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Los estadounidenses vacunados contra la Covid-19 ya no tendrán que llevar mascarilla en espacios interiores, anunciaron este jueves 13 de mayo las autoridades sanitarias al avanzar que pondrán al día sus recomendaciones.

“Todo el que esté completamente vacunado puede participar en actividades en interior y exterior, pequeñas o grandes, sin llevar mascarilla o [respetar] distancia física”, declaró este jueves Rochelle Walensky, la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), principal agencia federal de salud pública del país.

“Si uno está completamente vacunado, puede comenzar a hacer las cosas que dejó de hacer debido a la pandemia”, agregó en una sesión informativa en la Casa Blanca.

La nueva guía de los CDC mantiene, sin embargo, la recomendación de que las personas vacunadas sigan usando tapabocas al viajar en transporte público (aviones, autobuses, trenes) así como en aeropuertos y estaciones de ferrocarril.

“Todos hemos anhelado este momento, cuando pudiéramos volver a un sentido de normalidad”, dijo Walensky.

Actualmente, alrededor del 35% de la población estadounidense, o más de 117 millones de personas, han recibido la o las dosis de vacuna necesarias (la vacuna de Johnson & Johnson se administra en una sola inyección, mientras que las de Pfizer y Moderna requieren dos).

La decisión se tomó a la luz de estudios científicos que demostraron que las vacunas son efectivas incluso contra infecciones asintomáticas y variantes circulantes, explicó.

También destacó el hecho de que las pocas personas que se infectaron con Covid-19 a pesar de haber sido vacunadas resultaron ser menos contagiosas.

Los viajeros internacionales completamente vacunados que lleguen a Estados Unidos aún deben hacerse la prueba dentro de los tres días posteriores a su vuelo, o mostrar documentación de recuperación de covid-19 en los últimos tres meses.

Walensky dijo que las personas inmunodeprimidas deben hablar con su médico antes de dejar la mascarilla. Se ha demostrado que las personas inmunodeprimidas no responden tan bien a las vacunas.

Fuente: La Prensa

Comprueba el ajuste de esa doble mascarilla si quieres estar mejor protegido contra el nuevo coronavirus, dice un nuevo estudio.

Según la autora principal, Emily Sickbert-Bennett, profesora asociada de enfermedades infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte, la protección adicional que proporciona la doble mascarilla no consiste tanto en añadir capas de tela, sino en eliminar los huecos o las zonas mal ajustadas de la mascarilla. El estudio se publicó este viernes en JAMA Internal Medicine.

Usar doble mascarilla para protegerse del covid-19: una tendencia con propósito
«Hemos descubierto que el uso de dos mascarillas no ajustadas no aporta el beneficio de filtración que una sola mascarilla bien ajustada», dijo Sickbert-Bennett en un comunicado.

«El mejor tipo de uso de la doble mascarilla es cuando tanto tú como la persona con la que estás interactuando llevan correctamente una mascarilla muy ajustada», dijo.

Cómo usar adecuadamente doble mascarilla
Generalmente, el doble enmascaramiento consiste en colocar una mascarilla quirúrgica o médica desechable debajo de una mascarilla de tela.

Las mascarillas quirúrgicas desechables están fabricadas con tres capas de tela no tejida, normalmente hecha de plástico. La capa superior de color está hecha de polipropileno hilado de grado médico, que es un polímero de resina que se une por calor en una estructura similar a una tela. Las mascarillas quirúrgicas se fabrican con alambres nasales que pueden utilizarse para ajustar mejor la mascarilla a la cara (y evitar que se te empañen los lentes).

Según los CDC, puedes hacer que una mascarilla desechable se ajuste mejor anudando los aros de las orejas donde se unen al borde de la mascarilla, y luego doblando y metiendo el material sobrante bajo los bordes. Los CDC tienen un video en el que se muestra cómo hacerlo.

Este es el paso a paso para usar doble mascarilla 2:35
Mascarillas eficaces
Cuando elijas tu mascarilla de tela, debe ser de 2 o 3 capas con un tejido apretado, según los estudios. Utiliza la prueba de la luz para comprobar el tejido: Si puedes ver fácilmente el contorno de cada una de las fibras cuando miras la mascarilla a la luz, es probable que no sea eficaz.

Elige mascarillas de tela con alambres para la nariz, dicen los CDC, y luego «dobla el alambre de la nariz para que se ajuste a la cara». Coloca ambas mascarillas sobre el puente de la nariz, por debajo de la barbilla y a ras de la cara, apoyadas a lo largo de la piel. «La máscara de tela debe empujar los bordes de la máscara desechable contra tu cara», dicen los CDC.

Una nota importante: no se deben superponer dos mascarillas desechables. No están «diseñadas para ajustarse bien y llevar más de una no mejorará el ajuste», dicen los CDC.

Además, no pongas dos capas de mascarillas del tipo KN95, advierten los CDC. Las mascarillas KN95 no están certificadas por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo de EE.UU., pero algunos fabricantes de mascarillas KN95 han recibido la aprobación de uso de emergencia para su utilización en entornos sanitarios en Estados Unidos.

Comprueba el ajuste de la mascarilla
Aquí se explica cómo comprobar si la mascarilla se ajusta correctamente, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU.

Apoya las manos en la cara alrededor de los bordes exteriores de la mascarilla.
Inhala y exhala, comprobando que no sale aire de la zona cercana a los ojos o de los lados de la mascarilla.
Si la mascarilla está bien ajustada, notarás que el aire caliente entra por la parte delantera de la mascarilla y es posible que veas que el material de la mascarilla se mueve hacia dentro y hacia fuera con cada respiración.
Recuerda que nada de esto funciona si tiras de la máscara hacia abajo para descubrir la nariz. Utiliza la mascarilla en todo momento.
Los CDC sugieren que los hombres se afeiten la barba o al menos la recorten cerca de la cara. «Se están evaluando las mascarillas diseñadas para las personas con barba, y se proporcionará información cuando esté disponible», dijeron los CDC.

Sí, así estés vacunado es muy importante que sigas usando mascarilla. Esta es la razón
¿Cómo solucionar el mal ajuste?
Si tienes problemas de ajuste, los CDC sugieren que consideres la posibilidad de utilizar un adaptador de mascarilla, o un refuerzo, para evitar que el aire se filtre por los bordes de la mascarilla.

Un adaptador de mascarilla es un pequeño dispositivo en forma de marco que suele estar hecho de plástico sólido o elástico. Se coloca sobre la mascarilla y se sujeta a la cara con cintas para la cabeza o lazos para las orejas. Estos dispositivos son reutilizables, por lo que tendrás que limpiarlos bien después de cada uso.

Si se utilizan correctamente, los filtros de las mascarillas pueden aumentar la protección «contra los aerosoles en el rango de tamaño que se considera más importante para la transmisión del SARS-CoV-2», el virus que causa el covid-19, según los CDC.

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Limpieza de las mascarillas
Asegúrate también de limpiar y desechar las mascarillas adecuadamente. Las mascarillas quirúrgicas son de un solo uso, y si se ensucian hay que desecharlas cuidadosamente y sustituirlas, según la Administración de Medicinas y Alimentos de EE.UU.

Los CDC recomiendan guardar las mascarillas de tela sucias en bolsas de plástico selladas hasta que puedas lavarlas.

«Lava las mascarillas húmedas o sucias lo antes posible para evitar que se enmohezcan. Las mascarillas húmedas pueden dificultar la respiración y son menos eficaces que las secas», dicen los CDC.

Seca tu mascarilla completamente en una secadora caliente o tibia, indican los CDC, o colgándola «a la luz directa del sol para que se seque completamente. Si no puede colgarla a la luz directa del sol, cuélguela o extiéndala y déjela secar completamente».

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ofreció nuevas recomendaciones sobre el uso de mascarillas de tela industriales en las que precisó el material del que deberían estar compuestas y recomendó la utilización de las que tengan triple capa y no dispongan de válvulas.

Según la OMS, el interior de la mascarilla, en contacto con la boca, debería ser de algodón absorbente. Mientras que la capa intermedia debería ser de polipropileno y la exterior puede ser del mismo material o de un poliéster resistente a la humedad.

Las recomendaciones de la organización no son para los tapabocas caseros, debido a que recomiendan examinar el envase de la mascarilla para comprobar si ha sido probada en laboratorio, lo que debería garantizar, al menos, un 70 por ciento de filtración de pequeñas gotas, y conservar sus propiedades durante al menos cinco lavados.

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Ahora bien, la recomendación sobre la adaptabilidad si puede ser extendida al tapabocas «hechos en casa», ya que la OMS recomienda que éstos deben cubrir no sólo la nariz y la boca, sino también la barbilla sin dejar aberturas y que permitan respirar bien al que las utilice. En este sentido, el organismo advierte que usar dos mascarillas de tela a la vez puede conllevar ciertos riesgos, ya que podría dificultar tanto la respiración del usuario que, a menudo, tenga que quitársela para recobrar el aliento.

Por último, la OMS recomendó que deben ser guardadas en bolsas de plástico u otros envoltorios seguros antes o después de su uso, y lavadas con jabón y detergente, preferiblemente a 60 grados.

Como alternativa, se puede lavar con agua a temperatura ambiente y jabón, aunque a continuación la OMS recomienda dejar la mascarilla en agua hirviendo durante un minuto.

Fuente: Página 12

Agentes federales de EE.UU incautaron más de 10 millones de mascarillas falsas N95 de la marca 3M en las últimas dos semanas, luego de una investigación en la que se encontró que fueron vendidas en al menos cinco estados a hospitales, instalaciones médicas y agencias gubernamentales que buscaban protegerse de covid-19.

Aunque las autoridades ejecutaron órdenes de registro y confiscaron un gran número de mascarillas, la mayoría ya había llegado a los trabajadores de primera línea. Los funcionarios de Seguridad Nacional no dijeron a qué estados fueron enviadas las mascarillas falsas, pero aseguraron que presentarán cargos penales.

Las últimas incautaciones ocurrieron este miércoles cuando agentes de Seguridad Nacional interceptaron cientos de miles de máscaras 3M falsificadas en un almacén de la costa este que estaban programadas para ser distribuidas, dijeron las autoridades.

Hasta ahora se han notificado a unas 6,000 víctimas potenciales en al menos 12 estados, incluidos hospitales, instalaciones médicas y otros que pueden haber comprado imitaciones sin saberlo, instándoles a dejar de usar las máscaras de grado médico. Los funcionarios alentaron a los trabajadores médicos y las empresas a visitar el sitio web de 3M para obtener consejos sobre cómo detectar falsificaciones.

“No solo dan una falsa sensación de seguridad, ¿qué tan peligroso es que una persona esté expuesta sin ningún equipo de protección? No tienen utilidad alguna”, dijo el secretario de Seguridad Nacional, Ali Mayorkas, de EE.UU sobre las máscaras falsas.

Las máscaras no provienen de los distribuidores habituales de 3M, provienen de fuera de la cadena de suministro normal, dijeron los funcionarios, y aseguraron que las estafas se están aprovechando del pánico por las mascarillas.

Fuente: Univisión

Las mascarillas de tela siguen siendo eficaces, incluso contra las nuevas variantes del coronavirus, porque el modo de transmisión es el mismo, afirmó la Organización Mundial de la Salud (OMS), que no prevé cambiar sus recomendaciones.

«Todas las personas de menos de 60 años que no tengan problemas de salud particulares pueden usar las mascarillas de tela, no quirúrgicas», afirmó la responsable de la gestión de la pandemia en la OMS, Maria Van Kerkhove.

«En las zonas donde el virus circula, hay que llevar puesta la mascarilla cuando las personas están amontonadas y es imposible que se hallen a por lo menos un metro de distancia las unas de las otras, y también en cuartos con poca o mala ventilación», añadió en rueda de prensa

Alemania y Austria acaban de imponer mascarillas médicas (quirúrgicas o FFP2) en los comercios y transportes.

El gobierno francés pide que se dejen de usar algunas mascarillas de tela como las fabricadas en casa, porque se cree que no filtran lo suficiente ante la aparición de nuevas variantes más contagiosas del coronavirus.

«Los países son libres de tomar las medidas que consideren necesarias», afirmó Maria Van Kerkhove.

Pero, incluso con variantes que pueden ser más contagiosas, «no tenemos ningún indicio que sugiera que el modo de transmisión haya cambiado», explicó. Por eso «en esta fase no tenemos la intención de cambiar» las recomendaciones vigentes.

Fuente: El Universal

Tras una semana “desaconsejando” el uso de mascarillas caseras, el Gobierno de Francia se aprestaba este viernes a imponer el uso de protecciones más altas a través de un decreto. Las autoridades quieren que los ciudadanos utilicen a partir de ahora en espacios públicos solo tres tipos de mascarillas: las quirúrgicas, las FFP2 y las de tela industriales de categoría 1, que filtran al menos el 90% de las partículas de tres micras. Ya el lunes, el Alto Consejo de Sanidad Pública, la instancia en la que se suele apoyar el Gobierno para tomar sus decisiones políticas respecto a la pandemia, había alertado de que las mascarillas caseras de tela no protegían lo suficiente ante las nuevas variantes de covid-19 como la británica o la sudafricana, mucho más contagiosas. También se deben evitar, según los expertos galos, las mascarillas de tela de categoría 2, que solo filtran hasta el 70% de las partículas.

“El Alto Consejo recomienda a los franceses, y esta es la recomendación que les hago yo también, no usar más la mascarilla artesanal que fabricamos en casa”, dijo el ministro de Sanidad, Olivier Véran, en una entrevista en el informativo nocturno del jueves.

Ante la aguda falta de mascarillas quirúrgicas durante el comienzo de la crisis, la pasada primavera, el Gobierno animó a los ciudadanos a usar mascarillas caseras y varias instituciones sanitarias promovieron diversos modelos que recibieron el visto bueno de la Asociación Francesa de Normalización (Afnor), que dictó especificaciones sobre los modelos y la densidad de los tejidos. Muchas empresas textiles se dedicaron también a esta producción, incluso para profesionales de la salud. Pese a las nuevas directivas, las autoridades han reconocido que será difícil controlar que todos los ciudadanos sigan las nuevas directrices.

El debate también ha llegado a Alemania. El martes pasado la canciller, Angela Merkel, y los líderes de los 16 Estados federados acordaron prolongar las estrictas restricciones que sufre el país hasta el próximo 14 de febrero. El cierre casi total de la vida pública desde principios de noviembre ha permitido en los últimos días reducir el número de contagios, pero el Gobierno cree que no es suficiente. En los próximos días –cada Länder decide cuándo entran en vigor las medidas- será obligatorio el uso de mascarillas médicas en el interior de los comercios y en el transporte público. Ya no se podrá entrar en un supermercado o en una oficina pública con mascarillas de tela o higiénicas. Tampoco cubrirse con una bufanda o un pañuelo, como es muy habitual ver en los supermercados de Berlín. Se exigirá FFP2, KN95 o la mascarilla quirúrgica, más barata que las anteriores pero también homologada y que tiene una capacidad de filtrado superior al 90%. Las mascarillas FFP2 ya son obligatorias en Baviera desde el lunes pasado. Esta región se adelantó al resto como medida preventiva ante las nuevas variantes del coronavirus, más contagiosas. Algunos estados han estado entregando de forma gratuita en farmacias mascarillas FFP2 a personas de alto riesgo.

Una mujer adquiere una mascarilla FFP2 en Dortmund este viernes.

Como señala la patronal de productores de tecnología sanitaria Fenin las mascarillas de tela “no se consideran un productos sanitarios”. Son las que ofrecen menor protección. Esta va aumentando al pasar a las llamadas quirúrgicas (las que tienen una parte superior ajustable y suelen ser azules y blancas) y de ahí a las FFP2 y las FFP3, que son como cazoletas que tapan boca y nariz (suelen ser blancas) y tienen un tamaño de poro cada vez menor y protegen más.

En España, el Ministerio de Sanidad afirmó el jueves que no va a cambiar sus recomendaciones. Pero el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, además de un genérico “a mayor protección, mejor”, avaló el uso de mascarillas quirúrgicas, FFP2 y FFP3 en determinadas circunstancias, y defendió el uso de mascarillas de tela “que cumplan la especificación UNE”. Esta regulación se adoptó en abril del año pasado, en plena primera ola del coronavirus ante la imposibilidad de conseguir un suministro suficiente de mascarillas para el personal sanitario, y tenía como objetivo que grandes empresas como Inditex o El Corte Inglés fabricaran estos protectores con garantías. Lo que sucedió fue que, además de los productos elaborados según estas normas, proliferaron las de confección casera, sin tejidos adecuados o sin el filtro correspondiente.

España no fue el único país que tuvo que acelerar el sistema para poder ofrecer algo a la población. En Estados Unidos, siempre más pragmáticos, el centro de Control de Enfermedades (CDC), que sería el equivalente al Instituto de Salud Carlos III, publicó, y aún mantiene en su web, un tutorial para fabricar mascarillas a partir de una camiseta vieja. El principal requisito es que sean de doble capa, pero que permitan respirar.

Manuel Pastor, director ejecutivo de Efficold, una empresa que acaba de sacar al mercado una mascarilla quirúrgica señala que, por tanto, se puede hablar de hasta siete niveles de protección: desde la que ofrecen mascarillas caseras que no están acreditadas ni testadas, y que hay que evitar, a las de tela reguladas (las higiénicas), tres niveles dentro de las quirúrgicas (1, 2, y 2R que es una de las que ellos fabrican y tiene una cobertura antisalpicaduras), y las FFP2 y FFP3. “Las quirúrgicas sirven sobre todo para evitar contagiar. A partir de ahí también se protege el ser contagiado”, resume. Eso hace que las de mayor estanqueidad, que son las FFP2 y 3, sean las que ofrecen mayor protección en sitios cerrados y concurridos, como los transportes públicos.

Esa posible variedad en las higiénicas hace que, por ejemplo, en muchos hospitales españoles ya no se permita entrar con ellas. Los controles facilitan una quirúrgica, y recomiendan que se ponga sobre la otra. “Es que no se sabe cómo son”, justifica Julio García, de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica y especialista en el hospital de La Paz de Madrid, quien, sin embargo, señala que “no hay una postura oficial de la sociedad” sobre si deben permitirse o si se debe exigir una mascarilla de protección mayor. Admite el médico que “hemos tenido una curva de aprendizaje” que puede llevar a plantear cuestiones que ahora se hacen, como pasó en el momento en que se decidió pasar a recomendar primero y a exigir después el uso de mascarillas. La aparición de nuevas cepas, “aparentemente más contagiosas” puede ser uno de esos momentos, pero, en el fondo, “estas variantes se contienen igual, extremando las medidas de seguridad, que son las de barrera”.

Tampoco la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas) tiene una postura oficial sobre los tipos de mascarillas que pueden usarse, pero su portavoz insiste en un aspecto: se opte por las que se opte, “tienen que ser asequibles”. “Y no se puede poner todo el peso en los ciudadanos. no tiene sentido exigirles mascarilla en la calle y que luego, cuando entran en un bar abarrotado, se la puedan quitar” .

Las nuevas cepas más contagiosas que se han detectado del coronavirus, y que se espera que sean las mayoritarias en Europa en un par de meses, son una de las causas que pueden llevar a retirar las mascarillas menos eficaces. Pero hay otra razón, señala Javier Gastaminza, de la empresa de productos sanitarios Starcare: desde el momento en que se acreditó el contagio por aerosoles, partículas que quedan flotando y mucho mas pequeñas que las gotas que se expulsan al hablar o estornudar, se vio que hacía falta mayor protección. “Las higiénicas no se pueden ajustar”, apunta, y “las quirúrgicas tienen efecto de filtración de las partículas grandes, pero están pensadas más para bacterias, que son mucho más grandes que los virus y que los aerosoles”, explica.

“Teniendo en cuenta que las mascarillas de tela homologada se consideran mascarillas higiénicas reutilizables estarían en uno de los escalones mas bajos de nivel de protección”, explica la enfermera especialista en administración sanitaria Guadalupe Fontán. Y “desde que se reconoció la vía de transmisión por aerosoles, en sitios donde el riesgo de exposición es elevado sería recomendable aumentar el nivel de protección de las mascarillas a una autofiltrante en espacios cerrados sin ventilación”.

Las mascarillas se han vuelto imprescindibles en plena pandemia del coronavirus. En el mercado podemos encontrar dos grandes tipos: las reutilizables y las desechables. El tiempo recomendado de uso de estas últimas es de unas cuatro horas, así que cada vez más personas optan por las que se pueden reutilizar. Ahora bien, hay que prestar especial atención a su limpieza y desinfección. A raíz de un estudio publicado en la revista «The Journal of Infectious Diseases» hay quienes optan por dejar las mascarillas al sol para desinfectarlas.

¿Qué hay que de cierto?

En dicho estudio se explica que en condiciones simuladas de exposición del virus Sars-CoV-2 al sol, se observa cómo la carga viral disminuye en un 90% en apenas unos minutos. Pero, ¿realmente esto es así? Los científicos aclaran que para llevar a cabo la investigación se ha trabajado con aerosoles en suspensión, no con fibras impregnadas como se supone que ocurre con las mascarillas que todos utilizamos.

Ahora bien, es cierto que si se dejan las mascarillas al sol, la radiación ultravioleta acelera la destrucción del virus. Pero esto no significa que las desinfecte, simplemente reduce la carga viral. Un virus no sobrevive eternamente sobre una superficie, sino que la carga viral va disminuyendo progresivamente hasta desaparecer por completo. Pues bien, lo que hacen los rayos solares es acelerar dicho proceso.

¿Cuál es la principal función de las mascarillas?

En otro artículo publicado recientemente en «The Lancet Microbe» los investigadores han analizado la estabilidad del virus Sars-CoV-2 en distintos entornos. Lo más sorprendente de todo es que después de una semana todavía es posible detectar un 0,1% del virus que había en un inicio en la parte externa de las mascarillas desechables.

La principal función de las mascarillas no es protegernos a nosotros mismos, sino proteger a los demás. Por lo tanto, si una persona tiene coronavirus, una vez se quita la mascarilla, ésta se convierte en un objeto transmisor del virus.

¿Cómo desinfectar las mascarillas reutilizables?

Por lo tanto, limpiar y desinfectar la mascarilla de manera frecuente es primordial. Ahora bien, dejar las mascarillas al sol no es una buena forma de hacerlo.

Lo ideal es hacerlo en la lavadora, introduciendo la mascarilla en un ciclo de lavado a 60 grados de temperaturay utilizando el detergente habitual. Una fórmula de desinfección muy efectiva para eliminar el virus porque a esta temperatura queda inactivo.

Si no quieres poner la lavadora a diario, debes hacer lo siguiente para desinfectarla: introducirla en una mezcla de lejía y agua templada (1 litro de agua y 1 vaso de chupito de lejía). Déjala sumergida durante media hora, y luego enjuágala con agua y jabón. Por último, tiende a secar, ¡y listo!

Por supuesto, siempre hay que prestar atención a las instrucciones del fabricante sobre el número de ciclos de lavado que soporta la mascarilla reutilizable sin perder sus propiedades, señaló Ok Diario.

Un nuevo estudio científico publicado en la prestigiosa revista New England Journal of Medicine habla del beneficio adicional del uso de las mascarillas durante la pandemia de covid-19. Las mismas podrían actuar como elemento de variolización, es decir, generarnos una especie de inmunidad al virus.

En este episodio, el doctor Elmer Huerta analiza el estudio y nos refresca los conocimientos sobre el término variolización.

Puedes escuchar este episodio en Apple Podcasts, Spotify o tu plataforma de podcast favorita, o leer la transcripción a continuación.

Hola, soy el Dr. Elmer Huerta y esta es su diaria dosis de información sobre el nuevo coronavirus, información que esperamos sea de utilidad para cuidar de su salud y la de su familia.

Hoy veremos qué otra ventaja, además de evitar el contagio, brinda el uso de la mascarilla.

El uso de las mascarillas para la prevención del contagio del nuevo coronavirus fue rápida y masivamente adoptado por la población de países asiáticos.

Se cree que experiencias previas con epidemias influyeron mucho para que esas poblaciones adoptaran inmediatamente el uso de las mascarillas.

El mundo occidental, sin embargo, ha pasado por diversos momentos en su adopción.

El uso de las mascarillas

Al inicio de la pandemia, y siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y de los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades de Estados Unidos, el uso de la mascarilla fue únicamente recomendado para las personas con síntomas de alguna enfermedad respiratoria.

No fue sino hasta el 3 de abril que los CDC cambiaron su postura, y recomendaron que toda la población de Estados Unidos usara mascarilla para evitar que aquellos individuos que tengan el nuevo coronavirus sin saberlo, o tener síntomas, contagien a otros.

La OMS tardó mucho más. Fue recién el 5 de junio que cambió su postura y recomendó también el uso universal de las mascarillas.

Entretanto, debido a ese retraso y a los vaivenes de la política, la mascarilla se convirtió, por lo menos en Estados Unidos, en un signo de división política.

El asunto es, como lo describimos en los episodios del 26 de abril y del 23 de junio, que las mascarillas han probado ser elementos esenciales en la prevención del contagio del nuevo coronavirus.

En ese sentido, las mascarillas no solamente actúan como una barrera física para que la persona que la use no se contagie. Sino que hace el trabajo inverso, es decir, impide que una persona sintomática o asintomática, pueda contagiar a los demás.

Pero ahora, investigadores de la Universidad de California en San Francisco plantean una interesante hipótesis publicada en el New England Journal of Medicine del 8 de septiembre, que establece que las mascarillas actúan como un elemento de variolización, haciendo que si nos infectamos usándola, la enfermedad que adquirimos sea asintomática.

Veamos en qué consiste ese antiguo concepto de la variolización.

¿Qué es la variolización?
La viruela fue, desde la antigüedad, una plaga que afectaba a todas las capas de la sociedad.

En el siglo XVIII en Europa, 400.000 personas morían anualmente de viruela y un tercio de los supervivientes quedaban ciegos.

La mayoría de los supervivientes quedaban con cicatrices desfigurantes y entre 20% y 60% de los enfermos morían.

En los niños pequeños, la mortalidad era aun mayor, calculándose que a fines del siglo XIX llegaba a 80% en Londres y 98% en Berlín.

Debido a su alta mortalidad y a severas secuelas estéticas, la humanidad trató desde tiempos inmemoriales de desarrollar algún tipo de tratamiento preventivo contra la enfermedad.

Se piensa que, en algún lugar de África, China o la India, los practicantes médicos desarrollaron un método de control de la enfermedad a la que llamaron variolización, cuyo fundamento era la observación de que una persona que sufría de la enfermedad se volvía inmune a ella, es decir, no volvía a enfermarse jamás.

La inmunidad por exposición
Movidos por razonamientos desconocidos, la variolización consistía en obtener material fresco de las ampollas causadas por la viruela e inyectarlas mediante un raspado en la piel de personas sanas para evitar la enfermedad.

Práctica común en Asia, la variolización llegó a Europa a comienzos del siglo XVIII, llevada por las clases aristocráticas de la corte inglesa.

A pesar de que la variolización causaba enfermedad y muerte en algunos sujetos sometidos a ella. Esas cifras eran mucho menores que las causadas por la enfermedad natural, por lo que su práctica se extendió en Europa y América, y se convirtió en el principal modo de combatir esa grave enfermedad.

Fue en 1796, cuando el médico inglés Edward Jenner observó que las mujeres que ordeñaban vacas y adquirían la viruela de las vacas eran también inmunes a la viruela humana, que se inventó la vacuna, haciendo posible que en 1975 se erradicara la viruela del mundo.

Pero volviendo a la variolización, este era un método que no eliminaba completamente la viruela; lo que hacía era disminuir la intensidad de la enfermedad.

En otras palabras, la persona variolizada desarrollaba una viruela tan leve que disminuía el daño causado por la enfermedad.

¿Las mascarillas nos generan inmunidad al Covid-19?
Volviendo a las mascarillas, los investigadores de la Universidad de California postulan que el uso de las mascarillas durante esta pandemia de covid-19 actuaría como un elemento de variolización. Es decir, que si una persona se infecta usando una mascarilla, la carga viral sería tan poca, que terminaría causando una forma asintomática de la enfermedad.

En ese sentido, mencionan que en sociedades en donde el uso de las mascarillas es casi universal la proporción de casos asintomáticos es de 80%, mientras que en sociedades en donde el uso de las mascarillas no es generalizado, la proporción de casos asintomáticos es del 40%.

Citan también dos situaciones en las que las mascarillas produjeron un alto número de casos asintomáticos. La primera en un barco argentino y la segunda en una planta procesadora de carnes, en las que, gracias a las mascarillas, repartidas muy temprano en el brote, la proporción de asintomáticos llegó a ser de 81% y 95%, respectivamente.

Obviamente, dicen los investigadores, su hipótesis solo podría ser probada comparando la proporción de casos de covid-19 en sociedades que usen y no usen mascarillas, algo muy difícil de hacer.

En resumen, la hipótesis es muy atractiva y agrega otro potencial beneficio al uso de las mascarillas para prevenir la enfermedad.

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En los últimos meses se han disparado el número de falsificaciones que no ofrecen ninguna protección, y eso es justo lo que hay que evitar.

Mascarillas higiénicas

Las mascarillas higiénicas son las más utilizadas junto con las de tela. Pues bien, estas deben cumplir obligatoriamente la norma UNE 0064-2020 o UNE 0065-2020. Ambas han sido aprobadas por la Asociación Española de Normalización en abril de este año. La certificación debe venir indicada en la etiqueta. Si optas por comprar las mascarillas a través de Internet, fíjate en la descripción del producto porque debe especificarlo.

Mascarillas quirúrgicas

Las mascarillas quirúrgicas son las que el Ministerio de Sanidad recomienda para las personas que sufren alguna enfermedad crónica. Para saber si estás homologadas, presta atención a la caja; debe incluir el CE europeo, y hacer referencia a la norma UNE-EN 14683.

Recomendaciones para utilizar la mascarilla

Ahora bien, con saber si la mascarilla está homologada no es suficiente para protegerte. Debes saber cómo utilizarla. Estas son las principales recomendaciones que debes seguir.

Lo primero es lavarte las manos con agua y jabón pH neutro antes de ponerte la mascarilla. También puedes utilizar un gel desinfectante si estás en la calle. Luego, sujétala por las gomas, y ajústatela bien cubriendo boca y nariz, señaló Ok Diario.

Una de las discusiones que más tiempo tomó zanjar en los inicios de la pandemia giró en torno a la utilidad de las mascarillas como medida para evitar el contagio del SARS-CoV-2.

Sin embargo, ahora que Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja que los gobiernos alienten al público en general a usarlas donde haya «una transmisión generalizada y sea difícil el distanciamiento físico» y como parte de una serie de medidas para la prevención, que incluyen el lavado de manos y la distancia social, el debate parece haberse trasladado a la efectividad de un modelo de mascarilla en particular: la que tiene válvula.

¿Sirven o no sirven estas mascarillas faciales para frenar el avance de la pandemia? ¿Nos protegen más que las que no tienen? ¿Y por qué han generado polémica?

Respuesta contundente

Son varias las mascarillas en el mercado que vienen con una válvula en el centro o en un costado (los modelos N95, FPP2 y FPP3 cuentan con ella).

Pero independientemente del modelo del que se trate y de qué porcentaje de partículas filtre cada una, ningún cubrebocas con válvula es efectivo en el contexto de una pandemia, advierten los expertos.

Esto se debe a que esta clase de mascarilla protege a quien la usa, pero no a los demás, dado que filtra las partículas del aire exterior cuando la persona inhala, pero permite el escape de partículas a través de la válvula cuando la persona exhala.

Tal es así, que en junio el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) y portavoz del Ministerio de Sanidad sobre la pandemia en España, Fernando Simón, tildó estos tipos de mascarillas como «egoístas», precisamente por proteger solo a quien la lleva.

«El problema de la válvula es que el aire que exhala la persona que la lleva, lo concentra en un punto concreto. Eso puede hacer que alguien que esté expuesto a ese aire pueda infectarse», explicó.

«Pueden ser las mascarillas egoístas porque yo me protejo y los demás me preocupan poco», añadió.

En opinión de Ben Killingley, especialista en medicina de urgencias y enfermedades infecciosas del Hospital del University College en Londres, Reino Unido, si bien el uso general de la mascarilla tiene el doble propósito de proteger a ambas partes, «la razón por la que se promueve es para que las gotas que exhala la gente que puede estar infectada y no lo sabe no les lleguen a los demás».

Y, desde este punto de vista, no tiene ningún sentido que se utilicen mascarillas con válvula en el contexto comunitario.

«En realidad, solo los respiradores, que se ajustan bien a la cara, tienen válvulas, y estos están reservados para los profesionales de la salud. El público ha tenido acceso a ellos, pero la recomendación para la gente es que utilice las mascarillas faciales quirúrgicas básicas, y no este tipo de mascarillas que no brindan ningún beneficio añadido para ellos», enfatiza Killingley.

No recomendables, excepto algunos casos

Dado que la protección funciona en un solo sentido, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés), que meses atrás se adelantó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en recomendar el uso de mascarillas, también advirtió en contra de su uso.

Asimismo, autoridades de distintas regiones en España, donde el uso de mascarillas es obligatorio hasta en la calle, han prohibido esta clase de respiradores en algunas circunstancias.

Y en muchos lugares del mundo —incluidas algunas aerolíneas— tampoco se permite el ingreso a espacios cerrados con ellas.