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La Sociedad Española de Trelew en su salón social de 25 de Mayo 237 primer piso, realizó este sábado un acto por el Día del Respeto a la Diversidad Cultural en nuestro país, como asimismo la conmemoración del Día de España.

La Sociedad Española de Trelew en su salón social de 25 de Mayo 237 primer piso, realizó este sábado un acto por el Día del Respeto a la Diversidad Cultural en nuestro país, como asimismo la conmemoración del Día de España.

También quedó inaugurada la muestra de los Barcos de la Emigración y sus Protagonistas.

Respecto de la muestra indicada, se describió que se trata de 48 vinilos de 3 barcos cada uno, es decir la imagen de 144 barcos, en los que hay registrados 1.019 viajes y 5.124 españoles nombrados,  informó El Chubut.

Se realizó una nueva edición de la «Marcha de los Bombos», la más austral del país, la cual contó con diversas expresiones artísticas en la Plaza de las Colectividades, para luego avanzar hacia la Plaza Independencia y culminó en el predio de la Sociedad Rural. 

De la celebración formaron parte diversos grupos de danzas folklóricas como Follil Mapú, Ayün Mapú, y el Ballet folklórico “El Coirón”; además estuvieron presentes los integrantes del Ballet Pilmayquen.

La banda de la Policía del Chubut también acompañó la actividad, que comenzó a las 12.30 en la Plaza de las Colectividades, contando con la palabra, entre otros, de Froilan “El Indio» González, el reconocido cantante Oscar Payahuala y Tere Castronuovo, que se dirigió al público en idioma nativo quichua.

Pasadas las 14.30 comenzó la marcha hacia la Plaza Independecia, recorriendo la Avenida Fontana, hasta Abraham Mathews, Alem y calle Italia, llegando hacia la Plaza por la calle San Martín.

Allí, los ballets folklóricos fueron ovacionados por sus danzas, en medio de pañuelos; por último se dirigieron hasta la Sociedad Rural “Valle del Chubut”, donde coronó la Marcha el Ballet Provincial, a cargo de Norma Vitores.

En la actividad estuvieron presentes el responsable del programa de Expresión Folklórica y Popular, Rubén Avallar, y el secretario de Cultura de la Provincia, Matías Cutro. La 2° “Marcha de los Bombos” recibió el nombre de “Ermelinda Painequeo”, en honor a la reconocida artesana mapuche, oriunda de Sierra Rosada y radicada en Trelew desde los 20 años.

Ermelinda tiene hace 30 años el taller de Tejido Mapuche en la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Trelew, y desde su taller muestra los frutos de sus manos creadoras y difunde la cosmovisión de su pueblo, informó El Chubut.

En la ciudad suman ya 109 excelentes Cuidadores. El curso sigue siendo tan exitoso como siempre. Las 393 personas egresadas en 2018 en todo el país así lo demuestran, y se integran a los más de dos mil quinientos cuidadores que ya ejercen su profesión.

El Curso de Asistente en el Arte de Cuidar nació en 2002, motivado en parte por la situación sociopolítica del país -y la consecuente necesidad de generar inclusión social y laboral- pero, fundamentalmente, por la conciencia generalizada de la falta de personal calificado para atender a las personas que por enfermedad, edad o discapacidad, requieren cuidados especiales en su propio ámbito. La comunidad de Comodoro Rivadavia hoy cuenta con 27 nuevos egresados, sumando ya un total de 109 excelentes Cuidadores.

Desde sus comienzos, el objetivo del curso fue profesionalizar una actividad verdaderamente necesaria, que por lo general queda reducida al ámbito de la informalidad y del voluntarismo. De allí el diseño de una formación que incluye tanto los conocimientos como el desarrollo de las habilidades necesarias para su desempeño.

A 17 años de su creación, el curso de Asistente en el Arte de Cuidar sigue siendo tan exitoso como siempre. Las 393 personas egresadas en 2018 en todo el país así lo demuestran, y se integran a los más de 2500 cuidadores que ya ejercen su profesión.

En el año 2017 se firmó un convenio con el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación que reconoció a la Fundación OSDE como «organización formadora» de cuidadores domiciliarios de adultos mayores.

Esto permite a los egresados del «Curso Asistente en el Arte de Cuidar Adultos” inscribirse en el Registro Nacional de Cuidadores Domiciliarios, una herramienta gratuita que permite acceder a información pública y confiable sobre quienes acreditan formación para la atención de personas mayores.

En 2019, la Filial Comodoro Rivadavia organizó la 81°edición del curso (cuarto año consecutivo en la ciudad), en convenio con la Secretaría de Salud de la Municipalidad de Comodoro Rivadavia y el Hospital Alvear.

Este año dicho Curso se inició el 23 de abril, cumpliendo 5 meses intensos de teoría y práctica.

Con un staff de 20 excelentes profesionales comprometidos se logró el objetivo principal: formar cuidadores profesionales que ofrezcan sus servicios a la comunidad.

Fundación OSDE agradece el acompañamiento brindado por la Municipalidad de Comodoro Rivadavia, a través de la Secretaría de Salud, como así también al Área Programática Sur dependiente del Ministerio de Salud de la provincia del Chubut, que otorgó el espacio de prácticas en el Hospital Zonal Alvear.En el Acto de entrega de diplomas realizado el jueves 3 de octubre se encontraron presenten en el Auditorio de OSDE el Dr. Carlos Catalá (secretario de Salud), el Dr. Jorge Benítez (director del Area Programática), el Dr. Javier Cáceres (director del Hospital Alvear), el contador Daniel Jaremtchuk (gerente de OSDE), así lo informó ADNSur.

La comunidad de Comodoro Rivadavia hoy cuenta con 27 nuevos egresados, sumando ya un total de 109 excelentes Cuidadores.

Este sábado, el fieltro se convirtió en el héroe de la jornada. Y El Centro Cultural el espacio para su despliegue. Se trató del primer encuentro Regional “Día Internacional del Fieltro”. Se expusieron trabajos y cada uno le imprimió su propia impronta a cada producción. Y los visitantes además pudieron realizar distintas capacitaciones para emplearlo adecuadamente.

Fue organizado por Daniela Vidal Alonso, a cargo del taller municipal de Fieltro, y contó con el especial acompañamiento de la Municipalidad de Trelew, a través de la Dirección de Cultura.

Talleres de Fieltro Amasado, Pintura sobre Fieltro y Ecoprint fueron algunas de las propuestas que llevaron a cabo las distintas capacitadoras, especialmente invitadas a participar del encuentro.

Además se propició un conversatorio en el que se ofreció un interesante intercambio de saberes que posibilitó a cada miembro dar a conocer su experiencia a través de la exposición de sus propios trabajos.

Como no podía ser de otra manera, también hubo espacio para lo gastronómico, con una mesa especialmente diseñada para ofrecer a los visitantes una importante variedad de productos panificados y de elaboración completamente artesanal, que fue el deleite de los presentes.

En el Salón Azul de El Chubut, la Fundación OSDE entregó los certificados de finalización del curso a 27 personas que ahora se sumarán al Registro Nacional de Cuidadores Domiciliarios

El curso de Asistente en el Arte de Cuidar nació en 2002, motivado por la necesidad de generar inclusión social y laboral, pero fundamentalmente, por la conciencia generalizada de la falta de personal calificado para atender a las personas que por enfermedad, edad o discapacidad, requieren cuidados especiales en su propio ámbito.

Desde sus comienzos, el objetivo del curso fue profesionalizar una actividad necesaria, que por lo general queda reducida al ámbito de la informalidad y del voluntarismo.

De allí el diseño de una formación que incluye tanto los conocimientos como el desarrollo de las habilidades necesarias para su desempeño.

A 17 años de su creación, el curso de Asistente en el Arte de Cuidar, sigue siendo tan exitoso como siempre. Las 393 personas egresadas en 2018 en todo el país así lo demuestran, y se integran a los más de dos mil quinientos cuidadores que ya ejercen su profesión.

En el año 2017 firmamos un convenio con el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación que reconoce a la Fundación OSDE como «organización formadora» de cuidadores domiciliarios de adultos mayores.

Esto permite a los egresados de “El Curso Asistente en el Arte de Cuidar Adultos” inscribirse en el Registro Nacional de Cuidadores Domiciliarios, una herramienta gratuita que permite acceder a información pública y confiable sobre quienes acreditan formación para la atención de personas mayores.

En esta ocasión, la Filial Trelew está finalizando la Edición N°80 del curso, en convenio con el Hogar de Ancianos “Pedro Dettori”.

Este año se trata de 27 Egresados, quienes se sumarán al Registro Nacional de Cuidadores Domiciliarios, gracias a la ayuda de los auspiciantes: Sienza, Medic Tools, Cirugía Pellegrini, Insumed, Hotel Libertador, WW Gráfica y Diario El Chubut.

Desde la entidad, también agradecen la colaboración de la Biblioteca Pedagógica N° 2, donde se pudieron llevar a cabo las clases teóricas del curso, así lo informó El Chubut.

La Fundación María Cristina Masaveu Peterson abrirá al público el próximo 4 de octubre su nueva sede de Madrid, coincidiendo con una exposición que incluirá más de un centenar de obras, entre ellas de pintores como Francisco de Goya, Joaquín Sorolla o Ignacio de Zuloaga.

Este nuevo espacio, situado en el centro de la capital y próximo al Paseo del Arte, cuenta con salas polivalentes, un auditorio con capacidad para 150 personas, terrazas, patios y dependencias administrativas. Con motivo de la apertura de la nueva sede de Madrid, se programa la exposición ‘Colección Masaveu. Pintura española del siglo XIX. De Goya al modernismo’ que recoge una selección de 117 obras de ese periodo.

Así, más de ochenta obras pertenecientes a la Colección Masaveu, se suman a otro grupo propiedad de la Fundación, que en los últimos años ha adquirido una serie de piezas destinadas a enriquecer la exposición y a completarla. La muestra, comisariada por Javier Barón, arranca con Francisco de Goya y se extiende hasta el modernismo y el postmodernismo catalán.

Entre los autores, obras de Francisco de Goya, Federico de Madrazo, Eduardo Rosales, Mariano Fortuny, Martín Rico, Aureliano de Beruete, Carlos de Haes, Fernando Álvarez de Sotomayor, Joaquín Sorolla -presente con 25 piezas-, Ignacio de Zuloaga, Darío de Regoyos -con la última obra que pintó-, Ramón Casas, Santiago Rusiñol, Isidro Nonell o Hermén Angada Camarasa, entre otros.

A lo largo del recorrido, se incluyen obras concebidas específicamente para este nuevo espacio. Entre ellas ‘Altiva’, de Blanca Muñoz, o ‘Silencio’, de Jaume Plensa, un relieve vertical de enormes dimensiones que representa el rostro inmaculado de una niña que se cubre la boca y cierra los ojos en actitud de silencio.

Jaume Plensa creó esta obra a la vez que ‘Julia’, actualmente expuesta en la Plaza de Colón, un proyecto de arte público realizado bajo el mecenazgo de la fundación para la ciudad de Madrid.

La sede tendrá un periodo de puertas abiertas que se extenderá desde el 4 de octubre de 2019 hasta el 5 de enero de 2020. Durante esta temporada, junto con la entrada a la exposición se incluye un servicio de audioguía gratuito.

Además, la Fundación ofrecerá 17 visitas guiadas gratuitas a la semana y el comisario de la exposición, Javier Barón, impartirá una conferencia el 5 de noviembre que dará arranque a un ciclo más amplio en torno a la pintura española del siglo XIX que contará con la participación de diversos expertos en la materia.

La Fundación María Cristina Masaveu Peterson es una fundación española cultural privada sin ánimo de lucro e interés general. Creada en 2006 por María Cristina Masaveu, nace con la vocación de impulsar la cultura, la formación y la investigación científica a nivel nacional e internacional, informó Ok Diario.

Hay estrellas, griales y crucesde topo tipo. El árbol de la vida, la provocadora manzana del pecado original, rituales de iniciación, oraciones de religiones afroamericanas. Todo eso se repite una y otra vez en las obras colgadas en un subsuelo del corazón de San Telmo, uno de los barrios más antiguos de Buenos Aires. «Yo soy santo», dice la frase pintada sobre unas tablas, bajo una cúpula que invoca el clima introspectivo de las catedrales.

Se impone el silencio al recorrer esta sala dividida en cruz en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, donde abrirá el jueves al público la primera muestra panorámica de Alfredo Londaibere(1955-2017). Un ánimo similar al que provoca en la misma cuadra, en el vecino Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires(Macba), la exposición que pone en diálogo por primera vez el legado de otros dos grandes artistas argentinos: Luis Tomasello(1915-2014) y Manuel Espinosa(1912-2006).

Allí llegaremos más tarde en este viaje místico, días después de que más de 10.000 atletas de todo el mundo corrieran a toda velocidad por Buenos Aireshasta ubicarla en el Top Five de las maratones más rápidas del planeta.

Es radicalmente opuesto el espíritu que transmite más de un centenar de obras realizadas con distintas técnicas y elementos de las tradiciones herméticas por Londaibere, artista que contribuyó a marcar una era en el arte contemporáneo argentino. Participó de la primera edición de la Beca Kuitca, fue becado para formarse con Luis Fernando Benedit y Pablo Suárezen el Taller de Barracas y llegó a curar la galería del Centro Cultural Ricardo Rojas, donde se presentará el 1 de octubre un documental en su homenaje.

«El arte es un misterio que los artistas desafían profesando nuevos credos . Es un acto de fe y una invocación a la fuerza transformadora de los magos, los chamanes, los médiums, y de todos aquellos que tienen la sustancia de la alquimia y la adivinación. Un acto devocional -un devenir, un Tao- en el que la obra encuentra su real significación, alcanza su zenit», recuerda en el catálogo de 280 páginas Jimena Ferreiro, curadora de Yo soy santo, que este año tuvo a su cargo otra muestra dedicada a Londaibere en la galería Nora Fisch.

El hombre que inspiró a las siguientes generaciones, como docente y desde el mítico espacio Belleza y Felicidad, fue según ella «un artista del método y del retiro, del trabajo laborioso y del compromiso con el hacer, estudioso e intuitivo, secreto y de culto. Un artista que quiso conquistar el cielo mediante una práctica meditativa que se hizo palabra, oración, ícono.»

Puro sentimiento

El estado meditativo que se logra en esa sala sin ventanas puede alcanzar la iluminación en otro subsuelo ubicado a pocos metros de distancia. La luz natural que llega de forma indirecta hasta las salas del museo Macbaes perfecta para contemplar las obras de Tomasello y Espinosa, que nunca se habían exhibido juntas y ahora conviven en la muestra En torno al cuadrado.

El clima que generan esas obras abstractas, colgadas sobre paredes de concreto, es muy similar al de la Capilla Rothko, en Houston. Catorce grandes lienzos oscuros de Mark Rothko cuelgan en aquel espacio octogonal, concebido hace medio siglo por los mecenas John y Dominique de Menil como un santuario y un foro interreligioso.

Quienes no puedan viajar hasta Texas para experimentar ese oasis espiritual tienen ahora la oportunidad de encontrar otro similar a pocos minutos delmicrocentro porteño. No hay que dejar de detenerse frente a una de las «Atmósferas cromoplásticas» de Tomasello, realizada en 1982: consiste en un cuadrado tridimensional, ahuecado en el centro de otro plano cuadrado negro.

Esta pintura evoca aquel Cuadrado negro sobre fondo blanco de Kazimir Malévich, que abriría en 1915 la puerta a una nueva etapa de la historia del arte. Ese año integró la muestra 0.10 Última exposición futurista, en Petrogrado, en un rincón del techo donde las familias ortodoxas solían colocar íconos religiosos. Con ese gesto se anunció el nacimiento del suprematismo, movimiento artístico que apeló a la abstracción geométrica para evitar referencias de imitación de la naturaleza y expresar de esa manera «la supremacía del puro sentimiento».

«No se disfruta tanto de noche como de día», observa Alejandro Cappelletti, director del museo, mientras señala los reflejos que provoca la luz naturalal iluminar planos de colores pintados en el reverso de algunos cuadrados. Un fenómeno tan sutil que exige detenerse y observar, para ver hacia dónde nos lleva ese viaje silencioso e interno.

Para agendar:

Alfredo Londaibere. Yo soy santo, desde el jueves 26 de septiembre a las 18.30 hasta marzo en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires(Avenida San Juan 350)

-Presentación del documental Londaibereen el Centro Cultural Ricardo Rojas(Av. Corrientes 2038), el martes 1 de octubre a las 18.30

Tomasello-Espinosa. En torno al cuadrado, en Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires(Av. San Juan 328), hasta el 10 de noviembre, informó La Nación.

Vestida con un traje color piel semitransparente, que deja entrever su cuerpo desnudo, la mujer emite unos extraños gemidos mientras se retuerce sobre un colchón de sal. Unos pasos más allá, el hombre de pelo largo arrastra del cráneo el esqueleto de una sirena.

«¿Siguen existiendo las categorías de hombre y mujer? Es un buen momento para pensarnos más allá de nuestra corporalidad», observa Osías Yanov, impulsor de esta performance que  se realizará el fin de semana próximo en el Faena Art Center.

El público que ingrese en la Sala Molinos de Puerto Madero se encontrará con varias siluetas moviéndose sobre un desierto blanco, interconectadas por momentos gracias a sus trajes. Sobre el piso verá unos cascos con antenas ovaladas, que según su creador sirven para «hacer telepatía».

«¿Qué podría pasar en ese universo más híbrido? ¿Podríamos comunicarnos como los delfines y las ballenas? -observa Yanov-. La idea es que rememoremos ese tipo de sensibilidades.»

La acción fue adelantada por LA NACION semanas atrás, luego de que se divulgara en redes sociales la noticia falsa de que el mencionado esqueleto había sido encontrado por arqueólogos en las orillas del Río de la Plata.

«Fue una forma de apelar a una figura mítica para mostrar cómo creamos mitos colectivos en el mundo contemporáneo», explicó a LA NACION Zoe Lukov, curadora de Faena Art, institución que invitó a Yanov a realizar su «proyecto soñado». «El esqueleto de la sirena evoca ese ser híbrido -agregó-, la unión con otras especies que desplaza al ser humano del centro.»

El artista eligió hacer crecer un trabajo que venía realizando en su taller sobre los conceptos de hibridez y transformación, en el cual los movimientos corporales se inspiran en dibujos abstractos realizados sobre la sal. Y decidió que integraría a la performance un taller abierto al público, y haría convivir ambas situaciones.

«¿Qué pasará cuando se unan los movimientos de alguien que está aprendiendo y los de alguien que viene ensayando?», se pregunta Yanov, que además participa en estos días de una muestra en la galería Nora Fischy de otras dos en la Bienal de Berlín y en un centro de arte contemporáneo de Bristol. Como si esto fuera poco, también está trabajando en otros dos importantes proyectos internacionales.

Para agendar:

Coreografías de sal, performance de Osías Yanov, en el Faena Art Center (Aimé Painé 1169). Desde el 20 de septiembre a las 19 hasta el 22 de septiembre. Sábado y domingo, de 14 a 20. Entrada libre y gratuita, informó La Nación.

Hace poco estaba en la galería Betty Cuningham en el Lower East Side de Nueva York y vi una pintura asombrosa: mostraba a una mujer desnuda acurrucada junto a una ventana, dormida, con el Hotel New Yorker y el edificio Empire State de fondo, y un pez arriba de ella, colgado o flotando. Abrí una aplicación móvil llamada Magnus, tomé una fotografía rápidamente y di clic en «Usar». Segundos después, la aplicación encontró una coincidencia.

Según Magnus, la pintura era de Philip Pearlstein, un artista conocido por renovar la tradición pictórica de la figura humana realista. Se titulaba Modelo con el edificio Empire State, de 1992, con medidas de 182 por 152 centímetros, y estaba a la venta por 300.000 dólares. En 2010, se vendió en 170.500 dólares en Sotheby’s en Nueva York, precisó la aplicación. Magnus después agregó esta información a una carpeta llamada «Mi arte» para guardarla digitalmente y poder verla después.

Magnus forma parte de una ola de aplicaciones móviles que tratan de catalogar el mundo físico como una manera de proporcionar información instantánea sobre canciones, ropa, plantas o pinturas. Primero llegó Shazam, que fue creada para que los usuarios registren unos cuantos segundos de una canción y así poder identificarla al instante. Su gran éxito -se ha descargado más de mil millones de veces, la utilizan veinte millones de usuarios a diario y fue adquirida por Applea un precio de 400 millones de dólares el año pasado- ha generado un sinfín de imitaciones. Hay un Shazam para plantas o ropa y, ahora, también para el arte.

Cada una de las aplicaciones de arte aprovecha la tecnología de reconocimiento de imágenes con un giro específico. Magnus tiene una base de datos con más de diez millones de imágenes de arte, la mayoría a través del modelo de colaboración abierta distribuida, y busca ayudar a los posibles compradores de arte a navegar por el mundo de las galerías y las ferias de arte, que ofrecen muy poca información.

Otras iniciativas están dirigidas a los visitantes de los museos: Smartify, por ejemplo, adopta un enfoque educativo, pues colabora con museos -y a veces galerías- para cargar versiones digitalizadas de sus colecciones, los textos murales y la información sobre los artistas. Google Lens-la tecnología avanzada de reconocimiento de imágenes de Google- también está haciendo incursiones en el mundo del arte. En junio anunció una asociación con el Museo de Young en San Francisco para mostrar algunas secciones de su colección. En julio, Google comenzó a colaborar con Wescover, una plataforma orientada al diseño de objetos, arte público y local, muebles y artesanías que te ayuda a descubrir cuál es el nombre de esa pintura anónima que se encuentra en el espacio de WeWork o la cafetería que frecuentas.

Es necesario sortear algunos obstáculos para poder crear un «Shazam del arte». Magnus Resch, fundador de la aplicación Magnus, comentó: «Hay mucho más arte en el mundo que canciones». Catalogar obras individuales que se encuentran en lugares únicos es mucho más difícil.

Derechos de autor

Los derechos de autor también suponen desafíos. La reproducción de una obra de arte puede ser una violación del derecho de autor del propietario. Magnus afirma que, debido a que las imágenes son creadas y compartidas por los usuarios, la aplicación está protegida por la Ley Digital de Derechos de Autor de la Era Digital. Las galerías y los competidores, dijo Resch, se quejaron de que las imágenes y los datos estuvieran cargados en la aplicación; en 2016, fue eliminada durante cinco meses de la App Store, pero Apple terminó por incluir a Magnus de nueva cuenta en su catálogo después de que se eliminó el contenido.

Otro problema es que la tecnología de reconocimiento de imágenes a menudo es muy lenta cuando debe identificar objetos 3D; incluso una escultura reconocida puede confundir con sus ángulos a las aplicaciones, lo cual da como resultado ese momento interminable en el que la tecnología está pensando.

Además, hay una pregunta más apremiante para estas plataformas: ¿qué información puede proporcionar una aplicación para mejorar la experiencia del usuario al que le gusta el arte? ¿Qué puede aportar un «Shazam del arte»?

La respuesta de Resch es sencilla: la transparencia. Las galerías rara vez publican precios y con frecuencia no proporcionan textos murales básicos, así que uno a menudo debe preguntar cuál es el título o incluso el nombre del artista.

Jelena Cohen, gerente de marca de Colgate-Palmolive, compró su primera obra de arte -una fotografía- en Frieze después de usar Magnus. Antes de probar la aplicación, la falta de información era una barrera. «Solía ir a las ferias de arte y me sentía avergonzada o tímida porque no se especifica ningún detalle», comentó Cohen. «Me encantó que la aplicación pudiera escanear una obra y proporcionarte su historial preciso, cuándo se vendió por última vez y el precio por el que se vendió. Eso me ayudó a negociar».

Magnus no te da una lección de historia del arte ni un resumen básico de la obra; como Shazam, es solo un trozo de información sin contexto. Smartify, por otro lado, quiere condensar en una aplicación lo que alguna vez fue territorio exclusivo de las guías de audio. Si le muestras una obra de naturaleza muerta de Gustave Caillebotte -como hice-, la aplicación te dará información que ya está disponible en el muro, incluyendo la posibilidad de dar clic para saber más. Parte de su misión es facilitar el uso y la accesibilidad. La gente con impedimentos visuales puede usar Smartify con la configuración de audio de su celular, y la aplicación está trabajando en la integración de audio. Es elegante y directa, y generalmente se cita la fuente y se verifican sus datos.

La principal limitación de Smartify es que, como la aplicación colabora directamente con los museos, solo funciona bien en algunos lugares. La Galería Nacional de Londres, donde la probé, fue uno de ellos: no le faltó una sola pintura de la colección permanente. Sin embargo, en el Met, donde Smartify ha cargado un conjunto limitado de imágenes, pasé una tarde frustrante mostrándole pinturas a la aplicación para que después no pudiera decirme ni siquiera los datos que podía leer en los textos murales.

Quizá es revelador que mientras estas aplicaciones están recopilando sus bases de datos, algunos museos están comenzando a alejarse de ellas por completo. El Museo Metropolitano, que presentó su propia aplicación en 2014, la eliminó el año pasado.

«Aunque la aplicación estaba haciendo muchas cosas bien, queríamos crear algo más uniforme», dijo Sofie Andersen, directora digital interina del Met. Esto significa contenido que se carga directamente en tu celular como un sitio web, sin necesidad de descargar nada. De igual manera, en julio el Museo Judío presentó una nueva serie de recorridos de audio en una interfaz web.

«Hace algunos años, vivíamos la locura de las aplicaciones, y ahora todos en la industria de los museos están entrando a la fase posterior», dijo JiaJia Fei, directora de medios digitales del Museo Judío. Señaló que la gran mayoría de las aplicaciones que descarga la gente dejan de usarse después de un rato. «Simplemente terminas usando tu correo electrónico e Instagram».

Después de algunas semanas de probar aplicaciones de arte en museos y galerías, en locales callejeros y en una que otra cafetería, descubrí que no aumentan la calidad de mis encuentros visuales. Aunque el calibre de la información de Smartify es bastante alta cuando funciona -pude saber más sobre personajes específicos en Ulysses Deriding Polyphemus, de J. M. W. Turner-, tan solo el hecho de levantar mi celular para tomar una fotografía transformó una pintura física vibrante en una reproducción aplanada. No valió la pena mediar mi experiencia en el museo con una pantalla para obtener información adicional.

Además, los celulares ya están en todas partes en los museos, lo cual transforma una visita en un catálogo mientras los recorremos. Fei se refirió a esto como «el vacío de las pantallas», y es una de las razones por las que el audio es el medio preferido del Museo Judío. Como Shazam, las aplicaciones son adecuadas para obtener respuestas veloces, algo muy útil en las galerías que no ofrecen contextos.

La «shazamificación» del arte es producto de una época en la que la información supera a la experiencia simplemente visual. Sin embargo, la aplicación no debe ser nuestra única guía en el mundo visual. Mientras caminaba por el Nuevo Museo con la aplicación Magnus, me di cuenta de que recorría las pinturas deprisa sin fijarme en los detalles porque la cámara estaba viendo por mí y la aplicación sabía mucho más que yo.

Disfrutaba de ese clic adictivo y satisfactorio en el momento en que reconocía las obras. Y fue difícil detenerme, informó La Nación.

El campo del arte textilse amplía en la Argentina. Mientras en Madrid se celebra la VIII Bienal Internacional de Arte Textil Contemporáneo, organizada por Word Textile Art y con la Argentina como país invitado, en la ciudad de Buenos Aires varios espacios albergan muestras donde artistas locales experimentan con bordados, costuras, tejidos y tules. En la megamuestra federal La marca original, que se exhibe en el CCK hasta fin de noviembre, tampoco están ausentes esos trabajos que combinan la textura cálida de tapices y tejidos con la audacia del color y la representación de mundos diversos. Publicaciones y talleres, investigaciones, obras premiadas en el país y en el exterior confirman la expansión del arte textil.

En un principio, dos tradiciones se desarrollaron en simultáneo. En uno de los prólogos de Colección de arte textil del Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori, publicado este año, la investigadora Silvia Marrumbe advierte, por un lado, el influjo de la herencia amerindia, que proviene de las comunidades originarias del continente y alienta un repertorio de formas vinculadas con la naturaleza, la vida cotidiana y la espiritualidad. Por otro, se asume un legado europeo, centrado en la realización de grandes tapices, alfombras y gobelinos con motivos religiosos, históricos y domésticos, no sin cuotas de fantasía.

Desde los años 60, artistas de vanguardia (en su mayoría mujeres) se apropiaron de técnicas artesanales para adaptarlas a sus propios lenguajes creativos. Es lo que hicieron Delia Cancela, Marta Minujín, Dalila Puzzovio, Nora Correas, Gracia Cutuli, Nora Aslan, Mónica Van Asperen y Carola Segura, entre otras. Con mayor visibilidad que en épocas anteriores, por fuera de criterios decorativos e incluso con ánimo de reivindicación de causas (como las del indigenismo, la ecología, las disidencias sexuales y el feminismo), el arte textil teje una trama tan popular como genuina.

De nuevo a escena

Para la artista e investigadora Rosa Skific, el textil representa «el quinto elemento» de las artes. Y en palabras de Cutuli, la metáfora textil está implícita en la Web, «la más antigua tecnología desarrollada por el ser humano presta su símbolo a la cibernética: web es telaraña, según el mito ha sido inspiración para las tempranas técnicas textiles». En el presente, ¿sueña el arte textil con formas híbridas o mestizas que combinan técnicas, ideologías y saberes?

«Es un momento de reaparición del textil en la escena del arte internacional y local -sostiene la docente, diseñadora e investigadora Constanza Martínez-. El textil es un elemento que atraviesa toda nuestra historia. Muchos artistas, desde hace tiempo y cada vez más, encuentran en la polisemia que atraviesa el objeto textil una perspectiva artística». En los trabajos de Alicia Silman, Alexandra Kehayoglou, Enrique Salvatierra, Mirta Zak y Marina De Caro, entre muchos otros, convergen sentidos creados con materiales textiles.

Martínez, que inició sus estudios con la guía de una investigadora pionera en el área, la doctora Ruth Corcuera, señala como hitos cercanos las instalaciones performáticas de una joven Ariadna Pastorini, en los años 90, en el Centro Cultural Rojas, junto con el artista paraguayo Feliciano Centurión. «El 2000 abre y sorprende con Diseño extralimitado, muestra al cuidado de Jorge López Anaya en Galería Klemm -sigue Martínez-. Y en adelante puedo mencionar a Chiachio & Giannone, Monica Millán, María Jalil, Guillermina Baiguera, Claudia Mazzola, Eugenia Streb y Ana Wingeyer, que reflexiona sobre arte y naturaleza».

Otros artistas, que vinculan el arte textil con el diseño, son Alejandro Bovo Theiler, Tadeo Muleiro, Verónica Ryan, y Guillermina Lynch, Agustina Galíndez y Marcos Xcella. «Hoy se puede encontrar encontrar textil en museos, en galerías clásicas como Ruth Benzacar y en otras alternativas», destaca Martínez.

La fundadora de Muchatelasubraya la labor de difusión y análisis de Corcuera, autora de clásicos como Herencia textil andina y El arte del algodón en Catamarca: 1910-1961. «En sus escritos podemos interiorizarnos en cómo lo textil atraviesa los distintos campos de la historia de la humanidad -afirma-. Corcuera presenta el textil como un campo expandido, y va más allá al ubicar el tejido como factor protagonista en el inicio de la cultura. Un lenguaje que canaliza ideas de lo más variadas: magia, poder, saber, tiempo, expresión, vida cotidiana, economía, tecnología, lo íntimo, lo público, lo privado».

Siguiendo el hilo

En simultáneo, en cuatro galerías independientes porteñas se exhiben obras de arte textil. Una de ellas es Urquiza (Pasaje Giuffra 370), donde Guillermina Baiguera, Emilia Molina y Maia Cosin exponen hasta el 28 de este mes trabajos vinculados con la memoria, la herida y las formas de escribir con el cuerpo. De manera concreta, Molina bordó con hilo dorado textos de carácter íntimo sobre faldas. Los textos, que se asemejan a soliloquios de una bordadora solitaria, se pueden leer con la prenda puesta. Por su parte, Baiguera instaló en la vidriera del local dos bastidores que parecen las páginas de un libro abierto y también una cortina donde se replican signos cosidos a mano. En las obras de Cosin (que presenta una publicación y un video protagonizado por una suerte de Sísifo serrana), la materia textil aparece de manera metafórica.

«Como docente de la técnica de bordado, puedo ver en cada encuentro la importancia que tiene el espacio compartido a través de este lenguaje y el valor de reunirse a hacer en grupo -dice Baiguera, artista y promotora del arte textil-. En esta trama grupal en la que dialogan lo íntimo y lo doméstico tiene lugar la conversación no como ornamento sino como una construcción de vínculos en los que se tejen nuevas perspectivas y formas de estar en el mundo». El bordado es a la vez una práctica manual e intelectual. «Hoy salimos de la clandestinidad, usando estas herramientas feminizadas como armas poderosas que resignifican el textil, y abandonamos el rol que se impuso para trascender ese orden que nos dejaba en la marginalidad pero que nunca dejó de hacernos inteligentes», sugiere la artista.

La exposición Musubi, de Teresa Giarcovich, está compuesta por dos situaciones: un textil de gran formato realizado en tul y textiles traslúcidos (cuya imagen está inspirada en el simbolismo de frescos italianos del Quattrocento y el Cinquecento), y una «cámara de color», reducto atmosférico sin representación alguna, que funciona como filtro desde donde se pueden observar las obras. La muestra de Giarcovich, que se exhibe en la joven galería Piedras (avenida Rivadavia 2625, piso 4), hasta el 4 de octubre, lleva por título una palabra en japonés, con varias acepciones. Como verbo, musubisignifica unir y atar los extremos de un hilo o hacer un nudo, y como sustantivo, refiere a un lazo y, en sentido figurado, a una promesa.

«Actualmente trabajo el textil en relación estrecha con la pintura y la escultura -cuenta Giarcovich a LA NACION-. El tul como material me da la posibilidad de crear estas ‘acuarelas corpóreas’, que modelo con la iluminación, dando lugar a una experiencia más sensorial». La artista coincide con que hay un resurgimiento del textil y, de parte de jóvenes artistas, una puesta en valor de técnicas ancestrales. «Alejandra Mizrahi, por ejemplo, toma las randas tucumanas [un tipo de tejido en forma de red] y, a la vez que las presenta respetuosamente y les da lugar a sus realizadoras, las recrea en su propio trabajo de manera contemporánea, llevándolas al campo del arte». Así, prácticas artesanales enriquecen el universo artístico. «Otros artistas que trascienden las disciplinas son Guido Yanitto con sus telares o Yumi Kataota con sus shiboris», acota Giarcovich.

Hasta el 30 de octubre, la artista cordobesa Candelaria Traverso expone en Herlitzka + Faria (Libertad 1630) un conjunto de piezas hechas con retazos de arpilleras sintéticas. A modo de tapices, las composiciones expuestas en Chakana están inspiradas en la colorida ecología de las ferias andinas y en la llamada «estética chola». Como si fuera una etnógrafa, la artista va detrás del rastro del mercado de la ropa usada, cuya circulación (aunque prohibida en varios países) ha aumentado de modo considerable en los últimos años. Nieta de una costurera, Traverso cosió pedazos de bolsas de arpillera plástica (donde llegan los fardos de ropa) para dar a luz insignias nómades, que viajan de Seúl a Catamarca o de Estambul a La Paz, identificadas con iconos del presente y (como las chacanas de la cultura inca) con símbolos de un pasado vivo.

Por último, en este hilo del arte textil que recorre la ciudad, se pueden mencionar dos muestras en Camarones Arte Contemporáneo (Camarones 1645). El próximo sábado, de 19 a 23, será la última ocasión para ver Poéticas de la marea, al cuidado de Kekena Corvalán, donde exponen Rocío Corbera, Bárbara Hassen, Pao Lunch, María Pichot y Rosana Linari. Esta última artista presenta obras en textil. Y el 28, en ese mismo espacio, se inaugurará una muestra al cuidado de Lola Silberman, con obras de arte textil de Marino Balbuena, Miguel Ángel Cárdenas, Guillermina Lynch, Lía Porto, Verónica Ryan y Nilda Rosemberg. Estará abierta hasta el 9 de noviembre y, cada sábado, se realizarán performances o «activaciones» con artistas invitados que también trabajan en textil.

Gran acervo y carreras en curso

El Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívoriposee una de las colecciones más importantes de arte textil en el país. Se inició en 1971, con la exposición Tapices y alfombras contemporáneas. Debido al alto nivel de las obras y la buena recepción del público y la crítica, se decidió crear un acervo de esa disciplina para integrarla al patrimonio. Por ese motivo, se planteó un Salón Municipal de Tapices, hoy devenido en Bienal, que junto a la sección de Arte Textil del Salón Nacional constituyen los principales espacios oficiales de representación de esta técnica artística. Desde 1981 hasta hoy, la bienal concede premios adquisición, que nutren el patrimonio del Sívori.

Instituciones como la Universidad Nacional de las Artes, el Museo de la Historia del Trajey el Centro Argentino de Arte Textil ofrecen una amplia variedad de cursos y talleres. Al mismo tiempo, artistas e investigadoras de diferentes generaciones poseen experiencia, conocimientos y cuerpo de obra suficiente como para conformar una currícula educativa atractiva para los estudiantes.

En el flamante El bordado como trazo. El taller de Marian Cvik, de Laura Haimovichi y Cvik, maestra y artista del bordado que ha expuesto en la Argentina y en el exterior, se comparten las experiencias, técnicas y expresiones de sus cursos y seminarios especializados, que se brindan en el Museo Nacional de Arte Decorativo y en el Museo de Arte Popular José Hernández, entre otras instituciones. Las autoras presentan el libro esta tarde a las 18 en la librería de la Universidad de Belgrano (Zabala 1837).

Así en la vida como en el arte

La pareja de artistas conocida como [Leo] Chiachio & [Daniel] Giannone se identifica como un solo artista de dos cabezas y cuatro manos, abocado a la tarea de convertir en arte restos textiles. «Nuestro oficio académico es el de la pintura, pero desde que comenzamos a trabajar en colaboración nos interesó explorar y trasladar nuestros conocimientos en el manejo del color a técnicas como el bordado, patchwork, tejido -dicen a LA NACION-. Trabajamos en el terreno del textil como si fuéramos pintores, utilizando aguas, hilos, aros de bordar y tijeras como si fueran pinceles, acrílicos y óleos». Por sus obras, el dúo recibió varios premios internacionales.

«Como en estas latitudes el textil es un área relegada al mundo femenino, nos interesó apropiarnos de él y desdibujar las fronteras, bordes o límites entre género y tarea -agregan Chiachio & Giannone, pareja en la vida y en el arte-. Es en el bordado casi como escritura, donde encontramos la posibilidad de utilizarlo para contar esta historia de a dos». Los artistas utilizan materiales domésticos con la intención de darles una segunda posibilidad, además de hacer visibles huellas simbólicas de esos elementos. En repasadores, servilletas, cortinas y manteles, narran historias personales y comunitarias.

Para la mayoría de los artistas e investigadores, una visión «ortodoxa» del arte textil, que se limita solo a técnica y la materialidad de los trabajos, puede excluir el factor conceptual propio del arte contemporáneo. Un riesgo similar corren aquellos que consideran el textil un mero elemento para utilizar en sus obras. En esa línea tenue como un hilo, se decide el alcance y la impronta del arte textil.

Publicaciones clave sobre arte textil argentino

El tapiz, de Gracia Cutuli (1969)

Arte textil argentino hoy, de Rosa Faccaro (1986)

«Arte textil del ’60 al 2000», de Ruth Corcuera, incluido en el volumen Historia general del arte en la Argentina (2015).

Revista Tramemos. Boletín del Centro Argentino de Arte Textil ( más información aquí).

La Argentina textil, Fondo Nacional de las Artes (2018) ( se puede ver y leer aquí).

El bordado como trazo. El taller de Marian Cvik, de Laura Haimovichi y Marian Cvik (2019), informó La Nación.