que no se vio evidencia epidemiológica de que los alimentos o los envases que los contienen sean una fuente de transmisión del coronavirus. De hecho, no se notificó ningún caso de contagio por esta causa.

Fuente: Infobae

Arcor, la mayor empresa de alimentos de la Argentina, y la multinacional Ingredion anunciaron la creación de una nueva compañía especializada en la producción de ingredientes, con ingresos por US$300 millones anuales y que tendrá operaciones en el mercado local, Chile y Uruguay.

Arcor controlará el 51% de la nueva firma, mientras que el 49% quedará en manos de Ingredion. Para el proyecto, la empresa argentina aportará su fábrica de ingredientes en Lules (Tucumán) y dos plantas que funcionan en su complejo industrial de Arroyito, Córdoba. Por su parte, Ingredion transferirá al joint venture sus operaciones de la Argentina, Chile y Uruguay, incluyendo sus plantas de producción en Chacabuco y Baradero (provincia de Buenos Aires).

Insumos claves

Las plantas producen ingredientes de valor agregado esenciales para la industria alimenticia, de bebidas, farmacéutica e industrial, como jarabes de glucosa, maltosa, fructosa, almidones y maltodextrinas.

«Estamos orgullosos de anunciar nuestro joint venture con Grupo Arcor, empresa líder y pionera en la industria alimentaria», expresó Jorge Elías, presidente de Ingredion para América del Sur. «Compartimos los mismos valores y la pasión por crear una experiencia de primer nivel y ofrecer ingredientes que generen valor para nuestros clientes. Esperamos combinar el exitoso modelo de Ingredion en el mercado global con nuestras respectivas operaciones para afianzar nuestro futuro en los próximos años», añadió.

La asociación operará en forma independiente y, una vez cerrada la transacción, Arcor consolidará el negocio en sus estados financieros. Ingredion, por su parte, registrará su inversión en el joint venture aplicando el método de la participación.

Quién es quién

Ingredion es el mayor proveedor de soluciones de ingredientes del mundo. La empresa con base en Chicago, atiende a clientes en más de 120 países y factura al año US$6000 millones.

La asociación operará en forma independiente y, una vez cerrada la transacción, Arcor consolidará el negocio en sus estados financieros. Ingredion, por su parte, registrará su inversión en el joint venture aplicando el método de la participación.

Fuente: La Nación

Se desarrolló de manera online durante tres jornadas, mientras que la evaluación se realizó, de acuerdo a lo establecido por el código alimentario argentino, de manera presencial, pero divididos en grupos y respetando todos los protocolos sanitarios.

Este jueves concluyó, con la correspondiente evaluación, un nuevo curso de manipulación de alimentos dictado por la Municipalidad de Trelew, a través de la médica veterinaria Andrea Ferreyra, en instalaciones del Centro Astronómico.

La profesional encargada de brindar la capacitación, destacó que en esta oportunidad más de 40 personas concluyeron de manera exitosa el curso de manipulación de alimentos.

“De manera presencial se realizó la evaluación del curso que se llevó a cabo, como todos los de este año, de manera virtual. Son tres días online y el cuarto día, de acuerdo al código alimentario argentino, debe realizarse la evaluación de manera presencial. En este caso lo hacemos por grupos con todos los recaudos sanitarios previstos en el protocolo”, explicó.

Ferreyra se mostró muy complacida por el número de participantes de esta nueva capacitación. “Estamos muy contentos dado que desde el inicio de los cursos virtuales hubo bastante repercusión y la gente se anotó. Empezamos con un cupo de 30 personas pero en este curso que concluimos en el día de hoy tuvimos 41 participantes”, remarcó.

Al referirse a los aspectos principales que se encuentran incluidos en la jornada de evaluación, indicó: “Se evalúan los aspectos principales brindados durante el transcurso de la capacitación. Es un curso intenso con mucha información. La finalidad del curso es que ellos mismos realicen una autoevaluación para que reafirmen los conceptos básicos”.

Por último, la responsable de las capacitaciones sobre manipulación de alimentos, explicó que “para obtener la liberta sanitaria, los interesados deben dirigirse a Ecuador 157, de 8 a 12.30. Si se trata de la primera vez se otorga la libreta y se requieren dos fotos carnet además de abonar el costo de 450 pesos”. Y aclaró que “no se están solicitando, por esta situación excepcional de pandemia, los habituales análisis de sangre”.

Argentina es uno de los proveedores de alimentos más importantes del mundo, y su presidente, Alberto Fernández, está anunciando la posibilidad de aplicar un aumento en los impuestos.

Si la industria agrícola continúa vendiendo alimentos en el país a los mismos precios a los que los exporta, el Gobierno tomará el asunto en sus propias manos, dijo Fernández al periódico Pagina|12, dando como ejemplo la carne de vacuno. Las ventas al exterior de la famosa carne roja argentina se encuentran en un récord, impulsadas por China, mientras que el consumo interno se está desplomando.

“Si no lo entienden, me obligan a resolver el problema y no pueden hacerse los desentendidos”, dijo Fernández.

El repunte de las cosechas –y tal vez una medida de su aliado Rusia para gravar las exportaciones de cereales– alentó al Gobierno a tomar medidas hace varias semanas. Prohibió las exportaciones de maíz.

 

El Gabinete Económico analizó la marcha del programa Repro II, la situación de las compañías que recibieron el programa ATP y no cumplieron con la normativa vigente y el impacto de los pecios internacionales sobre los alimentos en el mercado local, informaron oficialmente en la Casa Rosada.

El cónclave interministerial fue encabezado por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, en el Salón de los Científicos de Casa Rosada.

Participaron la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca Bocco; los ministros de Economía, Martín Guzmán; de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; de Trabajo, Claudio Moroni; y de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra.

También estuvieron presentes el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, la titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Mercedes Marcó del Pont; y el secretario de Política Económica, Fernando Morra.

Los programas

Sobre el Repro II se hizo un análisis de la empresas de sectores no críticos que lo han solicitado en noviembre y diciembre, y la inscripción de los sectores críticos y del sector salud desde enero, en el marco de la reactivación productiva del país y la heterogeneidad de los sectores.

Las fuentes señalaron que a partir del mes de noviembre (para el caso de las empresas de sectores no críticos) y de enero 2021, las empresas podrán acceder al Programa de Recuperación Productiva (Repro II).

El REPRO tiene por objeto continuar ayudando a las empresas y a sus trabajadores/as durante la recuperación. Podrán presentarse todas las empresas (de sectores críticos, no críticos y salud) y los beneficios (salario complementario con un piso de 9.000 pesos por trabajador) serán otorgados mirando un conjunto más amplio de información.

La inscripción para el REPRO comenzó este jueves y finalizará el jueves 28 de enero y la solicitud del beneficio y la carga de la documentación se deberá realizar a través del sitio web de la AFIP.

Además se trató el tema de las empresas que recibieron ATP y no respetaron la normativa vigente, además de hacer un seguimiento de las nueve ediciones con el universo alcanzado de firmas y trabajadores.

En el periodo abril-diciembre alcanzó a más de 306.000 empresas (más del 99 por ciento de ellas pequeñas y medianas) que percibieron, al menos una vez, los beneficios de este programa, indicaron las fuentes.

El programa permitió complementar los salarios de más de 2,9 millones de trabajadoras y trabajadores del sector privado.

La inversión estatal afectada al pago del Salario Complementario en el marco del ATP, durante sus nueve meses de vigencia, alcanzó los 236.000 millones de pesos, equivalente a 0.8% del PIB.

Complementariamente, el programa ATP permitió alcanzar a través de créditos a tasa 0, garantizados por el estado nacional, a las y los trabajadores monotributistas y autónomos que, en total, fueron más de 563.000 contribuyentes que percibieron préstamos por 66.638 millones de pesos.

Las garantías estatales y el subsidio de tasa fueron instrumentados a partir del Fondep y Fogar y permitieron, con una inversión cercana a los 37.000 millones de pesos, colaborar con los ingresos de las y los trabajadores independientes en el contexto de la pandemia. Por último, el 70% de las empresas de todo el país (375.550) se benefició con reducciones (en el caso de los sectores considerados críticos) o postergaciones de las contribuciones patronales.

El precio de los alimentos

Tras la reunión Basterra dijo en rueda de prensa a los periodistas acreditados en Casa de Gobierno que se analizaron «el impacto que tiene la suba de los precios internacionales», además de «la relación con los sectores de la producción primaria y la vinculación con el abastecimiento y los precios».

En esa línea, Basterra señaló que se trabajó en las articulaciones llevadas adelante con distintos actores de la cadena agroalimentaria y de exportación «para cumplir con el doble objetivo de generar ingreso de divisas al país» y que los alimentos de consumo interno «tengan valores razonables para la población para su acceso».

«Lo mejor que nos puede ocurrir es que los argentinos nos comprometamos a garantizar el acceso a los alimentos para toda nuestra población», agregó el ministro.

En ese sentido Basterra indicó que «hay muy buena voluntad de los actores del sector agropecuario y el rol del consejo agroindustrial de congregar sectorialmente a todos los actores de la cadena», y eso les da al Gobierno» la oportunidad de garantizar los alimentos para todos»

«Estamos explorando todas las posibilidades para que sea por consenso, por acuerdos, que alcancemos esos instrumentos para que la población acceda a los alimentos», completó.

El mundo le demanda a Argentina alimentos en cantidad, precio y calidad. Las prohibiciones a las exportaciones reducen las exportaciones. Los impuestos a las exportaciones reducen las exportaciones.

La brecha cambiaria entre dólar comercial y financiero incentiva a importar más y exportar menos, en algunos casos hasta “inventando importaciones” y “sub-facturando exportaciones”. Cuando se regulan los mercados de granos los productores dejan de sembrar el grano más regulado y apenas incrementan la siembra del menos regulado. Entre 2008 y 2015 se perdieron casi 20 mil millones de dólares en exportaciones de trigo y maíz.

Las exportaciones se desplomaron entre 2011 y 2015, tuvieron un crecimiento entre 2016 y 2019. Hace una década que la economía argentina no crece dos años consecutivos. Con 45 millones de habitantes y casi la mitad en la pobreza, el mercado argentino es pequeño.

Los alimentos no son caros, parte de la población carece de ingresos. Apoyémosla con programas específicos con foco en la demanda, como el foodstamps de USA que asiste a más de 40 millones de norteamericanos.

El mercado argentino es tan pequeño que tenerlo como objetivo reduce las eficiencias de escala y no permite crear los puestos de trabajo sostenibles de lo económico, social y medioambiental necesarios para la población

Durante el reinado de las Juntas Nacionales de Granos y Carnes prácticamente no creció la producción de granos y cayó el stock ganadero per cápita.

El Estado argentino tiene una pésima historia como productor de bienes y servicios: Aerolíneas Argentina desde que se estatizó en 2008 a 2019 consumió subsidios por 6.200 millones de dólares, funcionó en un mercado protegido y Argentina es el país con menos pasajeros per cápita de la región. Se suma el bochorno de YCF Río Turbio y la renegociación compulsiva de deuda de YPF. ¿Por qué sería un buen productor de alimentos? Basta. Basta de locura.

Fuente: Infobae